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Micrófono en mano, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, lanzó una promesa al aire: «Antes de 2015 la empresa registrará superávit», les aseguró a los militantes que habían asistido a un local del Frente para la Victoria, ubicado en Palermo, en julio de 2013. Su objetivo: llegar a las elecciones de este año con la empresa de pie, tanto en términos operativos como económicos, para mostrarla como pergamino frente al electorado.
Poco más de un año y medio después, la meta del hombre que quedó como líder de la tercera fuerza en las últimas PASO de la ciudad de Buenos Aires parece lejana. Si bien la empresa mejoró su performance operativa, continúa recibiendo una asistencia millonaria por parte del Estado y, más aún, está lejos de poder independizarse de ella. Así lo muestran los números oficiales.
Las cifras de ejecución presupuestaria del Ministerio de Economía reflejan que la línea aérea de bandera contrajo compromisos de pago por $ 1656,61 millones, por lo que utilizó más del 51% de los fondos que hasta ahora tiene disponibles para este año ($ 3244,90 millones). De ese número se desprenden dos conclusiones: por un lado, la línea aérea muestra una sobreejecución de su presupuesto. Esto quiere decir que gastó hasta ahora más de lo que debería, si se tiene en cuenta una utilización cronológica de los recursos. En ese caso, debería rondar el 35 por ciento. En otros términos: si la empresa que maneja Recalde continúa con este nivel de gasto, necesitará nuevas asistencias del Gobierno en lo que resta del año.
Es una práctica frecuente para el kirchnerismo, que suele subestimar algunas variables del presupuesto nacional, como la inflación y la recaudación, y luego ampliarlo, es decir, aumentar el gasto. Entre sus facultades también tiene la posibilidad de redireccionar partidas.
Además, la línea aérea está entre las más veloces al momento de utilizar los fondos que le proporciona el Estado. Otros programas que en años anteriores mostraban un uso frenético de los recursos, como los vinculados al transporte automotor y, en especial, a subsidiar la energía, tienen en 2015 un nivel mucho más aplacado en el ritmo del gasto.
Por ejemplo, el programa Formulación y Ejecución de la Política de Energía Eléctrica, que contempla partidas para subsidiar las compras de combustibles que reemplazan el déficit en la producción local de gas (una de las partidas más grandes del Estado, de $ 76.590,12 millones), lleva utilizado un 38 por ciento de su presupuesto.
La desaceleración del gasto en energía obedece a la caída de la actividad y, en especial, al desplome de los precios internacionales del petróleo y sus derivados, que redujeron la factura de importación.
Esa realidad también recayó sobre Aerolíneas Argentinas. En el país, el precio del combustible para aviones, que bajó en todo el mundo, es uno de los pocos que siguieron los parámetros internacionales. Pero la merma no se tradujo en una menor necesidad de asistencia del Estado para la línea aérea de bandera.
En febrero del año pasado, según la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), la compañía había utilizado $ 253,4 millones, un 11% de sus fondos disponibles. Este año, para el mismo período, había gastado $ 836 millones, 29 por ciento de su presupuesto.
Desde el traspaso de la empresa al Estado, en 2008, hasta fines de este año, el Gobierno le habrá transferido a la compañía aérea 23.913 millones de pesos.
SUELDOS Y CLIMA
Otros factores abonan la posibilidad de que Aerolíneas requiera nuevas ayudas millonarias del Estado.
La negociación paritaria del año pasado tiene vigencia hasta septiembre. Después, sus empleados recibirán una mejora salarial que, si se toman los números más conservadores que maneja el sector empresario, no será menor al 22 por ciento. De manera que, en el último trimestre del año, la compañía deberá hacer frente a una masa salarial mayor que la actual.
El clima tampoco favoreció en lo que va del año a Aerolíneas. Aunque aún no se conocieron los números, es probable que la erupción del volcán chileno Calbuco, el mes pasado, afecte negativamente los resultados trimestrales de la compañía. Eso ocurrió en 2011, cuando la erupción del volcán Puyehue la obligó a cancelar 1600 vuelos. Las pérdidas ocasionadas por ese episodio a Aerolíneas y Austral, las dos principales empresas que atienden el mercado de cabotaje, llegaron a 60 millones de dólares..
Del editor: qué significa. En siete años, los números de Aerolíneas Argentinas demostraron que la empresa no es viable sin enormes aportes del Estado.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1791316-aerolineas-ya-gasto-la-mitad-de-sus-recursos-y-este-ano-le-pedira-mas-ayuda-al-gobierno
Por Pablo Fernández Blanco | LA NACION
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