El sector público registró otro pico en su rol de ser el principal impulsor de base monetaria. El singular retiro de circulante al sector privado contuvo la inflación, pero acentuó la baja del PBI. Roberto Chachanosky y Daniel Artana analizaron el fenómeno en InfobaeTV
El informe semanal del Banco Central dio cuenta de que en diciembre la demanda de base por parte del sector público nacional fue de 32.921 millones de pesos, en contraste con un año antes cuando había sido contractivo en 439 millones de pesos. Superó en cuatro veces la expansión generada por el sector externo con la compra de dólares y en más de 2,6 veces la originada en el resto del sector privado.
El sector público expandió en $32.921 millones la base monetaria en diciembre y en $161.508 millones en 2014
De este modo, el año cerró con una creación de dinero para financiar el déficit fiscal de 161.508 millones de pesos, un 71,7% más que en 2013, la cual sumada al aumento de base del sector externo en 48.300 millones de pesos, forzó el retiro de 124.474 millones que estaba en poder de las entidades financieras más de 15 veces que un año atrás.
El resultado de esos movimientos fue que la base monetaria creció en términos netos sólo 22,2 por ciento, pero al costo de volver a reactivar la generación del déficit cuasifiscal, que es el resultado de las tasas de interés que debe pagar a los bancos y a empresas el Banco Central por la «compra» de pesos: emite por una ventanilla a costo cero y absorbe por la otra ofreciendo intereses de dos dígitos.
Roberto Cachanosky: «Una expansión monetaria del 22% en el mundo es un disparate, en la Argentina es disciplina»
Al respecto, el economista Roberto Cachanosky dijo a InfobaeTV que «una expansión primaria de dinero, circulante, de 22% para el mundo es casi un disparate, pero para la Argentina es considerada disciplina monetaria luego de haber llegado a registrar suba de más de 40 por ciento. Ahora este año, el Gobierno va a tener que elegir en aumentar el endeudamiento interno y contraer más la actividad económica, o bien financiarlo con emisión y que se dispare el dólar blue y la inflación. Entre las dos opciones parece que está optando por la primera».
A ese escenario se llegó porque mientras que «el gasto público creció 43% en los primeros once meses de 2014, los ingresos genuinos, sin Banco Central y Anses, subieron 26,7%, muestra que no hay vocación para la disciplina fiscal porque el Gobierno cree que la expansión del gasto reactivará la economía por la vía de la expansión monetaria», dijo Cachanosky.
Sin embargo, en diálogo con InfobaeTV el economista consideró que «hay un sólo caso en que la expansión del gasto público puede hacer aumentar el PBI: es cuando se puede financiar con endeudamiento externo, porque no hay que sacrificar el ingreso de la gente que vive en la Argentina».
En esa línea, Daniel Artana, economista jefe de FIEL, alertó en InfobaeTV que «el desborde del gasto público no es sostenible en el tiempo, y si bien los precios no se dispararon en los últimos meses eso fue mérito de la virtual estabilidad del tipo de cambio y de la recesión. Es decir, el Gobierno eligió entre cierta calma financiera y sacrificar el nivel de actividad».
Para el corriente año Artana estimó que «las autoridades van a terminar devaluando 15% para que los precios no suban mucho más de 30 por ciento».
Daniel Artana: «El Gobierno eligió entre cierta calma financiera y sacrificar el nivel de actividad»
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