Este domingo, una joven debió ser llevada en un auto de urgencia a la sala de primeros auxilios que posee la zona de Valle Grande. Se descompensó en el Club de Pescadores (del lago), pero allí nadie pudo asistirla.
La mujer de unos 25 años fue llevada en una lancha hasta una plataforma en la que, si bien está prohibido tomar sol (como se lee en el cartel), siempre hay personas haciéndolo.
Según testigos, la joven se descompensó y entró en una suerte de “ataque de pánico”, aunque no supieron explicar exactamente qué era lo que ocurría. Entre un grupo de hombres decidieron subirla desde la margen del lago en búsqueda de ayuda médica, la que desafortunadamente, no existe. Ya que tampoco había ambulancias, en una camioneta particular, conocidos de la joven la trasladaron a la sala de primeros auxilios ubicada a varios kilómetros del lugar. Si bien fue atendida, su pronóstico es reservado.
Si una “tragedia” puede evitarse, entonces simplemente, no es una tragedia. El Club de Pescadores de Valle Grande recibe miles de personas en temporada alta, sin embargo en el lugar hay ausencia de médicos o cualquier tipo de profesional de la salud que pueda socorrer a una persona o simplemente darle primeros auxilios.
Lejos que pretender perjudicar a la actividad turística, esta nota simplemente quiere poner en el tapete un tema que prefiere ocultarse porque –quizás– es mucho más “barato”. Como le pasó a esta joven, cualquiera puede tener un problema de salud en un lugar donde se realizan tantas actividades de turismo aventura y sería más que prudente que un médico (o al menos una ambulancia), estuviera en el lugar de manera permanente.
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