Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, durante octubre se detectaron algunos casos de fraude marcario en “productos calientes” de la industria, es decir los de alta rotación.
“De la muestra analizada en CABA y Gran Buenos Aires, el 15% de los negocios están siendo analizados dado que comercializan productos con diferencia significativa de precio, 20% menor si se compara con el precio promedio de mercado. Esta diferencia de precio convierte al producto en sospechoso, lo cual es una de las variables más relacionadas con la falsificación de productos, para que el INV focalice su tarea de control”, destacaron desde el organismo nacional.
“Por un lado nos podemos encontrar con etiquetas que son falsas. También etiquetas donde no se corresponden los números con la codificación del INV. Además también están los productos que encontramos con una etiqueta reconocida, pero que una vez que uno abre una botella detecta que el vino no corresponde con esa botella”, dijo Guillermo García, presidente del INV, a Los Andes.
En este sentido, las variables auditadas son: precio, los cuales presentan un diferencial excesivo o llamativo; ofertas que sean poco sustentables en condiciones comerciales regulares de toda la cadena de valor comercial. Etiquetas que presenten variaciones que las hagan distintas versus la presentación habitual del producto y codificación que no respete la normativa del INV en la etiqueta del producto.
Para no afectar la credibilidad de un producto en particular desde el organismo evitaron dar marcas. No obstante, se reconoció que “aquellos productos que han tenido algún incidente de falsificación son los denominados productos calientes y es donde se pondrá especial foco a la hora de auditar las góndolas. El trabajo se inició en el mes de octubre y lleva auditado 130 puntos de venta”.
Antecedentes
La bodeguera y diputada nacional electa Susana Balbo comentó: “Muchas veces los fraudes se realizan con botellas que se recuperan de restaurantes, que llenan con cualquier cosa y que vuelven a vestir. Uno se da cuenta por las cápsulas”.
Balbo recordó un suceso puntual de un par de años atrás con vinos de exportación de su marca. “Un día entro en una vinoteca, que ya no existe, del barrio Unimev en Guaymallén y me encuentro con un vino mío de exportación, que no se comercializaba en el mercado interno, en la góndola. Decido comprarlo y llamar a un escribano para labrar el acta correspondiente. Realicé una investigación privada y pudimos averiguar que el local pertenecería a una persona de alto rango nacional. Busqué apoyo de otras bodegas para realizar la denuncia pero me dijeron que no la hiciera ya que podría tener consecuencias graves”, relató.
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