No fue el único dato que generó escozor. Allí se comentó que productores que antes no tenían problemas económicos ahora están pendientes de su situación financiera. Y se analizó que la próxima campaña agrícola se hará con baja inversión, lo que repercutirá directamente en el negocio de estos proveedores de insumos, que van desde agroquímicos hasta semillas y fertilizantes. En ese mismo encuentro, además, los empresarios dijeron que los puestos de trabajo que se pierden en este sector no se reponen.
La reunión del órgano directivo de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (Cedasaba), que agrupa a unas 100 firmas que comercializan productos de grandes compañías de insumos, refleja que en el primer semestre la caída en la actividad comercial del agro se agravó.
«En varios casos, la facturación del primer semestre fue la más baja de los últimos 10 años», expresó Santiago Ballesty, administrador de Cedasaba. En la entidad las empresas socias facturan, según su nivel, en promedio entre 2 millones y 20 millones de dólares por año.
Según el directivo, algunas pocas empresas vinculadas con la cámara han tenido un buen mes de ventas en junio pasado. Lo que tuvo una salida relativamente aceptable fueron productos para barbechos (para limpiar de malezas el lote y prepararlo para la siembra) y fertilizantes.
En líneas generales, la facturación de las empresas de Cedasaba bajó en un rango de 30% en el primer semestre. En un año normal, las compañías tienen ventas por unos US$ 160 millones en los primeros seis meses del año. Sin embargo, con la caída de 30% perdieron unos 48 millones de dólares, aproximadamente.
«Tenemos los galpones con mucho stock; antes no lo teníamos», dijo Claudino De Dominicis, presidente de la entidad que agrupa a 104 agronomías bonaerenses. «La caída de ventas en el primer semestre estuvo en el rango de 30%, con oscilaciones que fueron de 20 a 40 por ciento», agregó.
En la cámara quieren creer que la situación se revierta en algún momento, aunque son escépticos. «Esperamos que esto sea porque se han postergado compras», expresó el presidente.
Sin embargo, alertan que la próxima campaña estará complicada por la falta de capital de los productores, sobre todo los que alquilan tierras. «Hay campos que no se van a sembrar ni prestados. En el sector de los campos arrendados sólo se va a sembrar en los campos agrícolas muy buenos», indicó.
Respecto de la situación financiera de los productores, Ballesty señaló que «hay algunos cheques más rechazados», pero afirmó que por ahora eso se da en casos «puntuales».
De hecho, para evitar problemas las empresas, que distribuyen los insumos que les compran a grandes compañías del rubro, ponen más la lupa al momento de dar el financiamiento de un insumo. «Están más cuidadosas en el otorgamiento de créditos por insumos», remarcó Ballesty.
En fertilizantes lo comercializado estuvo dirigido a cubrir la siembra de trigo que, de todos modos, tendrá una caída de 20% respecto del año pasado según la Bolsa de Comercio de Rosario.
Al respecto, vale un ejemplo que se comentó en el encuentro de productores. En Azul, región triguera del centro bonaerense, de unas 60.000 hectáreas de promedio de trigo en años normales este año se harán entre 10.000 y 15.000 hectáreas con el cereal.
La perspectiva para la próxima siembra de granos gruesos (maíz y soja) no se muestra alentadora en cuanto a la demanda de insumos, según el análisis que hicieron en Cedasaba. «Se estima que bajará la tecnología, con semilla de menor costo, poco fertilizante y poco inoculante», contó Ballesty.
Para el maíz, productores y técnicos vienen alertando que la superficie bajaría por lo menos entre 10 y 15%, merma que se daría por cuarto año consecutivo.
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