Así, el gobernador Francisco Pérez admitió estar jugándose una de las últimas cartas de su gestión para lograr revertir el parate de Potasio Río Colorado, el megaproyecto minero que acaba de cumplir 2 años desde que Vale decidió suspender su construcción.

Si bien en general atribuye el freno de las decisiones de inversión a la “incertidumbre del momento”, para Pérez “lo que podemos hacer es facilitar información a inversores interesados. Pero la decisión está en Vale Brasil”.

Desde que suspendió, en 2013, su implementación, “la empresa ha cumplido los compromisos en sus concesiones en el Río Colorado y reconocido, durante 2013, pérdidas por U$S 2.116 millones con respecto a activos de la minera en el proyecto en su resultado financiero. No hubo comprador y, por lo tanto, tampoco novedades”, consignaron desde las oficinas céntricas de la multinacional en Río de Janeiro.

Entonces, más allá de la intermediación de Scioli, con cambio de gestión mediante ¿hay que pensar en 2016 para la reactivación del emprendimiento? Desde el Ejecutivo se niegan a dar por perdido el año, en base a una reformulación del proyecto.

Según el gobernador “siempre está latente; la planta industrial, así como la línea eléctrica, están al 60%. Hay que pensar una nueva estructura de negocios, como se intentó con YPF, de menor envergadura. Volver a empezar con un proyecto más chico”.

Tal como está o fue concebido, Potasio Río Colorado puede dar trabajo a 2.500 operarios. Además de la mina de potasio, preveía la renovación de una línea ferroviaria, la construcción de otro ramal y una terminal marítima en Bahía Blanca.

“Cuando visito algunas obras en la provincia la gente me pregunta: ‘Gobernador, ¿para cuándo Vale? Tienen trabajo, pero tal vez ganan no más de 10 mil pesos, y en Potasio llegaban a los $ 25 mil o $ 30 mil”.

Otra realidad parecen encarnar los nuevos dueños del proyecto de cobre y oro San Jorge. El CEO, Taras Nechiporenko, y uno de los socios, Kirill Zimin, quienes se mostraron animados con Pérez, quien destacó su presencia durante la presentación en Buenos Aires de Mendoza Invest, la agencia de Promoción de Inversiones provincial, así como con otros empresarios locales, como José Luis Manzano.

De cachetazos y mimos
Luego de intentar sin éxito un diferimiento impositivo del Gobierno nacional, a partir de febrero de 2013, Vale había comenzado con licencias adelantadas y suspensión del personal, hasta que en marzo anunció la suspensión de Potasio Río Colorado, bajo el argumento de que sus condiciones no estaban “alineadas con el compromiso de la empresa de mantener una disciplina en la inversión y la creación de valor”.

Sin embargo, advierten: “Vamos a continuar honrando los compromisos relativos a nuestras concesiones, y seguimos analizando alternativas para mejorar el resultado del proyecto, con el objetivo de determinar perspectivas para una futura reactivación”.

Por su parte, el gobernador Pérez deslizó una sutil autocrítica que incluye al Gobierno nacional, al asegurar que “si hubiéramos estado dispuestos a hacerle un mimo, una caricia al inversor, hoy la realidad sería otra. El Estado tiene que solucionar inconvenientes y poner alfombra roja a todos los que quieran invertir, no importa de dónde sean y qué producto quieran desarrollar”.

En tanto, los pronósticos del mercado internacional del potasio, principal materia prima para los fertilizantes, indican que los precios seguirán estables a partir de una oferta “limitada”, pero con perspectiva de una mayor demanda de Brasil y EEUU que puede tonificarlos.

Hay curiosidades que ayudan a entender cómo está Mendoza en la lista de prioridades de Vale. De hecho, en el mapa de las inversiones de la compañía brasileña la provincia no está bien situada: aparece superpuesta a la ubicación de San Juan y La Rioja.

Impsa: “Depende de Kicillof”

Paradójicamente, en medio de una crisis que no da señales positivas, en la exposición realizada por el Gobierno, Impsa fue puesta de ejemplo ante 200 empresarios de Buenos Aires y foráneos como una de las firmas mendocinas con proyección internacional.

Consultado sobre su promesa de que el Estado mendocino compre el 25% de Cemmpsa (Consorcio de Empresas Mendocinas por Potrerillos S.A.), administradora del dique Potrerillos, el gobernador anticipó que “seguimos trabajando. La voluntad política de la provincia está, necesitamos la aprobación del ministro de Economía, Kicillof; depende de él”.

Cemmpsa quedó constituida a fines de los ’90 por los miembros de la UTE que concretó Potrerillos. Un 75% es propiedad de Cartellone Construcciones, y el resto pertenece a Enrique Pescarmona, dueño de Impsa.

Sobre su difícil presente y cómo revertirlo, según el gobernador, Kicillof había pensado en generar más actividad económica a Impsa con el control de Yaciretá y Embalse Río Tercero, y con el pago de la deuda que Venezuela tiene con la empresa. Pero ninguna de esas opciones generó alivio suficiente.

Más allá del ingreso estatal a Cemmpsa, para el Gobierno lo más próximo es “que se adjudique definitivamente Los Blancos, para avanzar en el acuerdo que mantienen Cartellone e Impsa para hacer las turbinas”.