Aunque algunos están ansiosos por varios años de demandas acumuladas, hay consenso entre empresarios de gran porte de dejar los reclamos para más adelante, para cuando el nuevo gobierno se encuentre asentado. Es la postura que se discute en cámaras y reuniones informales como la del último jueves en ocasión del festejo por los 120 años de Grimoldi. Allí se congregaron, entre otros, Cristiano Rattazzi (FIAT), el constructor Aldo Roggio, Enrique Pescarmona (Impsa), José Cartellone (constructora), Carlos Miguens (Grupo Miguens) y Alberto Hojman (BGH).

Uno de los asistentes resumió a Clarín la postura frente a Macri: “Apoyo sin condicionamientos”.

Pero confió que hay ardor y vehemencia en esas discusiones por parte de quienes, “sin exagerar describen situaciones de dificultad en sus compañías”.
Otro argumento para el apoyo es que en “esta etapa política los empresarios ya no somos meros espectadores. Muchos nos hemos sumado al Gobierno”, deslizó un futuro funcionario que solicitó el anonimato.

Daniel Funes de Rioja, presidente de Copal que aglutina a las alimenticias, dio su propia versión: “Es una actitud de acompañamiento a una economía más de iniciativa privada con una filosofía de libre mercado y de inserción internacional”.

-¿Qué opina del acuerdo entre sindicatos y empresas que anunció el futuro ministro de Economía?

-El diálogo social es esencial en momentos de transición para ordenar la economía. El gobierno asume sin conocer el nivel de reservas y de gasto. El acuerdo es clave para bajar la inflación.

-El nuevo gobierno asume también en medio de una ola de remarcaciones de precios. ¿A qué lo atribuye?

-En el sector industrial quienes están en el régimen de precios cuidados que rigen hasta el 7 de enero no remarcaron. Esas autorizaciones llegaron al 12% cuando la inflación alcanzará 25%. Hay otros sectores que tenían un bache y corrigieron en función de la inflación esperada.

Entre los banqueros, el anuncio de Prat Gay sobre gradualismo en lo cambiario fue bien recibido. Los ruralistas, en cambio, hicieron saber que tienen que “mejorarles la ecuación” para liquidar la cosecha que aún guardan en los silo bolsa.

Mucho de esto se habló ayer en Punta del Este en ocasión del casamiento de la hija de Daniel Sielecki en José Ignacio. Sielecki es la cabeza de un grupos económico que abarca desde vinos y medicamentos a la industria petroquímica.

El dato es que se trata del cuñado del canciller saliente Héctor Timerman y en esa fiesta con 500 invitados que arrancó a las 7 de la mañana en José Ignacio, para terminar con la puesta de sol esteña, también se hizo énfasis entre los invitados de extender un cheque en blanco al menos durante los primeros meses.

En esas mesas se supo que Jaime Campos será reelecto en una próxima asamblea como presidente de la poderosa Asociación Empresaria Argentina.