Las obras de desdoblamiento del paso marítimo se inaugurarán a principios de agosto
Trabajos de dragado del nuevo Canal de Suez en Ismailia, en Egipto, ayer. / KHALED ELFIQI (EFE)
El Gobierno egipcio ya prepara los fastos de inauguración de su proyecto estrella, con el que pretende proyectar al mundo su renovado potencial económico: la construcción de una ramificación del Canal de Suez, el paso marítimo que comunica el Mar Mediterráneo con el Océano Índico. El acto tendrá lugar el próximo 6 de agosto, justo un año después del inicio de la ambiciosa empresa, tal como había prometido el presidente del país, el general Abdelfatá al Sisi, ante la incredulidad de propios y extraños.
Si bien El Cairo ha promocionado el proyecto como la edificación de un «nuevo Canal de Suez», en realidad, se trata de un desdoblamiento parcial del corredor marítimo, lo que permitirá la circulación de navíos en ambas direcciones, y por lo tanto, doblará su capacidad. La ramificación del canal tendrá una longitud de 72 kilómetros, casi la mitad de los más de 150 kilómetros que mide el corredor. Las obras permitirán reducir el tiempo medio necesario para cruzar el Canal de 22 a 11 horas.
De acuerdo con las previsiones del Gobierno, los ingresos anuales derivados del corredor marítimo pasarán de los cerca de 4.500 millones de euros recaudados el año pasado a más de 12.000 millones en 2023. Sin embargo, la lógica detrás del proyecto va más allá del un aumento de los ingresos que obtiene el Estado egipcio de un punto de paso clave para el comercio mundial. El Cairo pretende que la empresa sirva de estímulo a la creación de una gran zona franca industrial a orillas del Canal que convierta el país árabe en una potencia industrial en la región.
Con la mejora de la economía como uno de los principales desafíos del régimen actual, Al Sisi confía en impulsar el desarrollo del país a partir de la construcción de grandes «proyectos nacionales», entre los que figura, además del desdoblamiento del Canal de Suez, la construcción de una nueva capital en mitad del desierto o la habilitación para el regadío de más de un millón de acres de desierto. A pesar del buen ritmo de implementación exhibido en el proyecto del Canal de Suez, la viabilidad del resto suscita dudas entre los expertos.
«Las operaciones de excavación y drenaje terminarán el próximo 15 de julio», anunció Mohab Mameesh, presidente de la Autoridad del Canal de Suez y máximo responsable de la implementación del proyecto. «Desde que empezaron las obras, la gente no ha dormido … este es el mayor proceso de excavación de la historia», presumió Maamesh en una rueda de prensa celebrada en la ciudad de Ismailiya para informar de la fecha de inauguración oficial. Según el presidente de la Autoridad del Canal, actualmente ya se ha completado el 85% de los trabajos, lo que significa que se han desplazado 219 millones cúbicos de tierra.
Maamesh recordó que la financiación del proyecto, que asciende a cerca de 8.000 millones de euros, proviene de los bonos emitidos por el Gobierno y que solo podían comprar ciudadanos egipcios. Es decir, su compra estaba vetada a entidades e individuos extranjeros. De ahí que el Gobierno lo describa como un «proyecto nacional». Construido en 1861 pero bajo control extranjero hasta que fue nacionalizado porGamal Abdel Nasser en 1956, el Canal de Suez ha siempre representado un símbolo importante para el nacionalismo egipcio.
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