Mauricio Macri, exultante, viajó desde Buenos Aires a Rosario para acompañar el festejo de Del Sel, en el centro de convenciones Puerto Norte de Rosario, un sector nuevo de la ciudad y todavía en construcción, algo así como el Puerto Madero rosarino. Hasta el lugar llegó también el senador Carlos Reutemann, que se sumó a la foto de la victoria en el escenario, además de haber prometido -contó Del Sel- que para la general se prenderá activamente a hacer campaña. “Esta es una cosa de locos”, mostró su alegría el humorista, que luego hasta saltó en el escenario causando la hilaridad de todos. “Hoy se consolida esta idea de cambio en la Argentina”, le obsequió a Macri (ver pág. 4), que espera que un triunfo en Santa Fe de quien sería “su” gobernador, macrista puro, le sirva de envión para llegar a la Casa Rosada.

Que las cosas no venían bien para los socialistas quedó en evidencia en el adelanto de su conferencia de prensa en Santa Fe. Sus tradicionales anticipos en base a mesas testigos les daba, dijeron, un exiguo 1,3% de ventaja del Frente (sumado) sobre Del Sel. No hubo festejo, Margarita Stolbizer candidata presidencial del espacio, quedó esperando en una habitación y no se mostró con el candidato como estaba planeado. Lifschitz anticipó que “ahora se vienen unas elecciones polarizadas” con Del Sel, con una pugna entre “dos proyectos políticos” bien diferenciados. A su lado estaba el gobernador saliente, Antonio Bonfatti; el ministro de gobierno Rubén Galassi, y su candidato a vice, el radical Carlos Fascendini.

En tercer lugar, pero lejos, quedó el precandidato del Frente Justicialista para la Victoria, el diputado kirchnerista Omar Perotti, que deberá redoblar esfuerzos para enfrentar la polarización que seguramente se dará en torno a Del Sel y Lifschitz. Otro punto en debate es qué pasará con los votos radicales que cosechó Barletta, apetecidos por el PRO en función de su alianza nacional con el radicalismo.

En el macrismo también destacan que el compañero de fórmula de Del Sel es el radical Jorge Boasso. Y creen que también podrán inclinar votos del peronismo que no quiere que el socialismo siga en el poder, así como de quienes fueron a expresiones menores, como las del massismo.

Pero en el Frente Progresista replican que la alianza que gobierna la provincia desde hace ocho años está consolidada y que no se dará (y no pasó antes) el desplazamiento que pretende el macrismo.Como sea, para Lifschitz es más perentorio que nunca “tender puentes” con los radicales para fidelizar esos votos, conservando las chances de dar pelea. Por primera vez, los socialistas llevaron ayer su búnker a la capital santafesina en un gesto para ampliar su base más allá de su bastión tradicional, Rosario.

Otro presidenciable, Sergio Massa, no pudo hacer pie en esta provincia que con sus 2,5 millones de votantes habilitados representa un  8,4% del padrón nacional, siendo el cuarto distrito con más electores del país. Los dos precandidatos del Frente Renovador, el ex titular de la Federación Agraria Eduardo Buzzi y el diputado nacional Oscar “Cachi” Martínez alcanzaban, sumados, un modesto 6%.