San Rafael, Mendoza viernes 22 de noviembre de 2024

Si no lo veo, no lo creo

deepQué buen arranque tiene Transcendence: identidad virtual. Suele suceder: hay películas que parten de una buena premisa -más si rondan el género de la ciencia ficción- y luego se disparan a lugares disímiles.

Transcendence encara el desafío de la inteligencia artificial en un futuro no muy lejano. Will Caster (el Johnny Depp que usa anteojos para darle aire intelectual y diferenciarlo del Depp de un cine pretendidamente pasatista) es un científico que experimenta con la IA. Hay un grupo de rebeldes que no ve con buenos ojos esos avances y bien pronto Caster descubre que una bala con radiación le dará una muerte agonizante. La tentación de experimentar en sí mismo -“subir” su conciencia a un programa- habla tanto de la inmortalidad como de creerse superior al resto.

El debutante Wally Pfister (director de fotografía de todas las películas de Christopher Nolan, de Memento a Batman, El Caballero de la noche asciende, y quien produce Transcendence) construye un universo, un imaginario futurístico en el que puede jugar con lo imprevisto. Pero lo baja, lo ancla a Tierra con la historia de amor entre Caster y Evelyn. Un papel al que la inglesa Rebecca Hall (Vicky Cristina Barcelona, Atracción peligrosa) le otorga cuotas de romanticismo y entrega que el director debió valorar más.

El filme va desembocando en el thriller -la amenaza que siente el Gobierno de que Caster ingrese a todas las computadoras a través de Internet, para adquirir más poder y llegar a desequilibrarlo todo, desde Wall Street hasta el orden mundial-, y parece inverosímil. Pero ¿es esa inteligencia artificial verdaderamente Caster?

Pfister rodeó a Depp, quien pronto aparece más en pantallas de cristal líquido que en carne y hueso, y a Hall de un elenco de excepción. Paul Bettany es otro científico amigo de la pareja, y el que más desconfía. Y Morgan Freeman y Cillian Murphy son otro científico y el agente tras la búsqueda de Caster.

La presencia de Hall, Freeman y Murphy, que ya trabajaron con Nolan, y la sombra del director londinense de El origen en la producción hace meditar cuánto influyó, y cuál fue su peso en el resultado de la película. Lo que queda es un filme que conjuga ciencia ficción, thriller e historia romántica, con momentos de buena tensión y otros en que a Pfister se le escapa la tortuga.

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Sé el primero en comentar en «Si no lo veo, no lo creo»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*