La actriz y cantante mendocina, radicada en el país azteca, acaba de ser nominada en los Premios Gardel 2015 con su disco “Tírame agua”, trece tracks poderosos y directos.

Resiliencia, la capacidad de sobreponerse a situaciones difíciles e incluso resultar fortalecido por ellas. Este profundo concepto sobresale de la historia que Sol nos cuenta, entre la cual sus palabras desbordan optimismo. Una infancia de aprendizaje en la que el arte fue lo que la ayudó a seguir adelante. No hay otra manera de imaginársela hablando, que con una sonrisa en los labios.

Esta mendocina, que hoy eligió vivir en México, es música, directora, escritora y actriz de teatro; lugar del que toma sus recuerdos de las clases con el Flaco Suárez para inspirarse en su juego-música.

Después de ser invitada a cantar con Julieta Venegas en el 2008, la multi instrumentista y cantante, ha editado tres discos, el último “Tírame agua”, fue el que recibió la nominación a los premios Gardel 2015.

Este disco, que fue realizado por Sol en México junto a su productor Silvano Zetano, cuenta con 13 canciones que describen 13 mundos y develan el comienzo de la aventura que eligió Pereyra al comenzar su carrera como solista. Movimiento y transformación, estas palabras atraviesan este nuevo y entrañable álbum de la mendocina de nacimiento.

– ¿Cómo fue cuando recibiste la noticia de que estabas nominada para los premios Gardel? 

– Estaba saliendo de una clase de canto y me llegó un mensaje desde Argentina, me puse feliz y lo primero que hice fue avisarles a mi mamá y a mi hermana a los que iba a ver pronto. Es un lindo reconocimiento, viene bien porque es parte de las cosas que te ayudan a seguir para adelante.

– ¿Cuál creés que ha sido el ingrediente que hizo que tu nuevo álbum sea nominado?

– Creo que este disco tiene un trabajo increíble por parte de la producción de Silvano Zetina (músico y productor mexicano). Llegamos a una madurez en el trabajo en conjunto, lo disfrutamos y le pusimos todo: corazón, cuerpo y cabeza.

Fue todo muy minucioso y divertido, desde escoger que canciones irían, empezar a vestirlas hasta ver el sonido, el concepto. Jugamos, experimentamos, estuvo muy bueno todo el proceso. Y el resultado es un disco poderoso, directo y simple.

– Se ha definido tu disco como profundo, oscuro y a la vez luminoso. ¿Qué representa para vos “Tirame agua”, en cuanto a cómo lo fuiste haciendo, y a las temática que trata?

-Yo siento que es profundo, oscuro y luminoso. Tiene esos elementos que van desde ironizar sobre ciertas cosas de la locura femenina hasta lo que significa para mí el desarraigo: caminar solita tan lejos de mi casa, caerse y levantarse, seguir para adelante siempre, bailando, llorando, riendo, como sea pero seguir para adelante. Este disco es eso.

Puedo estar contenta y a veces triste pero lo mejor es avanzar e invitar a bailar y a vivir la vida disfrutando hasta de lo malo, como aprendizaje y porque para luchar te da más fuerza estar bien que estar abatido.

– ¿Qué transformaciones has sentido en vos y en tu carrera desde que te fuiste a México?

– México me ha obligado a concentrarme mucho más, me ha puesto a prueba en escenarios de todo tipo: más grandes, más chicos, callejeros, urbanos, públicos de distintas ondas y edades. Esto me ha dado un entrenamiento enorme para adaptarme a la medida del tamaño del DF que es una ciudad de 26 millones de personas donde hay de todo y para hacerte tu lugarcito tenés que estar afirmadísimo.

A veces ha sido tan exigente que me canso y me planteo irme a vivir a las sierras y ya, pero no puedo porque es un desafío que me entretiene por más que a veces me agote.

– Sos cantante, autora, directora y actriz, ¿en qué aspectos el tener contacto con el mundo del teatro le ha sumado a tu trabajo?

– Es que el teatro fue lo primero que incorporé, es el juego por excelencia, es lo que me dio mis primeros códigos adoptados para la música, la escritura o lo que haga.

El teatro y el humor para mi vienen de la mano, el reírse de uno mismo y poder construir desde ahí, transformar lo trágico en algo que de alguna manera sume y no reste, todo eso se lo debo al teatro y al Flaco Suárez que fue quien me lo enseñó cuando tenía 10 años. Esas clases en El Taller, con él Flaco, me dieron la herramienta más importante de trabajo y supervivencia en mi vida: el humor.

-¿Qué experiencias o recuerdos de Mendoza te han inspirado a elegir la vida que tenés hoy?

– Muchas, mi niñez tuvo una combinación de cosas tristes familiares, cosas hermosas y fortalecedoras de la mano del teatro, la danza, la música, todas actividades a las que mi mamá me llevaba de chica, sabiendo que el arte salva.

Y ni hablar de todos los amigos de mi mamá y también míos, que fueron mi familia adoptiva; los amo y agradezco porque entre guitarreadas, manifestaciones, charlas de política y recitales, me marcaron e influenciaron para ser quien soy hoy.

-¿Has pensado en volver aquí, a Mendoza, a tocar?

-A tocar sí, claro. Iré pronto, quizás en junio, estamos justamente trabajando en eso.

Fuente: Los Andes