El día 14 de Mayo ha sido asignado por la Organización Mundial de la Salud, como el Día Mundial de la Hipertensión Arterial.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que se caracteriza por un incremento de la presión sanguínea en las arterias. La hipertensión arterial se asocia a altas tasas de mortalidad por lo que se considera uno de los problemas más importantes de salud especialmente en los países desarrollados, afectando a cerca de mil millones de personas a nivel mundial debido al alto riesgo de vida que conlleva.
¿Qué es la hipertensión?
Se denomina hipertensión arterial a la presión que sufren las arterias cuando está por encima de los valores normales. Dichos valores son:
- 130 milímetros de mercurio (mm de Hg) para la presión sistólica (es la presión que se produce en las arterias cuando el corazón se contrae, es decir cuando el corazón late).
- 85 mm de Hg para la presión diastólica (es la presión que se registra cuando el corazón está relajado, es decir, es el descanso entre latido y latido).
Causas de hipertensión
La causa principal de la hipertensión arterial es el estrechamiento de las arterias que regulan el flujo de sangre. A medida que las arterias se van estrechando, el corazón necesita esforzarse más para bombear la misma cantidad de sangre.
El estrechamiento que se produce en las arterias puede tener distintas causas, desde familiares y personales hasta el estilo de vida.
Prevención de la hipertensión arterial
La mayor parte de las personas con hipertensión, al menos en las fases iniciales, no suelen tener síntomas, o estos son muy leves. Por eso se la conoce como “el asesino silencioso”.
Es importante conocer la enfermedad y saber qué se puede hacer para intentar un mejor control. Es fundamental saber que un paciente hipertenso puede tener la presión arterial controlada, pero nunca deja de ser hipertenso, y si descuida las medidas de control o incumple el tratamiento, el riesgo de complicaciones aumenta mucho.
Es importante mantener desde jóvenes unos estilos de vida saludables: dieta mediterránea rica en frutas y verduras, predominio del pescado sobre la carne, y baja en sal y grasas; mantener un peso adecuado y evitar el sedentarismo, siendo recomendable realizar una actividad física acorde a las características, edad y capacidad del individuo. En aquellos pacientes fumadores es prioritario dejar de fumar.
Ejercicio frente a la hipertensión
Practicar ejercicio moderado y adaptado a las posibilidades de cada individuo es una excelente forma de mejorar el control de la presión arterial, además de ayudar con otros factores de riesgo: mejorar la diabetes y el colesterol, y mantener o conseguir un peso adecuado.
En este caso el ejercicio se considera eficaz cuando se realiza al menos durante 30 minutos, todos o casi todos los días de la semana, con intensidad moderada. A menos que el médico lo considere oportuno es mejor evitar realizar ejercicio extenuante. Los ejercicios más recomendables serían caminar, trote suave, bailar, nadar, montar en bicicleta, etcétera.
Alimentación para prevenir la hipertensión
Se recomienda la dieta mediterránea, que se caracteriza por la abundancia de productos frescos de origen vegetal (frutas, verduras, cereales, patatas, frutos secos…), la escasez de productos ricos en azúcares refinados y carnes rojas, la presencia del aceite de oliva como la principal fuente de grasa, y la ingesta de queso, yogurt, pollo y pescado en cantidades moderadas, lo cual se considera una alimentación ideal para la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
La ingesta calórica debe ser adecuada para mantener el peso ideal, y en la hipertensión es muy importante limitar la ingesta de sal. En relación con el consumo de alcohol, en ningún caso el médico promoverá el consumo de bebidas alcohólicas como un instrumento para la prevención cardiovascular.
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