Anteriormente Lucas ya había asumido la tarea de coordinar todos los equipos técnicos encargados de elaborar nuestras propuestas programáticas y nuestro plan de Gobierno. De esta forma queda clara la importancia máxima que doy al programa: nadie mejor ni con más autoridad para dirigirlo que el propio candidato a Vicepresidente.

Lucas Llach es una de las personas con mayor prestigio intelectual del país.
Siendo joven, ha sabido ganarse un respeto unánime en todas las actividades que ha realizado. Todos le reconocen un pensamiento sólido y original, una incansable vocación innovadora y una comprensión profunda de la realidad argentina y mundial. Defiende con firmeza ideas y valores que compartimos desde que tuve la suerte de conocerlo.

Su compromiso es triple: compromiso con su país, al que ama con pasión.
Compromiso con el conocimiento como herramienta de transformación social. Y compromiso con este proyecto político de unión entre los argentinos, de igualdad y de progreso. El proyecto del radicalismo para la segunda mitad de esta década.

Lucas aporta capacidad, aporta modernidad y aporta talento. Es, ante todo, un hombre de su tiempo. Su forma de pensar y de vivir lo retrata como un claro exponente de la mejor Argentina del siglo XXI. Se destacan en él su capacidad de romper moldes y superar prejuicios sin perder jamás el rigor, y su sabiduría para soñar con los pies en la tierra y ser a la vez realista y utópico. En esta campaña todos tendrán ocasión de comprobarlo: seguramente nos sorprenderá más de una vez y yo lo animo a que lo haga.

En este momento de su vida, que coincide con un momento crucial para la Argentina, Lucas ha decidido dar el valiente paso de poner toda su experiencia, sus conocimientos y sus capacidades al servicio de su país. Yo se lo agradezco y estoy orgulloso de que me acompañe. Les aseguro que será un gran Vicepresidente.