La estructura de subsidios económicos insumió $ 97.400 millones en la primera mitad del año, según ASAP. El gasto subió 40,4% interanual y los ingresos, 28,8%
Nueve de cada 10 pesos del déficit del semestre financiaron subsidios a energía y transporte
Los subsidios a la energía y el transporte representaron el 90,9% del déficit de las cuentas públicas del primer semestre. Así surge de cruzar el resultado fiscal del sector público, que el Ministerio de Economía difundió en la noche de miércoles, con el informe de ejecución presupuestaria que realiza la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) en base a información oficial.
El déficit financiero totalizó $ 107.135,8 millones en el primer semestre del año, mientras que los fondos destinados a subsidiar empresas públicas, fondos fiduciarios y al sector privado (subsidios económicos, principalmente para energía y transporte) insumieron $ 97.400 millones.
El rojo fiscal contando el pago de intereses de deuda creció 187% interanual en comparación con el primer semestre de 2014. Los $ 107.135,8 millones significan prácticamente todo el déficit de los doce meses del año pasado: $ 109.719,9 millones.
Las transferencias corrientes al sector privado, el ítem de los gastos corrientes que engloba el pago de subsidios a familias (como la Asignación por Hijo) y los giros para pagar energía y transporte, insumieron $ 147.738 millones, o uno de cada cuatro pesos de ingresos totales del semestre ($ 60.625,1 millones).
El déficit treparía a $ 157.741 millones sin no se tienen en cuenta los aportes del Banco Central y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS), que en seis meses sumaron $ 56.605,9 millones. La entidad que preside Alejandro Vanoli envió utilidades al Tesoro por $ 26.635,7 millones, mientras el organismo que dirige Diego Bossio colaboró con $ 23.970,2 millones.
Lo llamativo es que los aportes clave de estas dos entidades se congelaron: en el primer semestre de 2014, giraron $ 50.208 para morigerar un rojo fiscal que terminó en $ 37.293 millones. «Se confirma un escenario de deterioro fiscal muy significativo, en un contexto en el que al Gobierno le es muy difícil financiarse», afirmó el director de la consultora ACM Maximiliano Castillo. Para el especialista, la baja del precio internacional de la energía y la menor actividad aliviaron la carga del Estado.
Con los aportes del BCRA y la ANSeS constantes, el déficit creció porque «el gasto registró una suba del 40,4% en la comparación interanual, en tanto que la suba de los ingresos se ubicó en torno al 28,8%», consignó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) en un reporte. El Gobierno también tuvo déficit primario (previo al pago de intereses de deuda), de $ 46.594,6 millones en seis meses.
En junio, por primera vez en el año, los ingresos superaron a las erogaciones. Los recursos totales crecieron 38,6% y el gasto público aumentó 35,9%. «El mayor dinamismo en los recursos totales obedeció fundamentalmente a la mejora en la recaudación tributaria», indicó Iaraf. En junio, el déficit primario fue de $ 37,2 millones y el financiero llegó a $ 19.981,5 millones.
Según informó la cartera que conduce Kicillof, el gasto se incrementó por el giro de más recursos a la Seguridad Social (por los aumentos a jubilados y la moratoria, entre otros), y por las transferencias corrientes al sector privado y los gastos de capital, que «se incrementaron tanto por los mayores gastos de carácter económico, particularmente por las erogaciones destinadas al sostenimiento de las tarifas eléctricas, del transporte, y a los consumos residenciales de gas licuado de petróleo, como también por aquellos con finalidad social».
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