San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Ante la incertidumbre, la oposición acelera sus armados electorales

En los espacios no peronistas ven con preocupación el desgaste del Gobierno; tanto Pro como el FR y el progresismo de UNEN apresuran sus planes ante un escenario que creen imprevisible

 Macri, Massa, Binner, Cobos, Sanz y Scioli. 

La carrera electoral que debía arrancar recién dentro de un año se anticipó drásticamente en las filas de la oposición. El acelerado desgaste que muestra la gestión de Cristina Kirchner en su lucha desesperada por domar la inflación y el alza del dólar llevaron a los principales candidatos presidenciales opositores a calentar motores y alistarse para la largada.

La semana pasada, los principales dirigentes de la UCR, del FAP y de la Coalición Cívica decidieron apurar los tiempos y sellar su coalición a más tardar en 30 o 40 días. El líder del Frente Renovador y diputado nacional Sergio Massa, ganador en Buenos Aires en las últimas elecciones, prepara su viaje a México y los Estados Unidos mientras se pasea por el país como candidato presidencial; su obsesión es articular una estructura nacional con gobernadores e intendentes, un objetivo que viene más lento de lo esperado, admiten en sus filas. El mismo fin persigue el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, líder de Pro, con una prolífica agenda por el interior. Por el momento, Macri y Massa no piensan en ningún acuerdo común; ambos quieren lo mismo -la Presidencia-, por lo que caminarán el país por andariveles distintos.

Nadie en la oposición quiere que la Presidenta se vaya antes de cumplir su mandato, en diciembre de 2015: argumentan que debe ser el kirchnerismo el que pague los costos por su mala praxis. Pero las turbulencias de la economía, la inminencia de unas paritarias conflictivas con los gremios y el ajuste en el gasto público que ya deben ejecutar algunas provincias conforman, a juicio de los más destacados referentes opositores consultados por LA NACION, un escenario político en ebullición y, por lo tanto, imprevisible. Una situación que, según observan con suspicacia los opositores, parecieron querer abonar importantes referentes del peronismo la semana pasada, cuando el ministro del Interior, Florencio Randazzo, negó que el Gobierno termine su mandato de manera anticipada, o cuando el sciolista Jorge Yoma advirtió que si la Presidenta no cambia sus políticas, «se activarán los mecanismos para el relevo del poder.»

En este cuadro de confusión y rumores cruzados, la oposición y sus proyecciones hacia el futuro electoral se dividen en dos.

Los dirigentes no peronistas (la centroizquierda y Pro) están convencidos de que si la crisis termina con el gobierno de Cristina Kirchner, las llamas del incendio también devorarán al resto del peronismo y sus dos candidatos a presidente, Massa y el gobernador Daniel Scioli. Hastiado, el electorado oteará por una opción «no peronista», aseveran. «De los 30 años de democracia, el PJ gobernó 22 y así estamos», acicatean.

Decidida a encarnar esa alternativa no peronista, la centroizquierda acelera el diseño de las reglas de juego que guiarán su futura coalición, punto de partida para el posterior armado de un programa electoral. En la última semana fluyeron los contactos entre Ernesto Sanz (UCR), Julio Cobos (UCR), Hermes Binner (Partido Socialista), Elisa Carrió (Coalición Cívica) y Fernando «Pino» Solanas (Proyecto Sur); todos coinciden en que ante un panorama tan incierto, lo mejor es apurar el armado nacional; en una segunda etapa se definirán las candidaturas por medio de elecciones primarias.

LA «TERCERA VÍA» MACRISTA

El macrismo, por su lado, también apura sus tiempos. Su sostén electoral será la gestión de Macri en la Capital, cuya imagen pretende irradiar al resto del país. Será su vidriera y en ella vuelcan todos los esfuerzos políticos y económicos.

Los macristas creen que encarnarán lo que llaman la «tercera vía», es decir, una alternativa no peronista pero tampoco radical-socialista. «Son lo viejo», sintetizan. Un importante sector, incluido Macri, descarta por ahora una alianza con Massa o Scioli. «No queremos ser furgón de cola del peronismo», dicen, pero son conscientes de que el aislacionismo tampoco es bueno: saben que pese al buen desempeño en las últimas elecciones en algunos distritos del interior, Pro está lejos de contar con una estructura nacional sólida. «Estamos recorriendo el país como si ya estuviéramos en campaña. Macri como candidato a presidente y [María Eugenia] Vidal a gobernadora. Todos vamos a salir a la cancha», indican los voceros.

Contrario a sus rivales de la oposición, Massa es un convencido de que la gente no vota ideología -peronismo versus no peronismo- sino a la persona que cree más apta para gobernar. En esta lógica, dice que la crisis kirchnerista no devorará su candidatura presidencial y que así lo demuestran las encuestas que, sostiene, lo muestran primero en imagen.

En el massismo, las visiones sobre el futuro son divergentes. Algunos dirigentes le advierten a Massa que la Presidenta tiene aire para finalizar su mandato en tiempo y forma. «En marzo vienen los dólares de la soja y después el Mundial de fútbol. Las paritarias se resuelven fácil: no imponerles techo para que la gente tenga plata en el bolsillo. Es cierto que hay deterioro en la economía y que hay mucha rabia de la gente, pero la crisis no es terminal y Cristina no va a rifar su futuro», le susurran al oído.

Otros, en cambio, se enrolan en proyecciones apocalípticas, aventuran la salida anticipada del kirchnerismo y miran recelosos a Scioli. Algunas fuentes admiten que el gobernador está mejor armado que Massa en el interior, donde cosecha la simpatía de los gobernadores peronistas. «Pero si hubiera elecciones hoy, el que gana es Massa», enfatizan.

«ALGUNOS BUSCAN DESESTABILIZAR»

  • El gobernador de la provincia de Entre Ríos, Sergio Urribarri, denunció intentos de desestabilización durante una reunión con su gabinete. «No vamos a ceder ante quienes quieren sacar ventajas atentando contra el bolsillo de la gente ni ante los que buscan desestabilizar al Gobierno y a la democracia», dijo el mandatario.
  • Y advirtió que «el freno a la especulación salvaje» es una «batalla para defender la paz, la justicia social y el bienestar de los argentinos». Por eso dijo que serán «implacables» para «buscar y sancionar» incumplimientos del acuerdo de precios.

Fuente: Por Laura Serra  | LA NACION

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