La serie de Copa Davis ante Brasil se empieza a complicar después del dobles. No era un escenario impensado en la previa, pero el precio pagado hasta ahora es elevado para estar 2-1 abajo. Sin embargo, todavía hay chances concretas de dar el paso hacia cuartos de final del Grupo Mundial, donde ya espera la poderosa Serbia de Novak Djokovic.
Carlos Berlocq y Diego Schwartzman apenas habían jugado tres partidos la semana pasada en el ATP de Buenos Aires, a pedido del propio capitán Daniel Orsanic, para tener una variante. Esa falta de experiencia juntos, sumado a que este sábado debutó en el certamen el «Peque», se notó en la cancha: fue 7-5, 6-3 y 6-4 para Marcelo Melo y Bruno Soares.
El dueto brasileño está consolidado como uno de los mejores del mundo, con Melo como 3 del ranking en la especialidad y Soares 12. Pese a que el primero consideró en la previa que no eran favoritos más allá de las posiciones en el escalafón, la hazaña no se cumplió y ahora Argentina está obligada a ganar los dos puntos del domingo para pasar a cuartos.
Cerca de 4.500 personas se acercaron al estadio construido en uno de los estacionamientos de Tecnópolis, lindero a la calle Zufriategui. La mayor cantidad de público hizo que se viviera con otro clima respecto al viernes. Por eso el duelo de hinchadas se notó desde antes que los jugadores salieran a la cancha.
También a diferencia de lo ocurrido en la jornada anterior, los hits futboleros coparon el cancionero de la platea argentina. Desde la comparación de Diego Maradona con Pelé a las cargadas por los siete goles de Alemania a Brasil o los cinco campeonato mundiales de la «Verdeamarelha», las dos bandas se enfrentaron con sus himnos. Incluso, tras un punto ganado, la hinchada correspondiente saltaba de sus asientos y gesticulaba y apuntaba los cantos contra la otra.
En medio de ese marco más de un Mundial que de una Copa Davis, Berlocq y Schwartzman salieron con la misión de lograr la heroica. El primer set fue parejo, manteniendo cada uno su saque, en lo que fue la situación más cercana del encuentro.
Ya desde el primer punto, Argentina puso en práctica su constante estrategia de juego: contra una pareja muy suelta que se conoce y domina la red, intentar filtrar passings desde el fondo, pero la precisión debía ser elevada. Los dirigidos por Orsanic terminaron con 45 errores no forzados, seis más que los brasileños, y 23-38 en tiros ganadores.
Para Schwartzman no fue un partido más. Fue su debut en la Copa Davis, el gran anhelo del tenis argentino. Estuvo impreciso y nervioso, pero su rendimiento no quedará en el olvido.
A partir del segundo parcial, Melo y Soares, que ahora tienen nueve victorias y una caída en el certamen como pareja, dominaron los hilos del partido. Tomaron la red como su hábitat natural y no dejaron que los argentinos puedan rearmar los puntos. Pocas veces los locales jugaron cómodos aún cuando el polvo de ladrillo los favorecía más que a los capitaneados por Joao Zwetsch.
La efusividad de la hinchada argentina, numerosa y ruidosa, empezó a aplacarse ya por el calor y la inminente derrota, y explotaba sólo cuando el punto ameritaba un festejo masivo. Pero cada vez que el «Peque» y el «Gladiador» intentaron encausar el rumbo, los brasileños presionaron y liquidaron el encuentro a su favor, para que su equipo quede a un punto de enfrentar a Serbia.
Prueba de la superioridad visitante son los cuatro quiebres de las 11 oportunidades generadas sobre el saque argentino (uno de tres para el local), o las 66 veces que subieron a la red, de las cuales ganaron 39 (los albicelestes terminaron 13/24). Y todo en dos horas y nueve minutos.
El domingo Leonardo Mayer tendrá la misión de levantar la serie (tercera vez consecutiva que Argentina queda 1-2 tras el sábado) ante Joao Souza, contra quien perdió la única vez que jugaron, hace tres semanas en San Pablo y en medio de una pelea con los asistentes. El historial también registra cuatro triunfos del correntino en el circuito de challengers, todos en clay.
El «Yacaré» tiene el tenis suficiente para apabullar al paulista, quien vive el mejor momento de su carrera y tiene un juego similar de «bombazos» al de Mayer, pero con menos potencia.
La derrota de Berlocq ante Souza en cinco horas tuvo un precio elevado en lo físico y en lo emocional, sumado el revés de este sábado, y por eso Orsanic confirmó que Federico Delbonis jugará el quinto punto ante Thomaz Bellucci.
El azuleño tiene un historial de 3-2 ante el también nacido en San Pablo, aunque las últimas dos fueron derrotas, y siempre jugaron sobre clay. Brasil, que en 2014 bajó a España, quedó match point, pero Argentina tiene el incentivo de recibir en julio a Novak Djokovic, número 1 del mundo, y de no repetir la experiencia de 2014, cuando mantuvo su lugar en el Grupo Mundial luego de vencer a Israel en el repechaje con Mayer como figura.
Fuente: http://www.ambito.com/noticia.asp?id=781642
Por: Ariel Giuliani
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