Cambios de los títulos de dominio invocados por Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas.
Comenzamos ésta semana afirmando que “numerosos son los títulos invocados por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del norte para justificar su pretendido derecho de soberanía sobre las Islas Malvinas, desde el avistamiento y luego descubrimiento hasta el reciente derecho de autodeterminación amparado por la Carta de las Naciones Unidas”.-
Lo que nunca aclaramos es que todos esos títulos han sido expuestos por Inglaterra en forma sucesiva con el correr de los años, circunstancia que les ha permitido prolongar indefinidamente la discusión sobre la soberanía con La Argentina.-
Frente al debilitamiento de los primeros argumentos fueron siendo invocados otros hasta llegar al único que actualmente es oficialmente reconocido por los británicos, el derecho a la autodeterminación.-
En efecto, viendo el Reino Unido que ni la teoría del primer avistamiento ni la del primer descubrimiento tenían fuerza suficiente para sostenerse en el tiempo acudieron a la doctrina de la prescripción, queriéndose adjudicar el dominio ya no por haber avistado y/o descubierto las islas, sino por haberlas poseído ininterrumpidamente por un tiempo determinado de años.-
La alegación de la prescripción, por supuesto, nunca tuvo acogida favorable en los ámbitos de discusión política y jurídica, siendo descartada por prestigiosos autores de derecho internacional.-
Ello llevó al gobierno inglés a buscar otra salida airosa para continuar perpetuando su dominio sobre las Islas Malvinas, y en esa afanada búsqueda encontraron apego al desdeñable “deseo de los isleños” como argumento principal del sustentado derecho de autodeterminación amparado por la Carta de las Naciones Unidas.-
En tales deseos de los isleños han centrado en la actualidad todos sus esfuerzos, postergando indefinidamente las negociaciones, contrariando las Resoluciones de las Naciones Unidas que años tras año instan a los gobiernos de Gran Bretaña y La Argentina a reanudar las negociaciones en forma pacífica.-
Concretamente, Inglaterra alega que no se adoptará ninguna determinación sobre el futuro político de las Islas Malvinas sin consultar previamente los “deseos” de los habitantes de las islas, postura que se contrapone a la Resolución Nº 2065(XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas que “invita a los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposiciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, así como los “intereses” de la población de las Islas Malvinas”.-
Haciendo gala de su tradición imperialista, el gobierno inglés cambió arbitraria y unilateralmente los términos de la mentada resolución, anteponiendo el “deseo” de los isleños por sobre los “intereses” de los mismos que buscaba proteger el organismo internacional.-
Sin desparpajo alguno, Gran Bretaña pretende soslayar un acto jurídico de cuya emisión participó por ser miembro permanente de las Naciones Unidas, “borrando con el codo lo que escribió con la mano”, de la misma manera que tiempo atrás luego de reconocer la soberanía española sobre las Islas Malvinas, desalojó por la fuerza a la población argentina que habitaba las mismas aduciendo derechos de soberanía de Su Majestad Británica.-
Por el contrario, la posición argentina se ha mantenido inalterable con el transcurso del tiempo, apoyándose en los títulos invocados desde el inicio de la controversia.-
Quizás para muchos las circunstancias expuestas en la presente edición pasen inadvertidas o no tengan la entidad suficiente para justificar el derecho de soberanía argentina que nuestra Constitución Nacional reconoce como irrenunciable.-
Pero lo cierto es que LA VERDAD Y LA JUSTICIA SON IMPERDURABLES, mientras que LA MENTIRA Y LA INJUSTICIA caen por su propio peso al precipicio de la historia que juzga en el tiempo a las naciones.-
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