Fueron 25 pelotazos. Es una razón de por qué la selección atacó mal. Fueron 11 en el primer tiempo; 14 en el segundo. El juego asociado fue una excepción. En parte, por la buena presión interior planeada por Gustavo Quinteros. Cada vez que un volante argentino recibía de espalda tras una salida desde el fondo, era asfixiado. Sobre todo Biglia, como en la jugada que se patinó y el contraataque 2 vs 2 finalizó en un remate de Noboa de emboquillada. La trampa de Ecuador fue dejar salir del fondo a la Argentina, pero lo que no le permitió fue darle alternativas de pase en zona de medios. Y una vez allí, lanzó hacia los costados para atacar las espaldas de los laterales (Roncaglia y Mas), que venían de quedar bien abiertos y adelantados para hacer ancho al equipo en la progresión. Pero el abuso de pelotazos también influyó en la lesión de Agüero, tras una búsqueda de Biglia. Por el contrario, la presión argentina no fue coordinada ni en bloque. Pero cuando zafó de la presión, también jugó en largo porque los ofensivos picaban tan rápido que el poseedor del balón no tenía descargas cerca.

El envío largo propio también tiene una incidencia defensiva. Si la pelota va rápido, corre el riesgo de volver a la misma velocidad. Así fue el 2-0 de Ecuador. Nació de un pelotazo de Otamendi a Tevez y terminó en un contraataque de Valencia para el gol de Caicedo. Por eso, en su Newell’s, Martino buscaba atacar en forma escalonada para avanzar con varios protagonistas y, además, quedar con mucha gente para recuperar la pelota ante la pérdida. Y así evitar los contragolpes. Teniendo en cuenta que Paraguay no mirará con malos ojos el empate en Asunción, luego de ganar en Venezuela, y que también Ramón puede proponer un juego como el de Ecuador, una forma de evitar sorpresas es atacar más en corto y sin saltear líneas.

Los cambios de Martino reclamaban más retoques por la [falta de] elaboración del juego que para la explosión o la definición. El ingreso de Tevez por Agüero fue lógico, pero el equipo después necesitaba más toque corto y paredes que desequilibrio en el área. Es una característica a revisar para la próxima convocatoria, ya que si Pastore no tiene un buen partido, las alternativas más próximas pueden ser Lamela o Gaitán. Pero ninguno de los dos ingresó. La salida de Pastore también pudo haber influido en… el gol de Erazo. Córner de Martínez, peinó Castillo y gol de Erazo. Pastore (1m87) era uno de los libres a la altura del primer palo, pero en ese momento estaba Lavezzi (1m73), su reemplazante, por más que en ese tiro de esquina Di María tomó el primer palo y Biglia (el segundo libre) se metió siguiendo una marca. Detalles que pueden definir un partido. Los cinco que tomaron hombre a hombre: Otamendi, Garay, Roncaglia, Mascherano y Mas. Pastore había rechazado de cabeza en dos de los cuatro córners que hasta allí había ejecutado Ecuador. En los otros, habían ganado Mas y Biglia. Más que nunca será otro punto a revisar teniendo en cuenta el poderío que suele mostrar Paraguay en el juego aéreo. Y que viene de anotarle por esa vía a la selección de Martino en la Copa América.

Fuente: Cancha Llena – http://canchallena.lanacion.com.ar/1835296-los-puntos-flojos-donde-fallo-la-seleccion-argentina