OCUPACIÓN ILEGÍTIMA DE LAS ISLAS MALVINAS POR PARTE DEL REINO UNIDO.
En la edición del día 25-03-2013 nos propusimos demostrar la ineficacia de algunos de los títulos de posesión invocados por el Reino Unido para justificar su pretendido derecho de soberanía sobre las Islas Malvinas, concluyendo que los ingleses no fueron los primeros que avistaron las islas, ni tampoco sus descubridores, ni mucho menos sus primeros ocupantes.-
En la jornada de hoy volvemos sobre el tema que nos ocupa, con la intención de evidenciar la injustificada e ilegítima ocupación de nuestras Islas Malvinas por parte de Gran Bretaña, que en el año 1833 expulsó por la fuerza a los pobladores argentinos que habitaban pacíficamente el territorio en cuestión.-
Nos detendremos, precisamente, en el acto de agresión perpetrado por Inglaterra contra el gobierno argentino que administraba las Islas Malvinas en 1833, pues en el encontramos una razón mas para desacreditar la posición británica.-
En efecto, luego de producido el abandono voluntario de las Islas Malvinas por los ingleses en el año 1774, las mismas fueron ocupadas y administradas ininterrumpidamente por España, hasta que en 1811 con motivo del proceso revolucionario suscitado en el Virreinato del Río de la Plata, el gobierno español decidió retirar sus tropas de las Islas para destinarlas a la lucha contra los revolucionarios.-
Producida ya la declaración de independencia, todos los territorios sobre los que España tenía derechos de soberanía pasaron a manos de sus sucesores legítimos, la recientemente declarada nueva república (Provincias Unidas de Sud América), pero recién en el año 1820 se decidió la ocupación de las Islas Malvinas, cuando el Coronel de Marina David Jewet, al mando de la fragata Heroína entró en la bahía de Asunción de la Isla Soledad y fondeó en Puerto Soledad, bajó a tierra y enarboló la bandera Argentina en la ex – capital española.-
El acto de soberanía de la Argentina fue publicado en la “Salem Gazette” de los Estados Unidos del 12 de junio de 1821, en el “Time” de Londres, el 3 de agosto del mismo año y, simultáneamente, en “El Redactor” de Cádiz, España. De ese modo, la toma de posesión efectuada por Jewet tuvo difusión internacional.-
Ya en 1823 España y las Provincias Unidas del Río de la Plata suscribieron un Convenio Preliminar de Paz, en el mes de julio, y en el mes de octubre del mismo año, en una reunión entre el Principe Plignac, embajador de Francia, y Geroge Canning, representante del gobierno británico, éste último manifestó que no era intención de Gran Bretaña apoderarse de ningún territorio colonial español y que tampoco deseaban forjar con ellos vínculos políticos que no estén encuadrados en el estricto sentido de la amistad y el comercio.-
El mismo funcionario inglés, en diciembre, cursa una nota de reconocimiento formal de la independencia argentina por parte del Reino Unido que está documentada en los “British and Foreign state papers” correspondientes a 1823 y 1824, donde el Gobierno de Gran Bretaña ninguna reserva hizo sobre sus pretendidos derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas.-
Con posterioridad, en 1825 se firma en la ciudad de Buenos Aires un tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre Gran Bretaña y las Provincias Unidas del Río de la Plata. En este documento no se hace mención a las Islas Malvinas. Gran Bretaña tampoco hizo ninguna reserva de derechos sobre las Islas. Éste tratado fue ratificado por el parlamente británico.-
Recién en 1828 el gobierno de Buenos Aires adjudica a Luís Vernet la Isla de los Estados y la Isla Soledad, con derechos exclusivos de pesca por 20 años y el cargo de fundar una colonia. Tampoco Inglaterra protesta por este acto de gobierno y soberanía.-
Transcurridos los primeros meses del año 1829, el gobierno argentino, por decreto del 10 de junio, crea el cargo de gobernador militar y político del archipiélago malvinense, cargo que recayó en la persona del Luís Vernet. Por este motivo, y en conmemoración de éste acto trascendental es que en la actualidad celebramos el día de las Islas Malvinas.-
Ante ésta decisión, el gobierno británico protesta y reclama como propia la soberanía de las Islas.-
Luís Vernet dio un avanzado progreso a las Islas Malvinas, planificando cuidadosamente la diversificación de las actividades para el desarrollo de las operaciones comerciales, trasladando caballos y algunas ovejas desde el continente a Puerto Luís, reparando el caserío. Así, comenzó a producir carne vacuna salada, pescado en salmuera, cueros de vacuno y hasta conejo, sin descuidar los de focas de dos pelos. Estos productos de las islas no solo se vendieron en Buenos Aires sino que también llegaron a mercado londinense.-
Entre las variadas medidas que adoptó el gobernador de las Islas figura una reglamentación por la cual se prohibía la pesca de cetáceos en los mares circundantes a las Islas Malvinas, y en aplicación de esta ordenanza, en agosto de 1831, al querer ejercer su verdadera autoridad, ordenó la detención de las goletas norteamericanas Harriet, Beakwater y Superior por reincidir en sus contravenciones a las normas citadas.-
Producido el incidente, Vernet se encontró en una encrucijada, pues había actuado en defensa de las leyes del país, pero no contaba con medios para ejecutarlas, por lo que decidió partir hacia Buenos Aires a los fines de que los órganos judiciales competentes resolvieran la cuestión.-
Y mientras se desarrollaba el proceso de denuncia en los fueros competentes, el representante norteamericano, previa comunicación a su gobierno de lo acontecido, y por su cuenta, ordena a la fragata Lexington que zarpe hacia Puerto Luís, Malvinas. En diciembre de ese año, los colonos de Malvinas avistaron la fragata en cuyo mástil principal flameaba la bandera francesa para disimular la identidad, y luego de fondear en el puerto el comandante Duncan ordena arrasar todas las instalaciones para proteger a los ciudadanos y el comercio de su país, luego de lo cual, el 21 de enero de 1832 dejó las Islas Malvinas llevando consigo siete oficiales argentinos prisioneros.-
El 7 de octubre de 1832 arribó a Puerto Luís la fragata argentina Sarandi que transportó al francés José Francisco Mestivier como gobernador comandante civil y militar de Malvinas. Éste se encontró al llegar con una sublevación de los criollos del lugar, que lo asesinaron. Algunos de sus oficiales estaban realizando patrullajes en la zona, entre ellos se encontraba José Maria Pinedo, y a su vuelta, encontrose en un total estado de insubordinación por lo que asume el control de la situación, inicia las actuaciones sumariales y se interna en los cerros de la vecindad en persecución de los criminales, entre los que se encontraba el tan mencionado “Gaucho Rivero”.-
En estas circunstancias apareció sorpresivamente en Puerto Luís la corbeta inglesa Clío al mando del Capitán John James Onslow, quien intima a Pinedo a arriar el pabellón Celeste y Blanco y retirarse de las Islas, expulsando por la fuerza a los pobladores nativos del lugar.-
Sobre este hecho en particular se han referido numerosos historiadores, tanto nacionales como internacionales. En especial, nos interesa enseñar algunas referencias hechas por historiadores y juristas ingleses y de otros países sobre el tema.-
Según Enrique Ferrer Vieyra, en su libro “Las Islas Malvinas y el derecho internacional”, comentando un Documento y declaraciones del Profesor M. Deas (Great Britain Parliament, House Of Commons, Foreign Affaire Comité, sesions 1982-83, Falkland Islands, Minutes of evidence, 17/1/83, ps. 127-137, Londres, Her Majesty´ Stationery Office.), éste afirma que “en 1833 Gran Bretaña se apoderó por la fuerza de las islas, en un acto claramente ilícito. A más del tratado de Utrecht, violó la llamada Convención de Nootka Sound, de 1790, por la cual renunciaba a establecerse en las costas e islas adyacentes del sur del continente.-
El mismo autor, citando un documento aludido por el doctor Peter J. Beck, profesor de historia internacional en el Politécnico de Kingston, Inglaterra, indica que en 1946, el consejero legal del Ministerio de Relaciones Exteriores, Sir Gerald Fitzmaurice, aceptaba que el caso de Gran Bretaña tiene ciertas debilidades y que el memorándum de 1916 hablaba de la naturaleza confusa de los hechos, tratando de que la ocupación británica de las islas en 1833 no fuese interpretada como un acto de injustificable agresión (pág. 44).-
Peter J. Beck concluye su documento presentado al Parlamento británico en los siguientes términos: “Aunque mucha atención se ha dado al estudio de los problemas jurídicos e históricos, uno deber preguntarse si realmente ellos lo merecen. Los sucesos de 1833 y 1982 han demostrado que lo que prevalece, en estos casos es el poder y la voluntad. Son el poder y la voluntad los principales determinantes de la duración de la supremacía británica en las islas Flakland”
Bonifacio del Carril en su obra “La cuestión de las Malvinas”, cita una nota dirigida a Sir Woodbine Parish escrita por Lord Aberdeen en la que sostenía “…En éstos días de desenvolvimiento de Sud América, las islas tienen gran valor para Inglaterra como base naval”, como punto de partida de su agradecimiento por haber tenido la idea de despojarnos de las Malvinas. El autor remata su posición sosteniendo que el 2 de enero de 1833 los ingleses desalojaron por la fuerza a los argentinos de las islas Malvinas (pág. 42).-
Alfredo L. Palacios, a su turno, deja la siguiente sentencia en su obra “Las Islas Malvinas, archipiélago argentino”: “El derecho de nuestra Argentina a la soberanía de las Malvinas es innegable. A pesar de ello, una de las naciones mas poderosas del mundo, abusando de la fuerza, las mantiene en su poder…(pág. 127)”.-
Como podrá apreciar el lector, es evidente que la ocupación inglesa ejecutada el 2 de enero de 1833 constituyó un acto de fuerza, y por lo tanto ilícito, reprochable desde todo punto de vista, que hace aún más endeble los ya frágiles títulos invocados por Gran Bretaña basados en el avistamiento y descubrimiento.-
Aprovechándose de las circunstancias y de su superioridad armamentista, los ingleses, amedrentaron a la población argentina que habitaba las Islas Malvinas, despojándolas ilícitamente de su territorio, al que no pudieron volver jamás.-
Para finalizar la presente edición no puedo dejar de citar a nuestro querido escritor José Hernández, autor del “Martín Fierro”, que refiriéndose al territorio usurpado en su libro “Las Islas Malvinas” nos dejó como herencia: “La usurpación no sólo es el quebrantamiento de un derecho civil y político; es también la conculcación de una ley natural….. Ya no es el alarde de la fuerza, el que apoya una gestión cualquiera en el mundo diplomático. Los gobiernos han comprendido ya que no hay otra fuerza legítima y respetable que la fuerza del derecho y de la justicia; que el abuso no se legitima jamás, e imprime siempre un sello odioso sobre la frente de los que lo consuman”.-
Nos reencontramos en la próxima tirada.-
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