Guillermo García, titular del Instituto Nacional de Vitivinicultura, habló sobre el momento que atraviesa el sector. Alertó sobre el cambio climático y sostuvo que falta dinero.
(Foto Fernando Martinez/MDZ)
Durante siete años, Guillermo García ha estado al frente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). A días de que haya un cambio de gobierno, el funcionario dialogó con «Tormenta de Ideas» y realizó un balance de la situación en la que se encuentra el sector. Entre otros aspectos, se refirió a la falta de dinero para potenciar las estrategias comerciales, la incidencia del cambio climático, y las dificultades de articular medidas entre tantas asociaciones vitivinícolas.
Pese a que el próximo presidente tendrá la potestad de elegir un nuevo presidente del INV, García no sólo evaluó los resultados obtenidos en estos años, sino que trazó líneas pensando en el futuro. En este sentido, señaló que el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), junto con las entidades que representan la principal economía de Mendoza, está trabajando en la promoción del Título Vitivinicultora (TiVi) para poder financiar el producto.
Estamos insistiendo en la emisión de este título en conjunto con la Asociación Vitivinicultora para que a través de este esquema podamos generar una plusvalía y una parte destinarla a la cancelación, dado las dificultades que tiene la provincia para financiar el vino».
Mediante esta herramienta García pretende aliviar el principal problema que, a su criterio, afecta a la vitivinivultura: la falta de dinero. «En Europa se destinan más de 3.000 millones de euros a subsidios, mientras que en Argentina el presupuesto de la Coviar es de 50 millones de pesos», explicó.
Por este motivo, manifestó que de acuerdo a las reglas de juego que está imponiendo un mundo cada vez más competitivo, el país «tendrá que subsidiar pero al mismo tiempo regular y tener un programa para resolver el problema de los excedentes que son estructurales».
A la colocación de este bono, sumó la importancia de sancionar la ley de Mosto, que obligue a usar el mosto para endulzar bebidas, iniciativa que ha sido resistida por azucareras. Además, defendió que actualmente se destine el 26% de la uva para mosto y cuestionó a quienes piden que se reduzca ese porcentaje.
«El desafío es que en un plazo no mayor de 5 a 10 años haya una intervención del Estado más rigurosa para que la disponibilidad de uva vaya a mosto y a vinos, como también restringir la plantación de las variedades tintoreras», analizó.
Problemas del cambio climático
Otro de los puntos a los cuales hizo referencia el funcionario fue a la incidencia del cambio climático en el sector. Este fenómeno no sólo ha afectado la producción por inclemencias como el granizo, heladas, o lluvias intensas, sino que ha traído aparejados cambios en las características del vino local. Específicamente, en el volumen de alcohol que registran.
«Hablamos de cambios climáticos extremos, que llevan a la falta de capital de trabajo para realizar las curaciones necesarias o para cosechar a tiempo», explicó García. «Ya hubo problemas en 2008, 2009 y 2014, y los eventos son cada vez más extremos», sostuvo respecto olas de calor, lluvias intensas, heladas y granizo.
Por otro lado, agregó que las lluvias en marzo impactan sobe la producción y provocan problemas en la disponibilidad de mano de obra para cosechar. «La uva ingresa a bodega en condiciones que no son acordes», lamentó. A eso, sumó el hecho de que muchas veces se pretende una sobre maduración a la hora de cosechar, que lleva a que se realicen vinos de 16 o 17 grados de alcohol.
Debido a que el mercado no busca este tipo de productos, García no sólo recomienda cosechar antes la uva, sino que afirmó que se está trabajando en distintos métodos naturales que permitan bajar la graduación alcohólica a valores menores.
«Estamos a punto de sacar una resolución que incorpora una práctica enológica que nos va a permitir utilizar el agua vegetal para reducir la graduación alcohólica», explicó el presidente del INV, quien advirtió que se buscan vinos de 14 grados.
Críticas a los pronósticos de cosecha
Sin lugar a dudas, una de las mayores críticas que ha recibido el INV en los últimos años es la imprecisión de los pronósticos de cosecha que han emitido desde el instituto. Si bien García confesó que ha sido un problema, justificó su realización y el método en el que se elaboran.
En este sentido, destacó que se ha trabajado codo a codo con la Facultad de Ciencias Agrarias y el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) para obtener los resultados más precisos posibles. «Hay que tener en cuenta que nadie puede saber con exactitud la lluvia que habrá», subrayó García y aclaró que mientras un año en febrero las lluvias hicieron que engordara el racimo, otro llevó a que se pudrieran.
«Lo que se hace es una cuestión técnica y se puede ir mejorando. Para algunos el INV no lo debería dar, pero para nosotros facilita la toma de decisiones», concluyó
Fuente: http://www.mdzol.com/nota/642254-con-el-cambio-climatico-el-vino-sera-otro/






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