La petrolera francesa, primer operador de gas del país, ya perforó varios pozos; ahora reclama más incentivos
PARÍS.- En su visita a esta ciudad, el mes pasado, la presidenta Cristina Kirchner recibió una buena noticia: Total, una de las petroleras y gasíferas mas grandes del mundo y el primer operador de gas de la Argentina, está interesada en la explotación de recursos no convencionales en el megayacimiento neuquino de Vaca Muerta, la gran apuesta del país para poder recuperar, en el futuro, el autoabastecimiento energético.
Pero luego de aquel anuncio llegará el momento de concretar y sentarse a negociar condiciones, y en la compañía francesa buscan obtener algunas garantías de parte del Gobierno a ntes de hacer las enormes inversiones que requiere extraer del subsuelo el «shale gas». Entre ellas, una baja en el costo local de producción, libre acceso al mercado de divisas, estabilidad legal y fiscal, y un «reconocimiento» al desempeño de la compañía en el país.
«En la situación actual, para justificar las inversiones en Vaca Muerta, los costos deben bajar», advirtió ayer Ladislas Paszkiewicz, director de Total para las Américas, en un encuentro con periodistas argentinos. «Necesitamos también tener acceso al mercado de divisas para invertir en los proyectos, como los que ya tenemos en Tierra del Fuego, y así permitir la producción de nuevos recursos de gas para satisfacer la demanda doméstica», agregó.
En Francia, donde el fracking, la técnica para extraer el petróleo y el gas no convencionales, está prohibida, tienen una visión de Vaca Muerta parecida a la de otros países con grandes multinacionales energéticas: según fuentes del negocio petrolero local, el yacimiento es atractivo y el futuro es promisorio, pero para atraer inversiones la Argentina debe asegurar una previsibilidad y una rentabilidad del negocio que hoy nadie parece poder garantizar.
Paszkiewicz coincidió con esta visión: «El país tiene que comprometerse a tener términos contractuales estables que correspondan a las inversiones a largo plazo que estamos haciendo en la Argentina». Total ya perforó varios pozos de shale en Vaca Muerta y, según la información que aquí circula, los resultados que obtuvo han sido buenos, pero se advirtió que para saber qué, cuánto y en dónde hay recursos y transformarlos luego en reservas hace falta un conjunto de incentivos económicos y legales que hoy aún no están.
La otra cuestión que en el sector ponen sobre la mesa es la necesidad de mejorar los precios de venta de los hidrocarburos en el mercado argentino, donde empresas que producen localmente, como Total, reciben un precio máximo por el gas marginal de US$ 7,50 el millón de BTU (la unidad de medida), mientras que el gas que se importa y llega al país por barco se paga sensiblemente más caro, entre US$ 16 y 17 el millón de BTU.
Paszkiewicz prefirió no referirse al tema en detalle, pero pareció dejar un mensaje en el mismo sentido: «Necesitamos señales de que el país está reconociendo el esfuerzo que está haciendo Total en la Argentina». Según los números de la compañía, su producción de gas en el país creció 50% entre 2001 y 2012, mientras que la producción general retrocedía de 15 a 20%. A fines del año pasado, además, anunció una inversión de US$ 1000 millones en el yacimiento offshore Vega Pleyade, en Tierra del Fuego: un yacimiento que empezará a producir a fines de 2015.
Las fuentes petroleras no dudaron: el «reconocimiento» a ese desempeño pasaría por mejores precios. Además, explican con bastante crudeza por qué Vaca Muerta por sí sola no alcanza para atraer grandes capitales. «En Estados Unidos la industria del shale gas empezó hace 50 años y tal vez ya se hayan perforado un millón de pozos con fracking; es una industria organizada. En la Argentina todo está empezando, falta infraestructura y los costos de producción son altos. Una de las condiciones para mejorar la situación, además de los precios y la previsibilidad en las reglas de juego, será desarrollar, en el largo plazo, una industria propia de equipos y servicios de apoyo.»
La insistencia en estas condiciones no es casual en el caso de Total, que mantiene un litigio con el país en el Ciadi, el tribunal del Banco Mundial, por la pesificación de las tarifas, y tuvo que cortar sus exportaciones de gas a Chile en 2007 por orden del gobierno argentino. El rompimiento del contrato con Metanex, empresa que importaba el gas desde allí, aún no tuvo una resolución y sigue dándole a Total dolores de cabeza.
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«En esta situación, para justificar las inversiones en Vaca Muerta los costos tienen que bajar. Necesitamos también tener acceso al mercado de divisas»
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