San Rafael, Mendoza 03 de agosto de 2025

Eterna y grata insatisfacción

caritaTengo la sensación de encontrarme en una paradoja constante; el deseo como motor fundamental de la vida, me parece un tanto tramposo. Los objetivos que he deseado me han engañado una y otra vez, dejándome con algo cumplido, que en realidad no complace del todo mis expectativas, creo que en el fondo nada es lo que realmente deseaba. Estoy bien con eso, en serio, me parece mejor así, porque hace que una y otra vez me enfoque en nuevos objetivos y eso es la vida, ¿no? Lo que me enoja verdaderamente es no haber disfrutado el camino, no haber reparado que para recibirme, por ejemplo, debo haber tomado un promedio de 350 mates por semana, que dieron lugar no solo a tantísimos conocimientos del “arte” de la psicología (¡déjenme esa ilusión!), sino también a amistades entrañables, a conocidos que valió la pena conocer, a profesores que me enseñaron más de la vida que de una materia en particular.

Esta es la trampa en la que caemos como eternos deseantes: le damos tanta prioridad al deseo cumplido que promete felicidad y satisfacción, que nos olvidamos de disfrutar cada paso que damos.

Al llegar a la meta nos encontramos, con que esa satisfacción dura muy poco, y el amargo gusto al vacío invade nuevamente nuestra vida. Es acá cuando muchos optan por dejar de lado el deseo y vivir en un perpetuo presente, desapegarse de objetivos, evitando la angustia y la desilusión, obviando el fin último de las cosas, pretendiendo aprovechar cada paso sin que tenga, per se, una dirección exacta, amar solo lo suficiente (no vayan a sufrir), interesarse por lo que aparece ante sus ojos y solo hasta el momento en que desaparece. Estos son los principios orientales que muchos toman por bandera.

Yo, aunque respeto absolutamente la elección de cada quien, opto por desear, por amar, por sufrir y aprender, por levantarme después de cada golpe, por poner la otra mejilla, fijar otro objetivo y no importa si nuevamente me desilusiono, porque si bien el camino es lo que le da un sentido a la vida, no hubiese empezado a caminar de no haber querido llegar a algún sitio.

Seré una eterna insatisfecha, pero la verdad… ¡eso me satisface bastante!

Macarena Sánchez Navarro
Licenciada en Psicología
Olascoaga 381 – San Rafael

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