LONDRES.- El conflicto por la península ucraniana de Crimea perdió ayer su última posibilidad de una solución negociada entre Rusia y Occidente antes del referéndum de mañana en la región separatista, mientras se incrementa la tensión militar entre las grandes potencias.
«No tenemos una visión común sobre la situación», dijo ayer sintéticamente a la prensa el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, luego de reunirse durante varias horas en Londres con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Lavrov confirmó también el referéndum de mañana en que un total de 1,5 millones de electores de Crimea están convocados para decidir si esa península, que actualmente pertenece a Ucrania -aunque el 60% de la población es de origen ruso- pasa a formar parte de la Federación de Rusia.
«Respetaremos la voluntad de la población de Crimea», dijo Lavrov, al tiempo que aseguró que Moscú no planea una injerencia militar en la parte oriental de Ucrania.
Por su parte, Kerry advirtió al término del encuentro con su par ruso que su país no reconocerá el resultado del referéndum en Crimea, y calificó esa consulta de «ilegítima». En cambio, expresó su «fuerte apoyo» al nuevo gobierno de Ucrania surgido tras la caída del ex presidente prorruso Viktor Yanukovich.
Al fracaso de las conversaciones por el futuro de Crimea se sumaron ayer inquietantes maniobras militares, que ambas potencias se encargaron de desvincular de la crisis ucraniana.
La armada rusa anunció ayer que había iniciado maniobras de entrenamiento con aviones de combate en el Mediterráneo,
El vocero de la armada Vadim Serga señaló a la agencia de noticias Interfax que las salidas habían comenzado desde el portaaviones Almirante Kuznetsov, que llegó el mes pasado a Chipre, y que las maniobras incluían tácticas sobre objetivos aéreos y otras técnicas de batalla.
Entre los aviones que participaron en las maniobras había cazas Sukhoi SU-33 y helicópteros antisubmarinos Kamov Ka-27.
También la armada de Estados Unidos envió un destructor con misiles guiados, el USS Truxtun, al Mar Negro, en lo que, según dijo, era un despliegue programado antes de la crisis de Ucrania.
Otro incidente que sumó ayer tensión al conflicto entre Rusia y Estados Unidos fue la interceptación de un avión teleguiado (dron) norteamericano que volaba sobre Crimea.
El dron de reconocimiento fue interceptado a gran altitud, informó la empresa pública rusa de armamentos Rostejnologuii (Rostec).
«El dron volaba a unos 4000 metros de altitud y era prácticamente invisible desde el suelo. Pero fue posible romper el enlace con sus operadores norteamericanos gracias a un complejo de lucha radioelectrónica Avtobaza», precisó Rostec.
El aparato efectuó un descenso y «cayó prácticamente intacto en las manos de las fuerzas de autodefensa» de Crimea, agregó Rostec.
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