A pesar de los esfuerzos internacionales por lograr la paz en el conflicto con Ucrania, Rusia inició una gran maniobra militar en el Mar Negro, informó hoy el Ministerio de Defensa ruso.

En las maniobras participan 20 barcos de guerra, 20 cazabombarderos de tipo Sukhoi y helicópteros, informó el Ministerio, citado por la agencia Interfax. También se llevarán a cabo pruebas con misiles de crucero.

Tras la controvertida anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia, este ejercicio podría crear nuevas tensiones. Los puertos ucranianos de Odessa y Mariupol, en los que en el marco del conflicto hubo fuertes enfrentamientos, están cerca.

En las maniobras se ensayará como acabar con un enemigo. Estarán dirigidas por el almirante de la Flota del Mar Negro Alexander Vitko.

En tanto, un encuentro de crisis intentará allanar el camino a un alto el fuego en el este de Ucrania. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, pidió a todas las partes involucradas en el conflicto buscar este sábado una salida a la crisis, informó la oficina presidencial en Kiev. Los separatistas, fieles a Moscú, acordaron participar de un encuentro con el llamado grupo de contacto integrado por rusos, ucranianos y la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE). Como sede fue propuesta la capital bielorrusa, Minsk, pero oficialmente el encuentro no había sido confirmado hasta la noche.

La canciller alemana, Angela Merkel, presionó hoy a favor de nuevas negociaciones. Merkel habló por teléfono con Poroshenko y con el presidente de Francia, Francois Hollande. Los tres pidieron a Rusia hacer valer su influencia sobre los separatistas.

Por su parte, la ministra del Exterior italiana, Federica Mogherini, viajará a Ucrania y Moscú el lunes en un esfuerzo por ayudar a encontrar una solución a la crisis ucraniana. Mogherini expresó sus esperanzas de que un alto el fuego se materializará «en las próximas horas o días».

Rusia se había manifestado en conversaciones a cuatro bandas con Ucrania, Alemania y Francia a favor de las negociaciones de paz. Las partes acordaron en Berlín el martes un nuevo intento de negociar un alto el fuego. Para ello, el grupo de contacto debería reunirse a más tardar este sábado.

En tanto, al menos 150 insurgentes prorrusos y dos soldados ucranianos murieron en el marco de la denominada «operación antiterrorista» que lleva a cabo el gobierno en el este de Ucrania, informó hoy un portavoz en Kiev.

En ataques áreos y artillería fueron destruidas seis posiciones de los separatistas prorrusos y el Ejército ucraniano rodeó Nikolayevka, informó el portavoz. Cuatro soldados resultaron heridos.

Poroshenko no prolongó el alto el fuego que venció en la noche del lunes y las fuerzas de Kiev reanudaron los bombardeos contra ciudades en las regiones de Lugansk y Donetsk, donde combaten activistas prorrusos que quieren la independencia y que autoproclamaron las autodenominadas «repúblicas populares» de Donetsk y Lugansk.

Los insurgentes siguen esperando ayuda militar del presidente ruso, Vladimir Putin, y una entrada de las tropas rusas en la región.

En Kiev, el vicejefe de gobierno, Vladimir Groisman, habló de «conversaciones intensas» sobre un posible alto el fuego. La cúpula de Kiev está preparando un corredor humanitario para los civiles del este de Ucrania que estaría listo a partir del lunes y cuya organización asumieron organizaciones internacionales, dijo Groisman.

Poroshenko anunció ese corredor en varias ocasiones, pero nunca llegó a realizarse.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió a ambos bandos que ahorren a los civiles el sufrimiento en el este del país y señaló como especialmente grave que un líder de la «república popular de Donetsk» haya declarado a mujeres y niños objetivos lícitos de sus ataques, lo que supone una violación de las leyes internacionales que protegen los derechos humanos, dijo desde Ginebra.

Mientras, la cúpula de Kiev acusó de nuevo a Moscú de no impedir la entrada de suministros para la insurgencia por la frontera ucraniana con Rusia. Sólo en la zona de Lugansk los grupos milicianos disponen de más de 20 tanques y más de 120 vehículos acorazados, dijo Yuri Stez, de la Guardia Nacional en Kiev.

El vicejefe de gobierno ruso, Dmitri Rogosin, acusó por su parte a Occidente de suministrar armas a los ucranianos, sobre todo antiguo armamento soviético que está en el arsenal de los miembros de la OTAN de Europa del Este, dijo. Es muy típico de la OTAN echar más leña al fuego, criticó. La alianza atlántica negó en varias ocasiones haber suministrado armas a Ucrania, pero algunos de sus miembros podrían haber enviado ayuda militar.

El jefe del Consejo de Seguridad, Andrei Parubiy, volvió a exigir a Rusia que retire a sus tropas de la frontera común y dijo que Moscú volvió a estacionar 40.000 soldados que suponen una «amenaza potencial». Además habló de «éxitos militares» en el este de Ucrania, donde tras tres meses de «operación antiterrorista», el Ejército controla 23 de las 36 zonas disputadas, señaló.

En medio del conflicto, la autoridad rusa de supervisión alimentaria prohibió la importación de algunos productos lácteos ucranianos que al parecer están «contaminados microbialmente». Los analistas creen que la medida tiene motivaciones políticas que parten del Kremlin. El jueves, la autoridad veterinaria rusa había limitado las importaciones de carne de Moldavia. Tanto Ucrania como Moldavia firmaron en junio acuerdos de asociación con la UE a pesar de las fuertes críticas rusas.