El fiscal Daniel Carniello, tras investigar el accionar del sacerdote Edgardo Copado, denunciado por el Arzobispado de Mendoza, decidió elevar el caso a juicio oral.  Al ex párroco de Rodeo de la Cruz  sus víctimas le reclaman 300 mil pesos y, entre otras cosas, tiene a su nombre tres autos de alta gama.
Además de la denuncia del Arzobispado de Mendoza, el fiscal recabó testimonios de las víctimas que le prestaron dinero que nunca les devolvió y probó el engaño, comprobado en la investigación penal, en que habría incurrido el sacerdote. Estos elementos fueron motivo suficiente para que, en tiempo récord, la Fiscalía Especial de Delitos Complejos pidiera que se lleve a juicio al ex párroco (hoy suspendido) de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Rodeo de la Cruz.
La solicitud para sentar en el banquillo en juicio oral y público al padre Copado es por ahora por dos casos: el de María Estela Furlotti, de quien el prelado fue director espiritual durante ocho años, y el de Ignacio Sánchez.
Sin embargo, la cantidad de víctimas que declararon ante el fiscal especial Daniel Carniello rondaría la decena, por lo que es de esperar que lleguen más para que sea enjuiciado por el delito de estafa, que prevé pena de hasta 6 años de prisión.
La investigación de Carniello se inició con la denuncia hecha por el propio Arzobispado de Mendoza, que dice de Copado: “Con evidente capacidad para embaucar pedía dinero con otras miras para el déficit del Arzobispado, para ayudar a sacerdotes ancianos y enfermos, para colaborar con la Virgen del Cerro de Salta y la construcción de la capilla Cristo de Quillacas en Guaymallén, siempre sin autorización del Arzobispado y sin que el dinero llegara a dichos objetivos”.
El vicario general de la Arquidiócesis de Mendoza, padre Daniel Manresa, declaró que Copado “se atribuía cargos que nunca se le habían dado, como ser miembro del tribunal eclesiástico, capellán del Hospital Español, exorcista de la diócesis, ser amigo personal del arzobispo y encargado del Vaticano para comprobar la veracidad de las apariciones de la Virgen del Cerro en Salta”.
En cuanto a las estafas a las víctimas que declararon en la instrucción judicial, éstas sumarían al menos 300.000 pesos.
La mayoría coincide en que les pedía aportes para la obra de la capilla Cristo de Quillacas en Guaymallén pero los miembros de la Comisión Pro Templo declararon que el sacerdote nunca llevó un peso.
Además, de acuerdo con los informado por el Registro del Automotor “surge que Edgardo Copado es el propietario registral en un 100% de un Toyota Camry V6 modelo 2011, de un Ford Focus modelo 2012 y un Toyota Corolla modelo 2013.
En cuanto a las dos víctimas por las que la fiscalía pide que se lleve a juicio al sacerdote, María Estela Furlotti dio cuenta de que le prestó unos 10.000 dólares, que le dio en pesos y en varios tramos, fondos que el cura le pidió para la construcción de la capilla Cristo de Quillacas, en Guaymallén.
También reveló que le prestó “unos 18.000 pesos para su madre enferma” porque él y su hermano no tenían plata para afrontar una operación.
Por su parte, Ignacio Sánchez reveló que Copado le pidió para la obra de la capilla. Primero fueron 20.000 pero después el cura lo llamó dos veces para corregir el monto hasta llegar a 70.000 pesos.
Otra víctima declaró que costeó el  alquiler de un departamento a pedido de Copado para dos curas ancianos pero al tiempo comprobó que allí no vivían los sacerdotes sino su secretaria personal.