No estuvieron todos, pero sí una importante mayoría. Como sea, se trató del gesto de unidad sindical más importante de los últimos tiempos: la plana mayor del sindicalismo opositor, encabezada por Hugo Moyano y seis dirigentes de la CGT Azopardo, compartieron ayer un asado con adversarios internos como los independientes de la CGT oficialista y dos de «los Gordos».
Durante el encuentro, que se mantuvo en secreto, los tres sectores sindicales acordaron mantener reuniones de manera periódica, mostrarse juntos públicamente, definir una agenda de temas en común, probablemente difundir una declaración en conjunto y avanzar de esa forma hacia la reunificación de la CGT. Claro que para eso deberán convencer de sumarse a un grupo de dirigentes kirchneristas, hoy alineados con el sciolismo, que se resisten a esta iniciativa, como Antonio Caló (metalúrgicos), Omar Viviani (taxistas) y Ricardo Pignanelli (SMATA), entre otros.
De la comida, que se extendió entre las 14 y las 16.30 en un lugar que nadie quiso revelar, participaron, además de Moyano, dirigentes de su sector como Guillermo Pereyra (petroleros), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Amadeo Genta (municipales porteños), Gerónimo «Momo» Venegas (rurales), Abel Frutos (panaderos) y Oscar Mangone (Gas); los independientes de la CGT oficialista Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), y los «Gordos» Armando Cavalieri (Comercio) y Héctor Daer (Sanidad).
«Todavía no hay fecha para concretar la unidad. Este es un paso que muestra la vocación de unidad y de que tenemos que tener autocrítica y definir contenidos», afirmó uno de los dirigentes que estuvo en el encuentro, que restó importancia a las ausencias: «Caló es de la UOM, una organización que siempre fue prenda de unidad en la historia sindical», dijo.
No fue casual que se haya difundido la fotografía del encuentro, que Clarín publica en forma exclusiva: sus promotores quieren que se convierta en un símbolo de la unidad y que esa imagen haga cambiar de opinión a los gremialistas que todavía dudan de adherir a esta convocatoria. Ayer, de todas formas, no se avanzó en ninguna definición tajante: nadie habló de que Moyano debía dar un paso al costado ni se barajaron nombres del líder de una CGT unificada.
Caló no quiere apurar la unificación. Por eso mira con recelo estas negociaciones que, desde la CGT que lidera, motorizan los independientes y «los Gordos»: quiere hacer valer su condición de primer sindicalista en haber apoyado a Scioli y cree que concretar la unidad para fin de año lo debilitaría políticamente.

Fuente: http://www.clarin.com/politica/CGT-Hugo_Moyano-Antonio_Calo-unidad_sindical_0_1429657077.html