Hoy se conmemora el Día del Maestro al cumplirse el aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento.
En 1943, la Conferencia Interamericana de Educación (integrada por educadores de toda América) se reunió en Panamá y estableció el 11 de septiembre como Día del Maestro:
Ninguna fecha es más oportuna para celebrar el día del maestro que el 11 de septiembre, día en que pasó a la inmortalidad Domingo Faustino Sarmiento. Por tanto se declara día del maestro en todo el continente americano el 11 de septiembre.
Revalorizar al «maestro»
Ser maestro es una vocación que va más allá de cualquier contexto social. Es un compromiso, un desafío que asume el maestro con si mismo y con los otros.
El maestro se enfrenta todos los días con el desafío de impartir conocimientos, pero de a poco se convierte ese ser especial que ayuda, que aconseja, que estimula.
El respeto y reconocimiento hacia ellos, tanto de alumnos como de padres y sus propios pares, se debe plasmar todos los días. Ellos, a partir de su conocimiento y enseñanza, nos llevan de la mano gran parte de nuestras vidas. Y de a poco se van convirtiendo en parte fundamental de nuestras vidas.
La sociedad toda debe valorar su vocación de educarnos no como nuestros padres, pero sí como guías. Porque tienen el objetivo de convertirnos, junto a los padres, en seres armoniosos con la naturaleza, prepararnos para grandes desafíos personales y para los cambios permanentes en el mundo.
La complejidad de la docencia no sólo radica en la amplitud de conocimientos que se requiere para ejercer. También, es preciso disponer de ciertas habilidades, actitudes y valores que, en interacción con los conocimientos de las disciplinas y de la docencia se traducen en competencias profesionales esenciales que hagan posible planear, desarrollar y evaluar los procesos de enseñanza y aprendizaje de sus educandos, en contextos particulares. Así, la docencia se desarrolla siempre en función de procesos de largo aliento y ligada a las características individuales y socioculturales de cada uno de los alumnos.
Su lucha es diaria como su tarea, compleja, educar con los valores fundamentales que nos forjan como seres humanos, esa formación de la que deben hacerse responsables también los padres y la familia. Una tarea conjunta con el maestro, que debe estar siempre basada en valores recíprocos.
Es así como revalorizaremos la tarea y la función del docente cada día.
Sé el primero en comentar en «Revalorizar al «maestro»»