En lo que respecta a programas sociales, hay partidas como Sanidad Escolar, que depende del Ministerio de Salud, de las que se gastó apenas del 21,18% de los destinado, o el plan de Mejoramiento de la Calidad Educativa, que está bajo la órbita del Ministerio de Educación y que sólo se ejecutó el 21 por ciento.

Es decir, la expansión del gasto público y de los superpoderes por parte del Ejecutivo nacional no se distribuyó de manera homogénea en toda la administración. De acuerdo al último informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), por ejemplo, mientras el Ministerio de Economía llegó a tener un refuerzo del 186% en su partida, el Ministerio de Educación sólo recibió un 4,1% extra.

Otras oficinas beneficiadas fueron la Jefatura de Gabinete, que conduce Jorge Capitanich, con casi un 40% de refuerzo presupuestario, y el Ministerio de Planificación, a cargo de Julio de Vido, con un 67% de recursos extras. Por contraste, el Poder Judicial tuvo un aumento de sólo el 5,7% en todo el año.

Con relación a las políticas puntuales, además de Sanidad Escolar y Mejoramiento de la Calidad Educativa, otro plan que tuvo una baja ejecución fue Atención Sanitaria en el Territorio (32,8%), que es el encargado de llevar atención médica en unidades móviles a los sectores más remotos del país y tiene un presupuesto de 565 millones. Algo similar ocurrió con el programa Detección y Tratamiento de Enfermedades Crónicas, que gastó sólo la mitad. El plan Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica (Ministerio de Educación), con más de 1600 millones de pesos, ejecutó el 48,6% del total, reprodujo este sábado el diario La Nación.

El contraste de estos números es elocuente si se considera que el promedio de ejecución presupuestaria en lo que va del año es del 80 por ciento.

En el Ministerio de Industria, que conduce Débora Giorgi, el nivel de gasto es sólo del 41%. En la Secretaría de Ambiente sucede algo similar, con una ejecución de apenas el 43,4%. En ésta área ocurre el caso de la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo que, pese a contar con financiamiento internacional, sólo gastó el 3,29%.

En el otro extremo, la prioridad del kirchnerismo pasó por los programas Prensa y Difusión de los actos de Gobierno, que ya lleva gastados 1589 millones de pesos, un 167% superior al presupuesto original. SiguenAerolíneas Argentinas, 5140 millones, un 184% más; el plan Formulación y Ejecución de la Política de la Energía Eléctrica, 77.771 millones, un 229% superior a la partida original, mientras que el Senado, que conduce el vicepresidente Amado Boudou, ya lleva gastados 2568 millones, un 141 por ciento más.

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