Las claves sobre la medida que facilitará la normalización de las relaciones bilaterales
Todo está a punto para que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anuncie si ordena sacar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. De hacerlo, tal como apuntan todas las señales políticas y diplomáticas, Obama habrá resuelto uno de los principales obstáculos al proceso de normalización de relaciones iniciado el 17 de diciembre junto con el líder cubano Raúl Castro. Y todo ello a punto de reunirse con él en Panamá. Para Cuba, salir de esta «lista negra» fue siempre una prioridad política y, aunque no lo puso como condición previa para reabrir las embajadas en La Habana y Washington, sí ha dejado claro desde el principio del proceso que lo consideraba un paso clave para ello.
¿QUÉ ES LA LISTA DE ESTADOS PATROCINADORES DEL TERRORISMO?
Es una lista elaborada por el Departamento de Estado norteamericano en la que entran aquellos países que considera han proporcionado «reiterado apoyo a actos de terrorismo internacional». Además de Cuba, la integraban Irán, Sudán y Siria. Los países señalados sufren varias sanciones, como restricciones relativas a la adquisición de armamento o materiales que pudieran tener un uso militar, y también tienen bloqueado el acceso a ayudas económicas tanto de EE UU como de organismos como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cuba entró en 1982, por el entrenamiento y armamento que el Gobierno de Fidel Castro proporcionaba, según Washington, a grupos insurgentes de izquierda en el mundo. También se argumentaba que Cuba ofrecía un “refugio seguro a miembros de ETA y de las FARC” y se negaba a deportar a fugitivos reclamados por EE UU.
¿CUÁL ES EL PROCESO PARA SACAR A CUBA DE LA LISTA?
El presidente Barack Obama ordenó la revisión del caso cubano nada más anunciar, el 17 de diciembre, la normalización de relaciones con La Habana. A partir de ahí, el Departamento de Estado tenía seis meses para revisar el caso -certificar que Cuba no proporcionó ningún tipo de ayuda al terrorismo internacional en los últimos seis meses y que tampoco lo hará en el futuro- y enviarle su recomendación al mandatario, procedimiento concluido este jueves. Obama tiene la última palabra.
¿SU SALIDA, ES INMEDIATA?
No. Aunque Obama no necesita el permiso del Congreso, debe notificarle su decisión. A partir de ese momento, tienen que pasar 45 días antes de que Cuba pueda salir de la lista. Durante ese tiempo, el Congreso puede intentar revertir la decisión de Obama. Pero para impedir que el presidente vete esa maniobra, necesita de sendas fuertes mayorías en ambas cámaras difíciles de conseguir en este caso en el que muchos legisladores, tanto demócratas como republicanos,apoyan el acercamiento a Cuba. Tan seguro se siente el ejecutivo con que la decisión no será revocada que ha declarado que el Gobierno cubano debería dar por hecho su salida de la lista una vez realizado el anuncio presidencial.
¿POR QUÉ SE HA DEMORADO TANTO EL PROCESO?
Fuentes oficiales aseguran que se ha hecho todo lo posible por acelerar la revisión, pero que esta debe cumplir una serie de requisitos que requieren tiempo. No obstante, para muchos expertos resulta difícil creer esta explicación, sobre todo teniendo en cuenta que hace tiempo que el propio Departamento de Estado admite desde hace tiempo que los argumentos para mantener a Cuba en la lista negra se resquebrajaban, en vista de la creciente “cooperación” entre La Habana y Madrid frente a los etarras y su papel “facilitador” de las conversaciones de paz entre Bogotá y las FARC.
Algunos analistas consideran que Washington podría haber estado usando la lista como una moneda de cambio para arrancar más concesiones de los cubanos en la negociación de la reapertura de las embajadas, por ejemplo para que Cuba le permita a los diplomáticos estadounidenses moverse con más libertad por la isla, algo que EE UU considera clave para poder interactuar con la “sociedad civil” y que La Habana tacha de injerencista.
¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE PARA CUBA SALIR DE LA LISTA?
Cuba es un caso especial puesto que, debido al embargo aún vigente contra la isla, muchas de las sanciones seguirán en pie pese a salir de la lista negra. Pero más empresas extranjeras podrían animarse a hacer negocios con la isla, ahora que ya no deben temer las consecuencias y riesgos que conlleva comerciar con un Gobierno vinculado al terrorismo. Además para La Habana, salir de la lista negra era una cuestión de prestigio y principios políticos. Cuba siempre consideró «injustificable» su presencia y ha señalado la dificultad de justificar un proceso de normalización con Washingtonsi éste le seguía considerando facilitador del terrorismo. Analistas también han apuntado que la salida de Cuba de la lista restará un argumento más a aquellos legisladores que se resisten a levantar del todo el embargo contra la isla, un paso que está solo en manos del Congreso.
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