La Fundación Manantiales preparó este test para que los padres o cualquier adulto puedan saber si sus sospechas sobre el consumo de drogas de algún familiar tiene algún fundamento. Para sacarse dudas o para decidirse a hacer una consulta a un profesional, 23 preguntas para reflexionar sobre un tema que resulta ajeno para mucha gente.
Advertir los síntomas del uso de drogas y alcohol requiere estar muy alertas. A veces resulta difícil establecer la diferencia entre el comportamiento normal de los jóvenes y el comportamiento causado por las drogas. Prejuicios acerca de los hábitos de las nuevas generaciones pueden llevar a los padres a hacer evaluaciones equivocadas. Por eso, para saber si un joven se droga proponemos un test para no asustarnos con impresiones que pueden ser infundada, o para tomar cartas en el asunto y consultar a un profesional.
Además de observar el comportamiento de su hijo, es útil saber que la marihuana es una hierba de color verde con matices de marrón. Cuando se fuma despide un olor dulce similar al perfume «patchouli». La cocaína es un polvo de color blanco de gusto generalmente amargo, que adormece la lengua con el contacto. Puede ser usada por inhalación, fumada o por vía endovenosa. Generalmente se la guarda en sobrecitos de papel metalizado de paquete de cigarrillos, de papel glacé o de papel común, o bien en bolsitas o tubos herméticos.
Considere y conteste las siguientes preguntas
1) ¿Parece retraído, deprimido, cansado y descuidado en su aspecto personal?
2) ¿Lo nota hostil y falto de cooperación?
3) ¿Se han deteriorado sus relaciones con miembros de su familia?
4) ¿Ha dejado a sus antiguos amigos?
5) ¿No le va bien en la escuela? ¿Ha empeorado las notas o su asistencia es irregular?
6) ¿Ha perdido interés por los pasatiempos, los deportes u otras actividades?
7) ¿Ha cambiado sus hábitos de comer o de dormir?
8) ¿Usa desodorantes o perfumes para tapar algún olor?
9) ¿Tiene actitudes beligerantes ante sus preguntas o reclamos?
10) ¿Tiene las pupilas dilatadas? ¿Tiene los ojos colorados?
11) ¿Tiene conversaciones telefónicas o encuentros con desconocidos?
12) ¿En su casa faltan objetos de valor? ¿Tiene una necesidad creciente de dinero?
13) ¿Está más pálido de lo habitual? ¿Se dejó el pelo descuidado?
14) ¿Encuentra usted cajitas de fósforos agujereadas en el centro del lomoo cualquier otro artefacto (biromes o tubitos) que sirvan para fumar la colilla de un cigarrillo sin filtro hasta el final?
15) ¿Tiene papel para armar cigarrillos?
16) ¿Usa colirios?
17) ¿Tiene manchas de cigarrillos en los dedos?
18) ¿Tiene feo olor, incluso en la vestimenta y en las sábanas?
19) ¿Tiene elementos que permitan picar la droga como hojas de afeitar o tarjetas duras?
20) ¿Tiene elementos que permitan aspirar la droga como bolígrafos sin tapas ni tanque, tubitos, pajitas o billetes enrollados?
21) ¿La nariz le sangra o gotea a menudo?
22) ¿Tiene dificultad para hablar?
23) ¿Tiene marcas de pinchazos en brazos o piernas?
Atención: Tenga en cuenta que algunos de estos síntomas pueden aparecer en jóvenes que no se droguen. No por usar un arito o dejarse el cabello largo, un joven utiliza drogas. Se trata de síntomas a tener en cuenta que deben sumarse a los otros según la siguiente tabla:
De 0 a 3 respuestas positivas: No hay problema a la vista.
De 3 a 10 respuestas positivas: Alerta, esté atento a su conducta y controle sus pertenencias. Consúltenos si lo cree necesario.
De 10 a 14: Consulte con un centro especializado. Es probable que necesite ayuda.
15 o más: Seguramente tiene un problema con las drogas y necesita un tratamiento.
Esté alerta a indicios de uso de drogas y a la presencia de los artefactos utilizados para ingerirlas como papeles para armar cigarrillos, balanzas, biromes sin tapita y sin tanque, cucharitas, jeringas, tubitos que puedan servir de inhalador, tarjetas o billetes con un sabor amargo y anestesiante, espejos. Estos elementos pueden ser indicios del uso de drogas y cuanto antes detecte el problema, más fácil será ayudarlo.
No enfrente a un joven que se halle bajo los efectos del alcohol o de las drogas. Espere a que esté sobrio para hablar con él. Entonces explíquele sus sospechas con calma y objetividad, y busque la ayuda de otros miembros de la familia para respaldar sus observaciones.
Generalmente, los jóvenes que se drogan no son honestos y niegan la adicción. Si usted cree que él no está diciendo la verdad, y las pruebas de que padece una adicción son evidentes, hágalo evaluar por un profesional especializado. Muchas veces el adicto termina aceptando que se droga y para conformar a los padres promete no volver a hacerlo. Pero en un altísimo porcentaje de jóvenes adictos esta promesa sólo queda en el intento y la persona continúa drogándose solapadamente.
Si su hijo está consumiendo drogas, no se eche culpas ni pierda tiempo esperando que el problema se solucione por sí solo. Lleve de inmediato a su hijo a una consulta con profesionales especializados y en caso de que él se niegue, concurra usted y pida asesoramiento. ¡La salida de la droga es posible!
Fuente: Fundación Manantiales, ONG dedicada a la prevención, asistencia e investigación de las adicciones.
Fuente: Rumbos Digital
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