Vanoli sorprendió ayer al admitir en una entrevista con Radio Del Plata que se había «descartado» aplicar restricciones adicionales, con lo que dio a entender que en algún momento se habían analizado. Esta mirada optimista es parte de la estrategia oficial para tratar de convencer al mercado de que la corrida contra el peso es parte del pasado. Y apunta a tratar de reducir la demanda de dólar ahorro, que, en lo que va del mes, superó los US$ 400 millones.

El plan se completa, desde comienzos de mes, con nuevas regulaciones (como las que obligan a los importadores a acelerar el ingreso de mercaderías), acuerdos (como el anunciado con los exportadores cerealeros para que aseguren un flujo de liquidaciones de aquí a fin de año) y una ofensiva de inspecciones y controles sobre el mercado.

La ofensiva logró imponer la idea de una pax cambiaria que se extendería al menos hasta fin de año, según sugieren los precios que se pactan en los contratos de futuros de dólar. En el Rofex, por caso, el valor del dólar para fin de año es de $ 8,73, cuando superaba largamente los $ 9 hace un mes.

«En contrapartida, los mercados desconfían de la capacidad del Gobierno de evitar la devaluación a mediano plazo», advierte el economista Federico Muñoz. Alude a que la posición octubre de 2015 en la plaza local trepa a $ 11 y aun supera los $ 13 en Nueva York.

«La desconfianza del mercado tiene su razón de ser en que la estrategia de la conducción económica se limita a comprar tiempo, eludiendo todo intento serio de ataque a los problemas macro de fondo, que son la inflación y el creciente desborde fiscal», apunta Muñoz.

La ofensiva oficial mostró módicos resultados. El precio del dólar blue cayó otro 0,6% ayer, para cerrar a $ 14,53, alejándose del nivel de $ 16 con que coqueteó a fin de septiembre. Pero se mantiene así 70% por encima del valor oficial de la divisa, que cerró a $ 8,52.

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