El Hospital Lagomaggiore deberá pagar más de 100 mil pesos a una mujer a quince años de la muerte de su hijo, quien falleció debido a un cáncer que le diagnosticaron como una contractura muscular. Silvia Espeche acudió el 10 de septiembre de 2002 a ese efector público de Ciudad con su hijo de 22 años, Fernando Sebastián Ascurra, que presentaba una inflamación en el cuello acompañada de fuertes dolores, decaimiento y pérdida de peso.Los médicos de Hemoterapia del nosocomio se inclinaron por una adenopatía cervical izquierda, es decir, una inflamación de los ganglios. Por eso decidieron realizarle una punción y lo citaron para que un mes más adelante se realizara un nuevo control médico. El resultado del análisis no arrojó la presencia de células atípicas, pero no se indagó sobre el mal estado en general que presentaba el paciente.Tiempo después, el 30 de octubre siguiente, consideraron internar a Ascurra debido a que seguía perdiendo peso y tenía una contractura muscular importante.
Ascurra recibió el alta del establecimiento el 7 de noviembre de ese año, realizando consultas ambulatorias mientras esperaba los resultados del estudio médico. La víctima nunca regresó ya que el 11 de febrero siguiente quedó internado en el Hospital Central, donde le diagnosticaron un cáncer en la cavidad entre la nariz y la boca que había hecho metástasis y, tras los tratamientos de quimioterapia, el paciente murió en ese centro asistencial.