El escenario estará instalado en el centro de la plaza, de espaldas a la Casa Rosada, todo un símbolo.
Concentrará junto a movimientos sociales, las CTA, gobernadores, intendentes y partidos políticos de la oposición. En paralelo, acelera las negociaciones en el Congreso y prepara el camino judicial.
En los últimos días, la Confederación General del Trabajo (CGT) tuvo una agenda cargada. Luego de conocerse el proyecto de reforma laboral, la central decidió pasar a la acción para intentar frenarla o, al menos, morigerar una iniciativa que consideran «totalmente regresiva» y un ataque directo a los sindicatos. El primer paso será la marcha del jueves a Plaza de Mayo. Apuestan a llenar las calles del centro porteño para mostrar músculo y torcer un poco el clima favorable al Gobierno, quién sigue sin dialogar con la CGT. También estudian el camino judicial.
«El rechazo a la reforma laboral, así como la presentó el Gobierno, es total», afirmó a este medio Andrés Rodríguez, líder de UPCN y hombre fuerte de la CGT. El proyecto prácticamente no tiene un solo guiño al sector obrero. No sólo flexibiliza las condiciones laborales, sino que desfinancia a los sindicatos y les quita poder de negociación.
El escenario estará instalado en el centro de la plaza, de espaldas a la Casa Rosada, todo un símbolo. No es un dato menor. Durante el gobierno de Mauricio Macri, la CGT evitó movilizarse hasta ahí para no tensar por demás. Entonces, eligió alternativas como el Monumento al Trabajo, ubicado en Paseo Colón al 800. Esta vez será enfrente del despacho del presidente Javier Milei.
El acceso al escenario será restringido sólo para los principales dirigentes de la CGT. El resto de los concurrentes como las dos CTA, los movimientos sociales y dirigentes del peronismo deberán verlo desde abajo. Los oradores serán los miembros del triunvirato que conduce la central: Jorge Sola (seguros), Cristián Jerónimo (vidrios) y Octavio Argüello (camioneros).
Se espera un tono duro en el mensaje del acto. «La marcha es la manifestación del desacuerdo con un proyecto de Ley de Reforma Laboral que atenta contra los derechos adquiridos de los trabajadores que se supieron conseguir tras muchos años de lucha del movimiento sindical argentino», adelantó Rodríguez (UPCN) ante la consulta de Ámbito.
Frente al escenario, sobre la plaza, estarán los sindicatos más relevantes y, en los costados, los más voluminosos. El resto se acomodará atrás. Esta disposición no es casual. En Azopardo 802 quieren evitar cualquier incidente que pueda perjudicar el reclamo. Ya sea de gremios críticos o posibles «infiltrados» como sucedió en otras manifestaciones contrarias al Gobierno.
Calle, palacio y justicia: la estrategia sindical
La discusión viene empinada para la CGT. El clima post electoral favorece al Gobierno, quién pisa el acelerador para aprovecharlo. Salvo el peronismo (en su mayoría) y la izquierda, la oposición se muestra permeable a la propuesta de “modernizar” las relaciones laborales.
La CGT lo sabe e intentará, al menos, trabar la discusión parlamentaria hasta que se disipe un poco la luna de miel libertaria. Por eso en los últimos días tuvieron reuniones con los más diversos sectores políticos y empresariales; incluso con gobernadores de Provincias Unidas. Dicen en Azopardo que en el Senado, la primera estación del proyecto, tienen más chances a su favor. Habrá que ver.
“Este es el principio de un plan de acción frente a la unilateralidad del Gobierno”, anticipa Rodríguez (UPCN). No descartan nuevas movilizaciones o, incluso, un paro general. Aunque dependerá de las negociaciones en el Congreso.
La estrategia de la CGT se completa en el plano judicial. Si avanza lo que consideran “modificaciones significativas en la legislación laboral que atacan a la estructura sindical y afecta colectiva e individualmente a los trabajadores”, apelarán como lo hicieron antes.
Hay varios ítems de la reforma que entran en conflicto con la propia Constitución nacional, como la limitación al derecho a huelga. Por eso, si sale, la CGT intentará frenarla en la Justicia, tratando de repetir el éxito conseguido.
El Gobierno pretende lograr la reforma laboral lo antes posible. El Presidente, incluso, sueña con que esté aprobada antes de fin de año. Algo improbable, aunque no imposible. Dependerá, también, de lo que haga la CGT. El primer paso será el jueves.
Fuente:https://www.ambito.com/politica/reforma-laboral-la-cgt-apuesta-una-marcha-masiva-forzar-al-gobierno-negociar-n6225270

