Romano en la audiencia del lunes. (José Gutiérrez / Los Andes)
En una nueva jornada del «megajuicio», los abogados fueron los protagonistas. El ex juez Romano insiste en ser su propio defensor.
La audiencia del megajuicio que tenía como fin conocer la decisión de los imputados a declarar o abstenerse, se vio frustrada ayer sobre el mediodía, cuando se interrumpió el sistema de video conferencia con los distintos centros del país. Por eso el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 decidió pasar a un cuarto intermedio para el próximo lunes.
Entre los puntos de desencuentro estuvo la reiteración del pedido del abogado Bernardo Calderón, en el sentido de permitir que el ex juez Otilio Roque Romano sea su propio defensor.
Este pedido también deberá ser resuelto en la próxima audiencia. Aquí vale recordar que, al principio del juicio, Calderón había adelantado que dejaría de asistir a Romano si no se le permite la autodefensa, con el argumento de que nadie como él (con años como abogado y otros tanto como magistrado) conoce los detalles de las causas.
En el otro extremo, Pablo Salinas quien, junto a Viviana Beigel, actúa como querellante en representación del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos Regional Mendoza y que el lunes adhirió al pedido fiscal sobre el cambio de calificación contra la mayoría de los acusados, se manifestó en total desacuerdo del pedido.
Argumentan que Romano ha «tratado de entorpecer en todo momento el accionar de la Justicia», incluyendo su tiempo como prófugo (buscó refugio político en Chile) y además «porque pensamos que esta propuesta oculta una trampa, como por ejemplo que más adelante lo lleve a manifestar que estuvo indefenso». Remarcó que «estos son planteos que buscan ir extendiendo el juicio. Nada más que eso».
Fuego cruzado
El reclamo por parte del Ministerio Público sobre la presencia de carteles en manos de los familiares de los acusados dentro de la sala, llevó a Omar Venier (que representa al ex oficial de la Policía José Antonio Lorenzo, que prestaba servicio en la Comisaría 7° de Godoy Cruz) a pedir la palabra (cuando estaba por terminar la audiencia) y expresar que había escuchado que «los abogados defensores eran iguales que los represores». Esto provocó la inmediata reacción de Pablo Salinas quien negó haber dicho eso, pese a que no había sido mencionado.
Así los gritos se multiplicaron, hasta que Alejandro Piña, en su carácter de presidente del Tribuna,l llamó, reiteradamente, a la calma. Sin embargo y pese a ello hubo voces que aseguraron que la discusión se extendió fuera de ese ámbito donde se desarrolla el juicio, lo que fue negado por ambos profesionales del Derecho. El juicio se reanudará el próximo lunes, desde las 10.
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