Este martes, por primera vez, se reunieron varios ex superintendentes del Departamento General de Irrigación (DGI), para analizar uno de los aspectos de la política hídrica que se lleva adelante: el Balance Hídrico. Con esta acción, se intentará poner en valor la institucionalidad del DGI y la continuidad de políticas a largo plazo.
En la sede del coincidieron Jorge Chambouleyrón, Eduardo Sancho, Carlos Abihaggle, Lucio Duarte y el actual superintendente, José Luis Álvarez.
El balance consiste en medir toda la oferta de agua existente y la demanda de la misma, para de esta manera maximizar la eficiencia del recurso hídrico. Esta herramienta tendrá el objetivo de contribuir al desarrollo productivo de la región, a la actualización registral y al ordenamiento territorial considerando al agua como un factor crítico e irreemplazable.El relevamiento está siendo llevado a cabo por un grupo interdisciplinario de profesionales de Irrigación y avalado por instituciones como el Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio (IAI) y Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).
Una vez finalizado el proceso, el próximo paso será presentar a la Legislatura tal como lo estipula la Constitución de Mendoza, el Balance Hídrico del río Tunuyán Superior, para luego hacer lo propio con el resto de las cuencas.
Por otra parte, el DGI anunció que se sumará a los controles del uso de agua potable para colaborar con AYSaM en la detección de infractores de horarios de riego en la ciudad.
Así lo confirmó Favio Chiacchio, subdelegado de Aguas del Río Diamante, a LV4 señalando que “la Ley de Agua prioriza el requerimiento de la población y después el riego agrícola, pero cuando analizamos al uso poblacional ya no hablamos de deficiencia sino de derroche”.
En los últimos días, el ente provincial que administra el recurso hídrico urbano labró 250 multas que, en caso de reincidencia, ascienden a un valor de 1.700.
«Mientras en la ciudad hay derroche, en el campo se discute regar el árbol o la finca. No se puede poner el sapito y acostarse a dormir, porque está dentro del horario permitido. El derroche es una irresponsabilidad».
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