San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Más caros pero más sanos, los alimentos orgánicos avanzan

Casi la totalidad de la producción argentina se exporta a Estados Unidos y Europa;se les reconocen beneficios para la salud

 La Argentina, por su clima, es el segundo productor de alimentos orgánicos del mundo.

Después de comer una milanesa con papas fritas, su comida preferida, el resultado era siempre el mismo. Retorcijones. Cuando era chica, Clara Terán tenía que acostarse en la cama de su mamá a esperar a que se le pasara porque no podía moverse del dolor. «Tenía un estómago sensible y mi solución fue cambiar mi alimentación por una más sana, idealmente con productos orgánicos», cuenta.

Si bien la producción orgánica parece una nueva moda de consumo, los cultivos orgánicos no son recientes, sino que tienen miles de años.

Con la revolución verde de 1940 que introdujo agroquímicos y el monocultivo en la producción agropecuaria, la técnica orgánica se cambió por la que ahora se llama convencional.

Pero hay una vuelta a las formas de cultivo ancestrales denominadas orgánicas, y existe una certificación que acredita que se cumple con los procedimientos reglamentarios y habilitados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Alimentaria (Senasa).

La demanda de alimentos orgánicos creció gracias al aumento de información que reconoce que son de mejor calidad, no perjudican la salud, mitigan el cambio ambiental, no contaminan el suelo ni el agua y tienen beneficios sociales, porque dan empleo a pequeños y medianos productores, desincentivando así la migración del campo a la ciudad.

Un ejemplo de ese crecimiento es Whole Foods Market, una cadena de supermercados estadounidense que se dedica exclusivamente a la venta de productos orgánicos y que tiene más de 360 locales en Estados Unidos y el Reino Unido; próximamente, abrirá otros diez puntos de venta.

Por su parte, el Reino de Bután, en Asia, se convertirá en 2020 en el primer país que, por ley, sólo producirá alimentos orgánicos.

La Argentina, por su clima, es el segundo productor de alimentos orgánicos del mundo, después de Australia. Según las estadísticas del Senasa de 2013, la superficie cosechada de cultivos industriales aumentó un 10% y llegó a 65.555 hectáreas.

Una amplia oferta

Es que nuestro país dispone de una amplia oferta de productos orgánicos de origen vegetal y animal y también industrializados. En los 1303 establecimientos de productores orgánicos certificados, los cereales y las oleaginosas son los bienes más producidos, con 55% del total, seguidos por los cultivos industriales, que alcanzan el 33%; le siguen las frutas (8%) y hortalizas y legumbres (3%).

Sin embargo, el 99% de lo producido se exporta, principalmente a la Unión Europea y Estados Unidos

Daniela Zanotti, vicedirectora de la Organización Internacional Agropecuaria (OIA), una de las principales empresas certificadoras de productos orgánicos en el país, explica que, aunque las exportaciones aumentaron, en 2013 cayeron un 20% los productos orgánicos industrializados. «El problema es que los productores no elaboran productos orgánicos con marcas blancas, para que el importador pueda comercializarlos con la marca reconocida en el país en el que será consumido», explicó Zanotti.

La buena noticia es que, aunque todavía no se publicaron las estadísticas de 2014, los productores con certificación OIA aumentaron un 10% sus exportaciones.

Consumo interno

El volumen comercializado en el mercado interno alcanza sólo el 1% de los productos certificados, a pesar de que existe un marco ideal para que la tendencia del consumo se siga incrementando.

La diferencia entre los precios puede ser una limitación para quienes no están dispuestos a pagar más por un producto de mejor calidad. Gonzalo Roca, actual secretario del Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO), organización que agrupa a productores y certificadores de productos orgánicos, aclara que los precios son distintos a los de productos convencionales porque no se rigen por la oferta y la demanda, si no que se establecen de acuerdo con su costo de producción.

Jardín Orgánico, una empresa que ofrece en su web todo tipo de productos a domicilio, vende el kilo de tomates a $ 47,90 y el de zapallitos, a $ 21,90, mientras que en una verdulería convencional de Belgrano, en ambos casos el valor es de $ 18.

Además, los productos orgánicos también se comercializan en ferias, que se realizan semanal o mensualmente, porque así se les facilita a los productores la venta directa, sin intermediarios, a los consumidores. Esta modalidad permite llegar a los consumidores con precios no tan altos. Aunque los costos sí lo son, por el valor de la certificación y la mayor cantidad de mano de obra que un alimento orgánico requiere.

El Galpón, por otra parte, es una opción que ofrece alimentos agroecológicos, los cuales, por definición, no cuentan con el certificado orgánico, pero sí se producen sin agroquímicos. «El objetivo es ofrecer los productos lo más baratos posible para que el público de clase media interesada en una alimentación consciente pueda acceder», cuenta Graciela Draguicevich, presidenta de la mutual que lo administra.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1770213-mas-caros-pero-mas-sanos-los-alimentos-organicos-avanzan
Por Kathrin Ecke  | Para LA NACION
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