Está ofreciendo futuros por vencer a fin de año a precios acorde con un dólar menor a $ 5,90
El Banco Central (BCRA) intensificó en los últimos días sus esfuerzos por tratar de que el mercado descarte la idea de un salto devaluatorio tras las próximas elecciones legislativas.
La entidad lleva al menos cuatro ruedas ofreciendo vender en el mercado local de futuros contratos a vencer a fin de año a un tipo de cambio progresivamente descendente y siempre por debajo de los $ 5,90, en un intento de desactivar esa expectativa aunque, por el momento y a juzgar por las escasas operaciones que logró cerrar a ese plazo, no ha logrado ser muy persuasivo.
Los primeros intentos al respecto se remontan a comienzos de mes, cuando colocó ofertas a vencer a fin de diciembre a un precio de $ 5,88. «La primera oferta la hizo el viernes y algo vendió. De allí en más siguió ofreciendo contratos por el equivalente a 100 millones de dólares a fin de año casi a diario, aunque a un tipo de cambio progresivamente más bajo, que llegó a 5,8685 pesos el lunes y rebotó a 5,8690 anteayer, pero no se notan muchos bancos ni inversores interesados por ahora», comentó a LA NACION un agente que sigue de cerca estas operaciones.
«Al bajar el precio unas milésimas, quiere decir que el que compró primero ya va perdiendo. Es un intento de convencer que no habrá cambios en la política cambiaria ni después de las elecciones», explicó.
La jugada también fue captada por el economista Miguel Bein, que la destacó en su último informe, preguntándose si el BCRA convalidará efectivamente ese derrotero cambiario, que supone mantener la tasa de devaluación del peso frente al dólar por debajo del 20% anual, o estará dispuesto a perder pesos para compensar los contratos vendidos.
Los operadores toman con pinzas este dato. No desconocen que operar futuros es la manera más barata que el BCRA tiene para tratar de operar sobre las expectativas cambiarias, en especial, porque no implica poner en riesgo sus menguadas reservas. «Al BCRA no le interesa perder o ganar en ese segmento, sólo le importa tratar de tranquilizar: es una operatoria en la que no hay entrega física de dólares, sino que te compensa en pesos por diferencia entre el precio comprado y el que se verifica al finalizar el plazo del contrato», explican.
LA PELEA PROMETE SER DURA
Pero la batalla por las expectativas luce ardua, ya que los antecedentes no le juegan a favor (tras las últimas elecciones surgió el cepo) y ni siquiera las autoridades del organismo monetario están confirmadas en su cargo: su presidenta, Mercedes Marcó del Pont, y el vice, Miguel Pesce, están designados «en comisión» (que es como un interinato) y el mandato de tres de sus seis directores (casualmente los únicos que cuentan con aval del Senado) vence precisamente antes de las elecciones.
«El mensaje al mercado por ahora es: no hay devaluación; tampoco después de las elecciones», interpretó Bein al evaluar esos movimientos. «Con elecciones en seis meses, difícilmente se avance en algo distinto a lo que vimos hasta ahora. Ésta era la base de nuestro análisis. Ya en mitad de la corrida decíamos que no iba a haber desdoblamiento cambiario ni una aceleración de la pauta de devaluación y que en todo caso el manejo de la brecha iba a ir por el camino de más controles», recordó.
Sobre esa base se animó a sostener su proyección de un dólar oficial promedio a $ 5,83 para fin de año «consistente con un ritmo de devaluación anualizado del 19%, que será algo más lento hasta las elecciones y algo más acelerado después».
Por Javier Blanco | LA NACION
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