Google Glass estaba sumida en silencio sepulcral desde el 19 de enero, día en que se echó el cierre a las ventas. Todo hacía pensar que el proyecto había pasado a la historia, pero la gigante tecnológica no se rendía al golpe y calmaba el ambiente declarando que simplemente estaban enfrentándose a un cambio de enfoque. «Continuaremos ofreciendo Google Glass a desarrolladores y compañías», advertían ya por aquel entonces a Business Insider. 

Dicho y hecho, en EL MUNDO rompíamos el silencio de los deMountain View cuando tuvimos noticias de las nuevas Enterprise Edition (EE) y nos enteramos, gracias a 9to5Google que esta nueva edición incorporaría novedades como un diseño más alargado para evitar la fatiga ocular, la posibilidad de conectar una batería externa mayor y un menor consumo.

Google parece querer llevar el tema sin grandes pompas, pues parece que han aprendido de la gran decepción que tuvieron con la edición Explorer. Así, según informa este viernes el Wall Street Journal, la compañía estaría repartiendo discretamente prototiposde las EE a desarrolladores de software y empresas, con la esperanza de que este nuevo intento tenga éxito cuando se presente de forma oficial la nueva versión.

Según explican, las EE, además, dejarán atrás la montura original y, en su lugar, incorporarán una bisagra con la que poder ajustarlas a otro par de gafas. Además, el dispositivo vendrá con Intel integrado, lo que aumentará su autonomía.

Así, con esta nueva versión, parece ser que las Google Glass no estaban muertas y que quieren resurgir más vivas que nunca en el mercado empresarial. Sin embargo, todavía le queda mucho trayecto que recortar, pues Microsoft ya se les ha adelantado con sus HoloLens, unas gafas virtuales que funcionan con Windows 10 y de las que ya se han podido conocer sus prototipos, aunque tampoco se sabe mucho de su fecha de lanzamiento.