Se trata de Pablo Arroyo, que elaboró una loción cicatrizante y un jabón para tratar la piel dañada por las agujas de los artistas que dibujan sobre los cuerpos. Un producto único en el país, cuarto en el mundo.
Hace un año, el bioquímico mendocino Pablo Arroyo (36) descubrió que en el país no había cremas ni jabones formulados específicamente para tratar la piel luego de un tatuaje. No es un dato menor ya que según los tatuadores la mitad del resultado depende del tratamiento posterior al trabajo. Ante esta situación se puso manos a la obra y hoy pude decirse que su incursión ha sido un verdadero éxito. Hace dos meses que su crema y su jabón líquido Vitattoo Care están a la venta y ya han logrado posicionarse en Mendoza y en varias provincias con excelentes resultados. Mucho más aún, ya está pensando en exportar: hay interesados en Chile y Uruguay.
«En ese momento me puse a averiguar qué es lo que había en el mercado y no era mucho. En el país no hay otra marca aprobada por Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), así que esta es la primera y la cuarta en el mundo», dijo Pablo, quien especificó que ya han vendido un lote de 800 envases y están trabajando en el segundo de la misma cantidad.
Es una crema cicatrizante y un jabón que cumplen una función fundamental, ya que se trata del cuidado de una herida que debe permanecer libre de bacterias. Hasta ahora se usaba vaselina o cremas comunes por ejemplo con vitamina A. En el caso de la primera, sólo produce humectación sin hidratación pero ya prácticamente no se usa y en cuanto a las segundas, al no ser desarrolladas para este caso particular, tienen componentes que pueden provocar reacciones alérgicas, como colorantes y perfumes.
Para la higiene se usa jabón blanco que no los contiene, lo cual lo hace recomendable, sin embargo «lo malo es que tiene PH alcalino, cuando el de la piel es ácido para evitar el desarrollo bacteriano; entonces, al modificarlo con el jabón se vuelve más susceptible de sufrir infecciones», explicó. Lo que logra el elaborado por él es mantener el equilibrio cutáneo mientras que al ser líquido no se contamina con la manipulación ya que permanece dentro del envase.
Pablo comentó que muchos tatuadores preocupados por el resultado de su labor están regalando la crema para asegurarse que se siga un tratamiento adecuado. Es que pueden producirse alteraciones en la figura como cambios de color, expansión de las líneas o pérdida de la continuidad de éstas últimas por déficit de cicatrización.
Paso a paso
El desarrollo de un producto tiene mucho de creatividad asegura: «Se necesita espíritu, autocrítica, trabajo y pasión».
La crema requirió 6 meses de desarrollo, tiempo durante el cual se hicieron 50 muestras para testear los productos. «Se los dimos a las personas luego de realizarse el tatuaje junto con una ficha que debían ir llenando con los resultados y reacciones. Con esa información íbamos realizando mejoras porque la intención es que le venga bien a la mayor cantidad de gente», explicó el bioquímico.
Cuando el tatuaje se realiza, pica, arde y luego la piel se descama. Este malestar es el que la crema ideada a base vitaminas E, K y provitamina B5 apunta a atenuar, además de colaborar en una buena preservación de la piel y el diseño. «Investigué qué cremas estaban autorizadas en el mundo y a partir de las tres que encontré desarrollamos una con los mejores componentes que éstas tenían y usando lo más moderno en tecnología que son las nanoesferas que permiten una mejor preservación del producto impidiendo que las vitaminas se oxiden», detalló.
Pablo Sánchez es tatuador y asegura que la crema le ha dado muy buenos resultados. «No había nada así, solo alguna dando vueltas pero sin aprobación. Yo mismo, que soy muy alérgico, la he usado».
Al tener aprobación de Anmat, puede ser vendida en farmacias lo que le da mayor seguridad a los consumidores. Además ha podido certificar las normas de seguridad internacionales GMP que habilita el producto a la exportación.
El proceso contó con el trabajo de su socio, Federico Samsó, quien maneja la parte comercial y el laboratorio mendocino Ethicus se encarga de la elaboración. Doce estudios de Capital y algunos de Maipú ya la usan. También se hicieron eco de su propuesta algunos de Mar del Plata, Villa Gesell, Córdoba, Neuquén y Corrientes. En Twitter tienen como seguidor al basquetbolista Manu Ginobili, «no lo podíamos creer», asegura Pablo, mientras que en Facebook tienen más de 3.500 seguidores.
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