Cantar es expresar sentimientos. Hay coros que además de tener como objetivo la contención social, se unen en el amor al canto.
UPAMI está creciendo. UPAMI reúne a mujeres de la tercera edad que traslada su cantar cargado de sentimientos, y lo traslada al público que lo disfruta. Pero también hacia sus mismas integrantes. Compartir con ellas y su profesor una jornada de trabajo, es otra caricia para el alma. En el aire se respira la experiencia de los años, pero con una eterna juventud.
UPAMI es un taller de técnicas vocales que surge por un convenio entre la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria y el PAMI. Su objetivo principal es la contención de personas de la tercera edad, pero va más allá de este objetivo. Ellas, sus integrantes, hacen que cada clase, que cada encuentro, sea un verdadero placer.
El Coro de la Facultad comienza cuando se busca un profesor y José Armando Gutiérrez, director del Coro institucional de la Facultad recomienda a Néstor Darío Menacho.
Darío recuerda que «se presentó y arrancaron directamente con un día de trabajo. Nos asignaron el aula magna, y habían sólo 7 chicas (así las llama él a estas mujeres maravillosas que el paso de los años no ha hecho mella en ellas). Nos quedaba gigante el aula magna. Parecíamos una pulguita arriba de un elefante, pero el grupo fue creciendo, se fue consolidando, se fue corriendo la voz, fueron viniendo más chicas y se formó un grupo homogéneo, bastante grande.»
«En un principio eran clases de técnicas vocales, pero desde la Facultad pidieron que cantáramos y se fue formando lo que ahora es el Coro UPAMI, que es como se llama el taller, en un convenio con el PAMI.»
Menacho explica que «del mismo grupo, hay muchas que participan en el coro del Centro de Jubilados y Pensionados de San Rafael. Ellos enían un compromiso para noviembre de viajar a Córdoba a cantar a un evento nacional de jubilados y el director estable que tenían había pedido un mes de licencia por una cirugía. Les pareció que era mucho tiempo sin trabajar. Me convocaron, hice la la suplencia, y terminé trabajando allá porque el destino quiso que el Profe Juan Carlos partiera junto al Señor. También allí quedamos estables.»
Con profunda emoción explica que «el grupo era pequeño pero ha repuntado, ha ido creciendo. En estos momentos son 48 personas los integrantes del Coro del Centro de Jubilados y Pensionados, y nos iremos a cantar del 4 al 8 de noviembre a Córdoba. Allí se hará la elección de la Reina Internacional de los Jubilados, desde aquí vamos con nuestra reina»; y con un gran orgullo agrega que «tengo entendido que representaremos a Mendoza porque sería el único que coro que participa.»
Para Menacho, los ensayos son divertidos, entretenidos, igual que las clases, porque si alguien tira una punta no para más (risas), y cuesta retomar después. Pero también con sus momentos de reflexión sobre distintos temas de la vida.»
«Todas son maravillosas, todas tienen su aporte humorístico, y también tienen sus días con la carga emocional propia que puede tener un ser humano. Aquí compartimos esa carga de cada una, pero en definitiva siempre nos reímos, siempre hay buen humor, siguen aprendiendo, porque no sólo siguen viniendo porque parece que les interesa la clase, sino que se van sumando más personas, y el curso va creciendo en conocimientos, en afinación, en aprendizaje. Hoy tenemos una chica nueva, quien siempre va al coro del Centro de Jubilados y hoy vino por primera acá, a la facu.»
Hace unos días, con motivo de los 54 años de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria, se presentó un concierto memorable. Para UPAMI fue una prueba de fuego. «Fue nuestra primera presentación, la gente aplaudió muchísimo y fue muy emotivo, gratificante, nos ovacionaron.»
A partir de esa presentación surgieron propuestas, proyectos. Desde la misma facultad piden nuevas actividades, «muy conformes con el equipo de trabajo que se ha conformado con José Gutiérrez, y con la directora de la Orquesta Infanto Juvenil de General Alvear. Y es en ese instante, que Menacho, entre aplausos de las integrantes del coro, anunció la formación de la Orquesta Infanto Juvenil de San Rafael, la que comenzó a trabajar en esta semana. Otro motivo de orgullo y satisfacción.
Por ahora no hemos enfrentado grandes costos, sólo en fotocopias, pero cada uno afronta lo suyo.
Para quien desea integrar este coro, tanto de las clases en la Facultad, que se dictan los martes de 10 a 12, como en el Centro de Jubilados y Pensionados que se dictan los lunes de 18 a 19 y jueves de 17 a 18.
«El objetivo de este convenio es generar un espacio de contención, para que la gente esté integrada y tengan una participación, también un aprendizaje de valor. Hay testimonios de chicas que creían perdidas las posibilidades de formar parte de un coro, pero que ahora lo ven cristalizados con este taller de canto.»
Para las chicas, Darío es instructor pero también compañero, psicólogo, consejero, amigo. Hacen bromas. Juegan. Descubren. Pero casi al unísono expresan que es muy comprensivo.
«Comprende nuestras actitudes. Cuando una persona entra en la tercera, para la mayoría es como que el mundo se les va acabando, la mayoría viudas, con hijos que ya están en la suya, y el hecho de estar en esta actividad nos sentimos muy contenidas.»
«Disponer de tiempos, de horarios, días, sin alguien que controle nuestras vidas, se convierte en una satisfacción y además poder disfrutar de amistades nuevas.»
«Esto es hermoso, porque el canto nos lleva a renacer. Siempre hay expectativas de algo nuevo. El contenido de la música es la vida. Nos ayuda espiritualmente.»
«Empezamos con el profe y el no recibía honorarios, pero siguió enseñando. El grupo se fue agrandando.»
Para otras, es sentirse realizada. «Nos gustó desde niñas pero nunca lo pudimos concretar. Hoy forma parte íntegra de nuestras vidas.»
Son un ejemplo de vida. Ellas dejaron de lado lo negativo. Viven cada instante con suma alegría. Comparten con sus familias. UPAMI: Vivir una experiencia «en clave de sol para el alma.»
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