La crítica mirada del DT de Olimpo, que explica por qué un técnico hoy asume más tareas que antes
MAR DEL PLATA.- Walter Perazzo se apoltrona en un sillón justo a la hora señalada. Dejó a mitad de camino su novela de todas las noches, ese oasis en el que se sumerge cuando no habla ni mira fútbol. Es entrenador, pero también podría poner en su currículum que ojea futbolistas, que reconstruye equipos (ya contrató a 11 jugadores nuevos para su Olimpo ) y que conoce todo lo que pasa en el fútbol continental. Asegura que el fútbol cambió y que la tarea de los directores técnicos es mucho más difícil que hace 20 años. Fiel a un estilo, Perazzo entiende que el trabajo del entrenador «es en la semana». Y descree de la fama de algunos de sus colegas: «Hoy se halaga mucho a los técnicos que se la pasan corriendo como perros de una casaquinta, que están ladrando de lado a lado. Tengo otra idea del DT: tiene que pensar y actuar en los 15 minutos del entretiempo».
-¿Los entrenadores de equipos chicos se reinventan año tras año?
-Sí. Si tenés una buena campaña te sacan los tres o cuatro mejores jugadores. Y si tenés una campaña mala, o me sacan a mí o sacan a la mayoría de los jugadores. Estás siempre en el ejercicio ese de ir constantemente rearmando y resurgiendo todo el tiempo.
-¿Cómo se hace?
-Es una parte de los técnicos. Lo nuestro no es nada más entrenar y hacer la táctica. Una parte muy importante es la elección de jugadores. Es estar atento a todo lo que uno cree que le puede servir.
-Cuando trajiste a los colombianos Cuero y Borja nadie los conocía. ¿Un DT actual trabaja mucho más que otro hace 20 o 25 años?
-Creo que sí. Antes, los planteles eran más estables. Hoy hay más información y los jugadores se van todo el tiempo: cada seis meses. El trabajo nuestro es mucho más complicado. Siempre tenemos que estar reseteando y actualizando el archivo de jugadores. Yo tengo la costumbre de anotar todo. Los jugadores que contrato, los que me ofrecen. Me sirve como ayuda-memoria.
-¿Cuántos jugadores tenés?
-Muchísimos. Tengo todos los juveniles que pasaron por mí en la selección. Categorías 96 a 89. Jugadores que uno en algún momento vio que pueden ser posibles de traer. Cada libro de pases hago listas y las voy guardando. Para este torneo tenía 100 jugadores. Trajimos a 11.
-¿Les presentaste una lista de cien a los dirigentes?
-No, era mi archivo. De esos 100 elijo los que más me gusta. Empiezo a buscar?Y anoto lo que me puede gustar. Suman 100 y elijo dos por puesto. Trato de traer esos dos. Esa lista la guardo y cada seis meses hago otra. Así se genera un pequeño archivo.
-Es paradójico. Con el conocimiento que tenés de las divisiones inferiores, Olimpo no es un club que se caracteriza por promocionar jóvenes valores desde la cantera.
-Cuando llegué no había competencia en la AFA. Eso fue lo que buscamos. Ya hace tres años que están en la AFA. La idea es que haya jugadores salidos del club, ya con un rodaje competitivo acorde para la primera división. Hay un par de 96-97 que pueden jugar en la primera. Lleva tiempo. Le doy mucha importancia. Colaboro con el trabajo en inferiores.
-Hablás de tiempo, que siempre es escaso para los téncicos. ¿Cómo se hace para convivir con esa presión?
-Busqué un club donde pudiese tener un proyecto y se pueda sostener. Es normal que en el trayecto de un campeonato uno tenga picos. Al tener un plantel corto eso se acentúa más. La dirigencia de Olimpo me permite creer en que se pueden sostener los proyectos. El presidente está convencido. Siempre me sostuvo y yo no lo defraudé. En otros equipos, los resultados matan cualquier idea. Acá no tenemos la violencia de los barras ni simpatizantes agresivos. Es una ciudad muy civilizada. Todos queremos ganar, pero la educación del hincha de Olimpo hace ver de otra manera los resultados negativos. En Olimpo todavía se pueden sostener los proyectos.
-En un fútbol histérico mantenés la calma. ¿Cuál es tu receta?
-Nuestro trabajo es en la semana. El día del partido uno tiene que transmitir tranquilidad para no volver locos a los jugadores. Si el equipo juega mal y me ven loco a mí, no voy a ganar nada. El jugador necesita apoyo en los momentos difíciles. Trato de premiar lo bueno, más que castigar lo malo. Conozco al plantel, no se mejora nada gritando. Hoy se halaga mucho a los técnicos que se la pasan corriendo como perros de una casaquinta, que están ladrando de lado a lado. Tengo otra idea del DT: tiene que pensar, y 15 minutos en el entretiempo para actuar. En la raya, decir cosas puntuales. Si te pasás todo el tiempo gritando, llega un momento en que el jugador no te da más bola.
-¿En quiénes te inspirás?
-El número 1 es Manuel Pellegrini. Trabajé con él en San Lorenzo un año y medio. Lo vi enojado, pero nunca perdió la cordura. Eso es un poco el ideal del técnico. La mayoría de los técnicos de Europa son personas controladas.
-¿Te gusta el torneo de 30 equipos?
-Creo que lo que se buscó es que no haya tanta locura de parte de los clubes por salir campeón y salvarse del descenso. Va a permitir que no haya tanta desesperación. Se buscó tranquilizar un poco las economías de los clubes. La deuda era un tema prioritario. Para nosotros, en lo deportivo, nos permite trabajar más tranquilos. No va a haber tanta histeria de los hinchas, los dirigentes, y también ayuda a que los protagonistas estén más dispuestos a jugar y dar más espectáculo. Hay que pensar en el espectáculo. Hoy por hoy, la gente disfruta de la pasión, pero está viendo poco espectáculo. El torneo de 30 nos va a permitir jugar un poquito más al fútbol, que se estaba perdiendo.
-¿Qué le cambiarías al fútbol argentino?
-Argentina sigue siendo un gran proveedor de jugadores. Pero por ahí no hay tantos cracks. Habría que proteger más al que quiere jugar. Me parece que se está jugando con demasiada violencia. Entre los mismos colegas. Los árbitros tendrían que participar en proteger un poco más al que quiere jugar, y cuidarse entre los mismos jugadores. Se va con demasiada fuerza.
-¿Se podría mejorar a nivel organizativo?
-El tema de las canchas vacías opaca al fútbol. En Bahía a veces jugamos con los grandes con toda una tribuna vacía. Eso, a mí me choca. Se está desperdiciando, primero, una posibilidad de que te entre plata. Estás perdiéndote de vender 5000 ó 6000 populares. Después, para el jugador, tener la cancha llena es otra motivación. No deberíamos acostumbrarnos a jugar sin gente.
Sé el primero en comentar en «Walter Perazzo: «Se está jugando con demasiada violencia»»