San Rafael, Mendoza jueves 19 de septiembre de 2024

Alarma externa: el mundo condiciona la economía local

La baja del precio de las commodities, la lenta recuperación de Brasil, Estados Unidos y la Unión Europea, y el menor crecimiento chino hacen prever un 2013 complicado

 

Durante muchos años, los críticos del kirchnerismo decían que la Argentina crecía por el viento de cola, por el empuje de la bonanza de los precios de las materias primas, en especial por la soja . En 2012, la presidenta Cristina Kirchner dijo que el mundo se nos había caído encima. Tal vez ninguna de las afirmaciones sean ciento por ciento ciertas. Las perspectivas para 2013 muestran a un mundo que quizá crece más que el año pasado, sin volver a la bonanza previa a la crisis global de 2008/2009, con un Estados Unidos que se recupera más rápido, pero con incertidumbre, una China que vuelve a acelerar, una Unión Europea que sigue hundiendo y un Brasil que no logra arrancar con el vigor deseado.

La Argentina fue uno de los países latinoamericanos que menos se beneficiaron de la mejora de los términos del intercambio (la relación entre los precios de las exportaciones y los de las importaciones), según un informe del Estudio Bein. Entre 2003 y 2011, estos términos mejoraron más en Venezuela (120%), Chile (85%), Bolivia (60%), Perú (45%), Colombia, Brasil (ambos, 40%) que en la Argentina (15%) y Uruguay (1%). Los precios de los minerales y el petróleo llegaron a máximos históricos, mientras que los de los alimentos están recuperándose de décadas de valores bajos.

Sin embargo, entre 2003 y 2012, los países latinoamericanos que más crecieron fueron Panamá, Perú, Uruguay y la Argentina, donde influyeron factores internos.

En 2012, cuando la Argentina pasó de crecer al 9% anual a hacerlo a sólo el 2%, según el Gobierno, el comercio mundial dejó de expandirse al 5,2% como en 2011 y aumentó 2,1 por ciento. En cambio, las exportaciones argentinas cayeron el año pasado 3,3 por ciento. Para 2013, la Organización Mundial de Comercio preveía un alza de 4,5%, pero esta semana ya ha rebajado su proyección a 3,3 por ciento. El año pasado el ingreso de capitales en mercados emergentes, incluidos los especulativos y la inversión real, apenas bajó respecto de 2011, frente a una menor salida en la Argentina de las restricciones cambiarias. Para 2013, el Instituto de Finanzas Internacionales, que nuclea a la banca mundial, prevé una mejora modesta en los flujos hacia países en desarrollo, pero no es de esperar que ese aumento beneficie a la Argentina, según analistas consultados. Otra vez aparecen factores internos.

Eduardo Levy Yeyati, economista de Elypsis, colabora en la redacción del informe semestral que elabora el Banco Mundial sobre el estado de la economía global. Identifica tres motores para describir la situación general: la demanda, es decir, si Estados Unidos, China y la UE crecen; el riesgo financiero, que está asociado a las actuales bajísimas tasas de interés -los países desarrollados, y sobre todo Estados Unidos y Japón, apuestan a abaratar su dinero para incentivar la actividad económica- y la consiguiente gran liquidez global; y los términos del intercambio -en general, al abaratarse el dólar, aumentan los precios de las materias primas, que cotizan en esa moneda-. «La visión es que el crecimiento mundial estará más o menos como en 2012, no muy alto, pero moderado. La UE no va a crecer, e incluso la periferia (España, Italia, Grecia, Portugal e Irlanda) decrece. Estados Unidos crece con solidez, pero menos que antes de la crisis de 2008/2009. China pasa a crecer al 8,5%, ya no al 10%, pero con solidez. Por tanto, el impacto de la demanda externa en la Argentina es menor que antes de la crisis, pero no es negativo», concluye Levy Yeyati.

ESTADOS UNIDOS, A PASO LENTO

 

Estados Unidos es el destino de 5% de las exportaciones argentinas, pero su demanda pesa en la economía mundial y, por tanto, en los precios de las materias primas. Creció en el primer cuatrimestre de 2013 a un ritmo anualizado de 3%, frente a 1,6% del cuarto trimestre de 2012, según la agencia Bloomberg. Sin embargo, su presidente, Barack Obama, acaba de anunciar un presupuesto 2014 con recortes sociales ante la presión para evitar el llamado abismo fiscal, lo que podría debilitar la demanda.

Marina Dal Poggetto, analista del Estudio Bein, rescata como positivo que las ventas de casas nuevas hayan subido en Estados Unidos a su mayor nivel desde el estallido de la burbuja hipotecaria en 2007. También valora que la tasa de interés de referencia de ese país siga entre 0 y 0,25%, pero se pregunta cuándo arrancará la economía de la superpotencia y la Reserva Federal (Fed) se decidirá a subir el costo del dinero. En la Fed están divididas las opiniones de si deberían subir ya la tasa, lo que impactaría negativamente en el flujo de capitales a mercados emergentes y de materias primas. «Esa discusión sólo se zanjará en 2014», se relaja Dal Poggetto. Gabriel Palma, profesor chileno en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), advierte que un cambio de precios en las materias primas sería letal para América latina, aunque considera que este país y Venezuela ya están en problemas serios. En el caso argentino, por la inflación y las dificultades de la balanza de pagos y para endeudarse.

A China va 6% de las exportaciones argentinas y su demanda es clave para las cotizaciones de los productos básicos, sobre todo los industriales (acero, aluminio) y minerales, más que los alimentos, más influidos por sequías en los países productores. Se expandió 8% en el primer trimestre, según una encuesta de la agencia Reuters. En 2012 había crecido 7,8%, el menor nivel en 13 años.

A la UE se destina 15% de las exportaciones nacionales. Los economistas consultados por Reuters prevén que la eurozona se contraerá este año 0,4 por ciento. En la Europa que busca solucionar sus déficits fiscales con más ajustes, el rojo no deja de crecer y la economía no cesa de caer. «No creo que Europa vaya a mejorar nada», opina Ricardo Delgado, economista de Analytica. Pero señala que la Argentina exporta más a otros destinos, como África. No es que las misiones del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, hayan dado un súbito resultado, sino que el continente olvidado compra más alimentos. Seis de los 10 países que más crecen en el mundo son africanos. De los US$ 12.600 millones de superávit comercial argentino en 2012, unos 5200 millones llegaron desde África.

A Brasil va 20% de las ventas externas de la Argentina. «Brasil, que nos compra manufacturas, va a tener crecimiento bajo», observa el consultor de Elypsis. «Hace esfuerzos por crecer, pero tiene problemas», añade Levy Yeyati. «Brasil nunca creció mucho, siempre estuvo inflado por los medios», suelta el consultor de Elypsis. El gigante sudamericano ocupó el puesto 15° en crecimiento económico entre los 18 países latinoamericanos entre 2003 y 2012. «Crecía a mediados de los 2000. Estabilizó su macroeconomía, controló la inflación y accedió a capitales, pero nunca incrementó el ahorro y la inversión bruta (maquinaria y construcción), que sigue baja. Su moneda se apreció más que ninguna en América latina en los últimos diez años (con el consiguiente aumento de costos en dólares) y esto golpea al sector industrial.»

Las perspectivas de crecimiento de Brasil para 2013 ya se redujeron de 4,5 a 3 por ciento. «A pesar de la baja de tasa de referencia de 12,5% a 7,25%, las tasas que cobran los bancos a las familias siguen altas, por lo que no aumenta el consumo», alerta Dal Poggetto. Encima, la baja de tasa provocó primero el efecto negativo, una mayor inflación, que el positivo, la reactivación, según advierte Roberto Frenkel, investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes). Es así como el mes pasado la inflación anual superó la meta máxima de 6%, con lo que las autoridades han reaccionado con promesas de medidas para contenerla, algo que podría dañar la recuperación.

BRASIL SE CUIDA DE LA INFLACIÓN

Frenkel opina que Brasil teme imitar la experiencia inflacionaria de la Argentina. De cualquier modo, el recorte de la tasa de interés de referencia en el gigante sudamericano ha ahorrado el gasto en intereses de la deuda pública y eso le ha permitido al gobierno de Dilma Rousseff reducir impuestos al consumo y las empresas para dinamizar el ciclo económico. Por ejemplo, continúa la rebaja tributaria a la compra de autos, lo que llevó a que la Argentina aumentara el mes pasado más de un 50% sus exportaciones a Brasil, destaca Dal Poggetto.

Delgado considera que, de la situación internacional, lo más relevante para la Argentina son Brasil y los precios de las materias primas, en especial, la soja. Y si bien el socio mayor del Mercosur «crece sistemáticamente menos que la Argentina, es probable que este año la empate».

 

Si se confirma que la demanda global mejora levemente respecto de 2012, «los términos del intercambio se mantienen en los actuales niveles y no agregan ni quitan crecimiento a la Argentina», opina el consultor de Elypsis. No obstante, el precio de la soja, que promedió los US$ 536 en 2012, cuando había sequía en Estados Unidos, la Argentina, Brasil y Paraguay, bajó a 514 esta semana y los mercados de futuros la cotizan a 455 a fin de año.

Claro que en 2013 la Argentina podrá aprovechar los aún altos precios de los granos. Delgado pronostica que el volumen de la cosecha será un 20% o 25% mayor al de 2012, cuando lo que no cayó encima fue el agua y la sequía redujo las cantidades en un 25 por ciento. «Si los productores no venden granos, es que su situación financiera no está mal», opina el economista de Analytica. «Si ven que el precio ronda los 500 o 505, pueden temer que siga bajando y eso los incentiva a vender. Además, buena parte de la cosecha está comprometida a los que financian la campaña, las grandes cerealeras», describe Delgado.

«El mundo no se está cayendo, empuja menos, pero quizás ese empuje no lo recibamos», concluye Levy Yeyati. «Brasil y la soja nos impactan este año favorablemente, pero no pasó lo mismo en 2012», ratifica Delgado. «Es verdad que tomamos medidas no muy favorables: el cepo cambiario y la estatización de YPF afectaron la capacidad de la economía de generar certidumbre. Pero si crecemos menos que Chile y Perú es porque los precios de los minerales son los más altos de la historia. Sus economías son más simples que las de Brasil o la Argentina», evita Delgado comparaciones con otros vecinos. «En 2012, el mundo no se cayó como en 2009, pero tampoco fue tan agradable. En 2013 será un poco más agradable, no un mundo feliz, salvo para economías muy primarizadas.»

US $ 514

Precio de la tonelada de soja
El valor de la oleaginosa, que fue en promedio de US$ 536 en 2012, comenzó a bajar este año

UN PAÍS QUE ESPANTA LA INVERSIÓN EXTRANJERA

El flujo financiero hacia mercados emergentes resultará «un poco mejor que en 2012», según el economista Eduardo Levy Yeyati. «En la Argentina, lo financiero impacta menos positivamente porque la liquidez internacional, que se verifica mucho en inversión extranjera directa, no viene al país. Acá tenemos poca inversión extranjera directa, y la que hay está principalmente asociada a la minería, pero la retirada de Vale es una merma importante», dice el profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en referencia a la suspensión del proyecto de la empresa brasileña en el proyecto Potasio Río Colorado, en Mendoza.

«En la llegada de capitales vamos a contramano de países como Chile, Perú, Colombia o Uruguay. Allá hay afluencia de capitales para invertir en minería, petróleo, servicios, manufacturas e infraestructura. Pero acá tenemos represión financiera. Es poco atractivo hundir dinero cuando no te dejan sacar el dinero cuando fructifica. Hay desmanejo macroeconómico, fragilidad cambiaria, imposibilidad de acceder a financiamiento. Si la Argentina pudiera desandar este camino, seguro tendrías cola para invertir en activos reales. Hoy el tipo de cambio no debería estar lejos de 6 pesos por dólar, no por más exportaciones, sino porque podrías fondearte con inversiones.»

«Con el riesgo país alto se decidió no tomar deuda afuera, sino usar reservas. Y eso llevó a que, para evitar una devaluación, impusieran controles cambiarios, y éstos a su vez agudizaron el aislamiento del crédito para el Estado y las empresas», agrega Dal Poggetto, profesora de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). «Hoy la Argentina podría colocar deuda debajo de 10% si hiciese algunas cositas», opina Delgado. «Debería tomar deuda de organismos multilaterales porque necesita infraestructura. En el Banco Mundial, el BID [Interamericano de Desarrollo], la CAF [Corporación Andina de Fomento] hay liquidez, y sería muy interesante porque subirían las reservas», propone.

La debilidad del dólar ha llevado a una guerra de monedas, en la que países como Japón y Suiza buscan devaluar. Al final del día, se aprecian el euro, dada la obsesión del Banco Central Europeo (BCE) por la inflación, y las monedas de los países emergentes. Dal Poggetto calcula que la relación del peso con el dólar está igual que en la convertibilidad, pero el tipo de cambio multilateral, que se compone por una canasta de monedas de naciones con las que se comercia, está 40% más alto que en 2001, dada la apreciación de monedas en Europa, Asia y América latina.

Fuente: Diario Nación

Por Alejandro Rebossio  | LA NACION

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