Con bandas de precios que oscilan entre $ 25 a $ 40 el kilo al consumidor final, el aumento del tomate en el mercado mayorista en las últimas seis semanas ha sido del 160%. Referentes del sector esperan que el precio retome la tendencia a la baja durante los próximos 10 días cuando ingrese nuevamente producción de Tucumán y Salta.
Para esta época del año en la provincia siempre es esperable una suba estacional en el valor de este producto traccionada por la baja en la producción local, el ingreso de tomate primicia de invernadero, y producto que viene del Norte. Sin embargo, en 2015, el profundo aumento es consecuencia de las abundantes precipitaciones que se produjeron en el noroeste de nuestro país y que afectaron los rendimientos de las producciones que hoy deberían estar disponibles en los principales mercados frutihortícolas de Argentina.
Datos del sistema de información de precios de mercado mayorista del IDR muestran que mientras durante la primera semana de abril un kilo de tomate perita rojo grande se comercializaba a $ 5,56, durante la segunda semana de mayo se registró a $ 14,44 el kilo. De hecho, solamente entre la primera y la segunda semana de mayo el precio creció 46%.
“En relación a los precios de este año, comparados con respecto al año pasado, se nota un incremento a esta altura del mes. Hay que tener en cuenta la escasez de tomate de producción del noroeste del país por falta de maduración, que se produjo por las inundaciones, lo cual se va a ir normalizando en dos semanas aproximadamente. Con el ingreso de este tomate de producción norteña se espera que baje sensiblemente el precio del tomate, por la mayor oferta”, estimaron desde el IDR.
Mendoza tiene 363 hectáreas cultivadas con tomate redondo y unas 2.747 hectáreas con tomate perita, principalmente destinado para industria.
“Desde junio y hasta mediados de julio se produce el ingreso de la cosecha de tomate fresco que se plantó en marzo, en el norte del país. Por esto podríamos decir que el aumento es transitorio, ya que se produjo un bache porque dejó de operar la zona de Cuyo. La zona de La Plata también bajó su producción, pero es lógico que vaya bajando el precio a medida que ingresa la cosecha”, indicó Cosme Argerich, experto en tomate, del INTA.
Un problema nacional
El problema de aprovisionamiento afecta a todo el país. Desde la semana pasada, la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires emitió un comunicado solicitando que “ante la merma transitoria en los volúmenes de ingreso de tomate a los centros de comercialización, el Mercado Central sugiere el remplazo momentáneo de los productos que pudieran verse afectados”.
Se estima que los argentinos consumen anualmente 16,9 kilos per cápita de tomate en fresco por lo que la hortaliza es importante en la dieta del país.
Juan Perlo, presidente de la Federación Nacional de Operadores de Mercados Frutihortícolas de la República Argentina, le bajó el tono al aumento.
“Acá no se trata de especulación de los mercados, ni nada de eso. Simplemente estamos frente a una contingencia climática que nos ha producido un bache en el suministro de tomate. Con una menor oferta, el precio aumenta y eso es lo que estamos observando. No obstante, es una situación que durará 10 días más y luego tendremos el ingreso nuevamente del tomate del norte, que hará bajar los valores que hoy se registran”, sostuvo.
El dirigente analizó que, por las altas temperaturas que todavía se registran para la época del año, “los consumidores se vuelcan a comprar lo hortalizas de alto consumo en verano, como tomate y lechuga, pero con la llegada de temperaturas más bajas, la demanda también baja y en 15 ó 20 días vamos a estar inundados de tomates a bajos precios. No hay que irse tan atrás en el tiempo, para recordar esas épocas cuando las personas sólo consumían tomates de latas en esta altura del año. Con las nuevas tecnologías, la producción de invernadero, entre otras cosas, hace que la estacionalidad del producto sea menor”, señaló Perlo.
El bolsillo del consumidor
El tomate no escapa a las generales de la ley de oferta y demanda. Por lo tanto, una producción restringida, genera aumento a los operadores de los mercados mayoristas, que se ven cristalizados directamente en los precios que pagan por los productos los consumidores finales.
“En esta época es esperable un aumento que normalmente ronda entre el 35% y 40% en el precio del tomate, ya que la provisión llega del norte y los precios de los fletes, que se han ido a las nubes, influyen en el precio final del cajón. Sin embargo, por los problemas en otras regiones, este año han aumentado mucho más el precio y llevamos unos 45 días de aumento. Como en esta temporada no tenemos tomate de Mendoza, traer de otros lados tiene costos más elevados”, sostuvo Luis Vidal, mayorista de frutas y verduras quien trabaja en el Mercado Cooperativo del Este.
Fuente: Los Andes
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