El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, anunció este viernes la suspensión de una cónsul honoraria en Turquía, acusada de utilizar una placa con el emblema oficial en una tienda donde vendía botes a los migrantes que buscan llegar a Europa por el Mediterráneo.
«El ministro viene de ordenar su suspensión», indicó el ministerio francés de Asuntos Exteriores, respondiendo a una polémica desatada por un programa de televisión de la cadena France 2 que mostraba que el comercio de artículos marítimos de Françoise Olcay en la localidad de Bodrum tenía una placa que lo identificaba como «agencia consular francesa».
«Su suspensión viene de ser notificada» por la cónsul general de Francia en Estambul.
Françoise Olcay ejercía esta función desde octubre de 2014. En el reportaje de France 2, realizado con una cámara oculta, la ex cónsul reconoce que vende botes y chalecos salvavidas a los refugiados que arriesgan sus vidas para llegar a las costas griegas.
En sus declaraciones, Olcay admite que indirectamente participa en la cadena del tráfico de personas y afirma que las autoridades turcas también forman parte de estas redes.
Al ser interrogada sobre por qué sigue con esta actividad, la ex cónsul responde que si ella lo deja, otros van a ocupar su lugar.
En la playa del balneario de Bodrum naufragó el barco en el que viajaba el niño Aylan Kurdi, cuyas fotos muerto boca abajo en la arena horrorizaron al mundo entero.
Los cónsules honorarios, que cumplen generalmente su misión sin cobrar, tienen un estatuto especial entre los funcionarios, ya que están facultados para ejercer actividades remuneradas.
Su función principal es mantener un contacto estrecho con la comunidad de expatriados y sus competencias están limitadas a la protección y la asistencia de los ciudadanos de su país, debido a su conocimiento del lugar o sus contactos con las autoridades locales.