Los encargados de elaborar las estadísticas del Indec hasta la intervención de 2007 afirmaron ayer que la pobreza llega al 20,7% de la población y que la indigencia ascendió al 4,5 por ciento. Se trata de 5.357.000 personas pobres, de las cuales 1.160.000 son indigentes.

Las cifras de los técnicos desplazados por la intervención del Indec reflejan el resultado del segundo semestre de 2013, que no fue informado por el Gobierno.

En el Palacio de Hacienda recordaron que se está construyendo un nuevo indicador que mida el nivel de pobreza, aunque los técnicos del Indec temen que refleje una cifra todavía menor. El último dato que informó el Indec, referido al primer semestre de 2013, daba cuenta de un nivel de pobreza del 4,7% y del 1,4% de indigencia.

El problema con el cálculo oficial de pobreza es que perdió su credibilidad cuando el Gobierno comenzó a manipular el índice de precios al consumidor (IPC) en enero de 2007, sincerándolo parcialmente recién en enero pasado, por la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por esta razón, los técnicos ligados a ATE y desplazados por la conducción del Indec que encabeza Ana Edwin -y que el ministro Axel Kicillof no desplazó- decidieron hacer sus propios cálculos e informar periódicamente los resultados, que se parecen a estimaciones privadas y sindicales.

El dato del 20% representa un incremento de 2 puntos porcentuales respecto del 18% registrado hace dos años por estos técnicos. Para los hogares, la pobreza llegó al 14,6% y la indigencia, al 3,7 por ciento.

Del total de aglomerados, el 20,4% corresponde al GBA, mientras que en nordeste argentino se registró un 35,7% y en el Noroeste, un 26,6%; en Cuyo, un 19,8%, y en la Patagonia, el 13,1 por ciento.

Por otro lado, también estimaron la pobreza sobre la base de la canasta de consumos de la Dirección de Estadísticas de la ciudad de Buenos Aires, que elabora un IPC independiente del Indec; sobre la base de esta canasta, la cantidad de pobres se estira hasta 40,6% y la indigencia, hasta 10%. En términos absolutos, se trata de 10.489.000 personas pobres, de las cuales 2.581.000 son indigentes. Con esta metodología, los números del NEA y el NOA ascienden respectivamente a 61,4% y 50,4 por ciento.

Los técnicos indicaron que «los resultados aquí presentados, aun los más conservadores, superan, en personas, cuatro veces la pobreza y tres veces la indigencia informados por la intervención según los últimos valores oficiales difundidos» por Edwin.

TENDENCIA CRECIENTE

También resaltaron que «se observa, entre el segundo semestre de 2011 y el segundo semestre de 2013, una tendencia creciente tanto de la pobreza como de la indigencia», aunque el Gobierno sostenga discursivamente lo contrario.

«La manipulación de información estadística permite el ocultamiento de poblaciones en riesgo, las priva de sus derechos e impide mejorar en forma eficiente sus condiciones de vida», concluyeron.

De hecho, la jefa de la EPH hasta la intervención, Cynthia Pok, dijo a LA NACION que estas cifras «están en niveles similares a los de 1994».

En una sintonía similar, el centro de investigaciones de la CTA oficialista (Cifra), informó semanas atrás que la pobreza ascendió el año pasado al 17,8% de la población, con un pico en el último trimestre de 2013, cuando alcanzó el 18,2%.

El economista Eduardo Basualdo advirtió entonces que «probablemente la aceleración de los precios tras la devaluación de enero de 2014 provoque un incremento en las tasas de pobreza e indigencia».

Por otro lado, los técnicos del Indec denunciaron que el organismo «ocultó» los datos históricos de la pobreza e indigencia, para evitar comparaciones con la década del 90, en el contexto del rediseño de la página web del Indec. Desde el organismo estadístico oficial negaron en forma tajante esta versión y en Economía, supuesta instancia de control político del Indec, no informaron nada sobre esta presunta maniobra.

Fuente: La Nación