La ex secretaria de Estado y candidata demócrata, Hillary Clinton, durante el discurso en Miami. Reuters RUI FERREIRAEspecial para EL MUNDO Miami
«Llegó el momento de acabar con el embargo. Es necesario porque sin eso no hay progreso en Cuba y los cubanos han esperado ya demasiado por el progreso. Es sencillo, el embargo debe irse de una vez por todas», ha dicho Clinton.
Porque, «si vamos hacia atrás, nadie se va a beneficiar más que los elementos de línea dura en La Habana. De hecho, no hay argumento más sólido (a favor del levantamiento del embargo) que el hecho de que los elementos de línea dura en Cuba se oponen a ello. Por eso, hay que hacerlo».
En un discurso pronunciado en la Universidad Internacional de Florida, a pocos metros donde se yergue el Memorial Cubano que recuerda las víctimas del castrismo, la precandidata demócrata subrayó que solo el contacto directo entre estadounidenses y cubanos puede mejorar la situación de derechos humanos en la isla comunista y no el aislamiento.
Según Clinton, tras el levantamiento del embargo los cubanos exigirán más oportunidades
«Estamos en un momento crucial de las relaciones entre los dos países y en las próximas elecciones tendremos que decidir si mejorarnos los contactos o mantenemos una política de Guerra Fría», ha explicado Clinton.
Según la ex secretaria de Estado el debate sobre el levantamiento del embargo «es emocional, no intelectual», pero es un tema «que debe ser abordado de frente».
«Deseo que cada cubano en la isla venga a pasar un día caminando por Miami y vea lo que ustedes han construido, como han transformado esta ciudad en un ciudad dinámica y global. Cómo han logrado ser empresarios y líderes cívicos de éxito. Me parece que no les tardará mucho en comenzar a exigir oportunidades similares y lograr un éxito similar en Cuba», dijo Hillary Clinton, quien se presentó vestida de verde, el color de la esperanza, como hizo cuestión de señalar a el Mundo un colaborador suyo, y rodeada de cuatro banderas estadounidenses. Ninguna cubana.
La ex secretaria de Estado reconoció que su propuesta de levantar el embargo puede ser acogida con cierto escepticismo en el seno de la comunidad cubana emigrada, porque, «yo también he sido escéptica al respecto». Sin embargo, «durante 50 años les han prometido el progreso. Lo cierto es que no podemos esperar más por una política que ha fracasado y que no ha dado frutos. Hay que apoyar un cambio en la isla que lo necesita con desespero».
Clinton recordó que ha llegado a la conclusión de que el embargo debe terminar cuando estaba en la secretaria de Estado. «Solo una apertura puede quitarle a los Castro sus argumentos», ha subrayado.
«El Gobierno (cubano) tendrá que adaptarse a los tiempos modernos cuando se levante el embargo, tendrá que actualizarse«, ha dicho la ex primera dama estadounidense.
El embargo fue decretado en 1961, cuando el Gobierno cubano nacionalizó las empresas y propiedades de estadounidenses en la isla después que el Gobierno de Dwight Eisenhower interrumpió la compra de azúcar, a la sazón la principal exportación cubana.
El cambio de rumbo de Clinton
Cuando en 2008 Clinton se postuló por primera vez a la nominación demócrata, contra el ahora presidente Barack Obama, insistió en varias ocasiones que de ser electa no haría concesiones al Gobierno de la isla y abogó por mantener el embargo hasta que no hubiera democracia o se respetara los derechos humanos.
Sin embargo, en su libro de memorias ‘Hard Choices’ desveló que antes de abandonar la secretaria de Estado en febrero del 2013,había sugerido al presidente Obama que revisara la política haciaCuba y el embargo en particular porque «no estaba dando resultados».
«Cuando sea presidente, pienso incrementar la influencia estadounidense en Cuba y no reducirla. Voy a trabajar con el congreso para acabar con el embargo y daremos otros pasos», ha prometido.
Su idea es promover los viajes de estadounidenses no cubanos a la isla comunista, algo que está prohibido hoy, y «si el Congreso no me deja, ejerceré toda mi autoridad ejecutiva para lograrlo». Además, aprovechará las mejores comunicaciones y relaciones con los cubanos para apoyar de un modo mucho más efectivo la defensa de los derechos humanos, porque «una influencia estadounidense en la isla tiene todas las condiciones para abrir nuevos espacios políticos». Por último, «vamos a secundar el liderazgo del papa Francisco que llevará una fuerte mensaje a la población cuando viaje a Cuba en septiembre».
«Voy a cursar órdenes a los diplomáticos de nuestro país para queprioricen el establecimiento de relaciones con el mayor número de cubanos posible , especialmente los nuevos empresarios, los defensores de los derechos de la mujer y de los trabajadores, los activistas del medio ambiente, artistas, blogueros. Cuantas más relaciones establezcamos, mejor», subrayó.
Clinton colocó sus palabras y propuestas en el marco de una mejoría de las relaciones de Estados Unidos con la región latinoamericana. «Esto es algo muy importante, estratégicamente. Nosotros miramos demasiado hacia el oeste, hacia el este, pero muy poco hacia el sur y ninguna región en el mundo es más importante para nuestra seguridad y prosperidad a largo plazo de América Latina. Y no hay otra región en el mundo en mejor capacidad de emerger como una fuerza nueva para la paz y el progreso global», enfatizó la precandidata demócrata.
El embargo, un problema sin consenso
Uno de los primeros en reaccionar a las palabras de la ex secretaria de Estado fue su rival republicano, Jeb Bush. Todavía Clinton no había terminado su discurso cuando el ex gobernador de Florida hizo circular un comunicado por las redes sociales donde la critica duramente por pedir el fin del embargo económico a Cuba.
«No deja de ser un insulto para muchos habitantes de la ciudad de Miami que Hillary Clinton venga aquí a apoyar un retroceso en la lucha por la democracia en Cuba. Esta ciudad ha sido la casa y refugio de miles y miles de víctimas de Castro y el hecho de que la secretaria Clinton pida que se abandone el embargo a cambio de nada por parte del régimen de La Habana es un insulto al dolor que ellos y sus familias sienten», ha dicho el precandidato republicano quien promete, si algún día llega a la Casa Blanca, volverá a instalar sanciones contra el Gobierno cubano.
Jeb Bush ha sido uno de los primeros en posicionarse en contra de acabar con el embargo a Cuba
En su opinión, «la política Obama-Clinton tiene sus raíces en la falsa versión que describe el embargo como una reliquia de la Guerra Fría. Además, «dicen que quieren liberar a Cuba del pasado pero lo cierto es que no entienden el presente. El pueblo cubano no se encuentra prisionero de su pasado sino del régimen castristas».
Por otro lado, Hillary Clinton fue recibida en el sur de Florida por un editorial usualmente duro del diario Miami Herald que reclama elmantenimiento de las sanciones económicas a Cuba. «Hubo una época en que todo político que se postulaba a la Casa Blanca venía a la Pequeña Habana a gritar ‘viva Cuba Libre’, ese grito de llanto de los que creen que el embargo debe mantenerse hasta que los Castro dejen el poder«, dice el rotativo.
El Herald admite que el apoyo a las sanciones económicas a Cuba ya no goza del amplio apoyo de años atrás, como lo han demostrado dos encuestas recientes. Sin embargo, «al mismo tiempo muchos entienden la naturaleza maligna del Gobierno cubano y les gustaría observar algún indicio de que las conversaciones para la normalización (de relaciones) tienen algún tipo de impacto en el Gobierno de la isla. Hasta ahora hemos visto muy poco».
«Tiene que haber un momento en que también debe haber una evolución del otro lado. No hace falta ser alguien de línea dura para esperar algún tipo de ‘quid pro quo’ en la medida que este proceso avanza. Dicho d una forma simple, Cuba todavía no se ha merecido el fin del embargo. Está muy lejos de ello», dice el editorial.
Entre otras razones, apunta, «porque el régimen mantiene el mismo comportamiento represivo que le ha permitido mantenerse en el poder durante décadas», por lo cual, «si muy poco ha cambiado cuando la Sra. Clinton llegue a la Casa Blanca, debe esperar antes de restaurar relaciones comerciales completas con Cuba».
Es que, «el embargo puede ser una reliquia del pasado. Pero el Gobierno cubano también los es«, subraya el Miami Herald.
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