El ‘X’ es un ‘smartphone’ que hereda algunas de las especificaciones del primer modelo de la marca OnePlus, el One, y llega con sorpresa: contará con una versión cerámica.
El proceso de fabricación del material, según la marca, dura 25 días, y comienza con un molde de zirconita de solo 0,5 milímetros de grosor. La empresa ha explicado también que la cerámica se cuece a casi 1.500 grados durante 28 horas y se deja enfriar durante dos días. Luego, cada cuerpo del X pasa por tres procesos de pulido diferentes, hasta que no tiene ninguna imperfección. De cada 100 cuerpos cerámicos que han fabricado, solo 20 pasan los controles de calidad.
El resultado es un material con una dureza de 8,5 en la escala de Mohs, equivalente al topacio, que es resistente a rayaduras. A pesar de ello, el X de cerámica solo pesa 160 gramos. Y más liviana es todavía la versión en cristal negro, llamada Onyx. El terminal más ligero y fino de OnePlus pesa 138 gramos.
Con el X, OnePlus busca trascender su actual nicho de mercado, sobre todo el de fanáticos de la tecnología, para llegar a un público más amplio
Ambos cuentan con una pantalla FHD Amoled de 5 pulgadas e incluyen el procesador Snapdragon 801 de Qualcomm, a 2,3 gigahercios, que es uno de los más estables del mercado y que también se utilizó en el One. Una de sus ventajas es que no tiene los problemas de calentamiento de sus sucesores, sobre todo el 810 con el que viene equipado el OnePlus 2, y que parece más estable que el 820, cuyos problemas podrían estar causando el retraso en la presentación del esperado Xiaomi 5. El cerebro del X se completa con 3 gigas de memoria RAM y una memoria interna de 16 gigas que se puede ampliar hasta los 128 a través de una tarjeta MicroSD. La razón de haber incluido una pantalla de 5 pulgadas, en vez de una de 5,5 como las que incorporan el One y el 2, es que hay demanda para móviles más pequeños.
Además, como se ha convertido ya en estándar para los móviles chinos, el aparato puede utilizar dos tarjetas SIM 4G a la vez, una función ideal para quienes utilizan un número personal y otro profesional o para quienes viajan y quieren utilizar una tarjeta local sin tener que renunciar a la de casa. En cuanto a las cámaras, sorprende la calidad de la anterior —la de los selfis—, ya que cuenta con una óptica luminosa —f 2.4— y un generoso sensor de 8 megapíxeles. La cámara principal, como sucede en los otros modelos de la marca, toma fotografías de 13 megapíxeles y vídeo en calidad FHD. Finalmente, el X incorpora un puerto USB-C y una de las características más útiles de su hermano mayor, el botón lateral que permite decidir qué notificaciones llegan al usuario sin siquiera tener que mirar la pantalla: todas, solo las marcadas como prioritarias, o ninguna.
Aunque no se trata de un terminallow cost, uno de sus grandes atractivos del nuevo OnePlus está en el precio. Cuando salga a la venta en Europa, el próximo día 5, costará 269 euros en la versión de cristal y 369 en la de cerámica, que estará limitada a 10.000 unidades. Eso es lo que pagarán quienes puedan adquirir uno, claro, porque la marca mantiene la polémica estrategia de compra con invitación. El sistema permite a la empresa acotar la producción con muy poco margen de error y evitar quedarse con un excedente, pero es una tortura para sus clientes, que tienen que mendigar por las invitaciones en foros, concursos en Internet, o a través de amigos que ya hayan adquirido el terminal.
«Actualmente la competencia en el sector es muy elevada y los márgenes de beneficio muy pequeños. Es evidente que algunas de las empresas que se rigen por modelos tradicionales terminarán desapareciendo», justifica Pei a EL PAÍS, quizá con casos como Nokia, Blackberry, o HTC —a la que ya ha robado personal— en mente. «Aunque puede que nos hayamos quedado cortos en nuestras previsiones de demanda y eso haya resultado frustrante para muchos, nuestro modelo funciona porque conseguimos reducir al mínimo los costos innecesarios y damos un buen servicio». A ese último respecto, el cofundador de la empresa recalca que han abierto un centro logístico en Reino Unido para dar cobertura a los clientes europeos, de forma que se agilizan tanto los trámites de venta como los del servicio técnico.
Incluye el procesador Snapdragon 801 de Qualcomm, a 2,3 gigahercios, uno de los más estables del mercado y que también se utilizó en el One
No obstante, entre las desventajas del X está también el sistema operativo que lo impulsa. Oxygen es una capa Android que OnePlus ha estado desarrollando desde que, tras una agria disputa en India, rompió su acuerdo con Cyanogen. Y es evidente que todavía está en su infancia. Aunque incluye interesantes innovaciones como Shelf, una pantalla que aparece a la derecha de la inicial y permite un acceso rápido a las aplicaciones y contactos más utilizados, resulta menos intuitiva y personalizable que rivales directos como el MIUI de Xiaomi o el Color OS de OPPO. No obstante, las actualizaciones son constantes y las mejoras en aspectos como el control de la cámara van llegando poco a poco.
«Las especificaciones técnicas cada vez son menos importantes en los teléfonos móviles. Ahora, los elementos que marcan la diferencia en un mercado cada vez más saturado son el software y el diseño», asegura Pei. «En nuestro caso, además, un elemento diferenciador añadido es la base de fans que hemos ido creando, y que es la que nos ha hecho realmente global. De hecho, en un principio estábamos convencidos de que el 90% de las ventas se harían en China, pero la realidad nos ha mostrado que nuestro principal mercado es Estados Unidos. Así que hemos tenido que modificar nuestros recursos para prestar más atención al mercado internacional, que es donde vendimos el 92% de nuestros móviles durante el primer trimestre», añade.
Sin duda, con el X OnePlus busca reforzar su presencia global y trascender su actual nicho de mercado, compuesto sobre todo por fanáticos de la tecnología, para llegar a un público más amplio. Pero su estrategia también plantea dudas, porque el crecimiento de la empresa está limitado por el propio sistema de invitaciones y porque el mercado está cada vez más saturado de terminales con características y precios similares.
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