
El Gobierno juega a fondo para contener al dólar
Subió los encajes mediante la comunicación A 8302 del organismo; se aplicará desde el lunes; el tipo de cambio mayorista perfora los $1300
Para el Gobierno, evitar sobresaltos con el dólar es una prioridad. Así lo indican las sucesivas decisiones en materia cambiaria y monetaria que el equipo económico viene tomando en las últimas semanas, que se amplió hoy con una nueva suba de encajes a los bancos a partir del lunes.
La reacción oficial llega luego de la licitación de ayer, que el Gobierno hizo para enfrentar vencimientos por $14,98 millones el primer día de la semana. En esta operación, solo logró captar $9,147 billones, aun convalidando una suba de tasas de interés, que llegaron al 69,2% nominal anual (alrededor del 4,5% mensual).

Este resultado, si bien le permitió “estirar” los plazos y postergar el 64,3% de los vencimientos para después de las elecciones, implicaba liberar al mercado alrededor de $5 billones, que quedarían en manos de los bancos, tras su decisión de no renovar sus tenencias en letras del Tesoro.
En ese contexto, la decisión del BCRA apunta a “secar la plaza” de pesos para intentar evitar que ese supuesto “excedente” pueda presionar sobre el tipo de cambio.

Esa medida se confirmó hoy mediante los cambios normativos del BCRA, que, en la práctica, sube los encajes para los bancos y eleva los costos por los “incumplimientos” de esos encajes, en un movimiento que representa un endurecimiento de la política monetaria.
En concreto, la entidad monetaria subió cinco puntos porcentuales el nivel de “efectivo mínimo” para depósitos a la vista, fondos comunes de inversión money market y otros instrumentos de inversión en pesos, además de establecer un parámetro diario (ya no el promedio mensual) para que los bancos cumplan con esta exigencia.
Por otra parte, se definió que las entidades podrán integrar hasta tres puntos porcentuales (de los cinco que se incrementaron) con títulos públicos que se emitirán en “licitaciones especiales para las entidades financieras”.
Tras conocerse esa decisión, la Secretaria de Finanzas anunció el llamado a una licitación “fuera de calendario” para el lunes, en la que ofrecerá un instrumento para los bancos con vencimiento el 28 de noviembre. De esta manera, reduce el golpe de la suba de encajes para los bancos, que pueden obtener algún interés por parte de esos fondos inmovilizados.
Tras el anuncio, las cámaras bancarias y las entidades financieras del país fueron convocadas a una reunión online, con el objetivo de explicar el alcance y los detalles de las nuevas medidas. Uno de los encargados de esta tarea, por parte del BCRA, fue Darío Stefanelli, quien se desempeña como gerente Principal de Emisión y Aplicaciones Normativas en la entidad.
Para las entidades que participaron de ese encuentro, el principal foco de reclamo, además del impacto de la suba de encajes, fue por el cambio en la consideración y la medición “diaria” de estos niveles. “Eso implica una suba de encajes encubierta, porque es imposible eficientizar los saldos que quedan al cero durmiendo en BCRA”, explicó a LA NACION un ejecutivo que estuvo en la reunión.
A su vez, desde otro banco reclamaron por los incumplimientos y el incremento en las penalidades ante esta situación. “Al tener una ventana en la que los bancos no tienen herramientas para maniobrar desde que cierra el mercado de pesos hasta que cierra el MEP, se tornan mucho más posibles. Y como quedó el esquema implica que si un solo día en el mes incumplís, ya el mes te cuenta como incumplido. Y si se repite durante tres periodos tiene consecuencias graves”, analizaron.
Una transición desordenada
El escenario planteado por el Gobierno con estos nuevos anuncios concreta un enfoque restrictivo en su política monetaria (retirar pesos). Contrasta con el declamado ‘punto Anker’, que en el enfoque del equipo económico se daba cuando, en las licitaciones de instrumentos en pesos, existía un monto de pesos que no se renovaba, lo cual daba cuenta de una mayor demanda de liquidez por parte de los bancos para entregar préstamos al sector privado.
Ahora, en un escenario de suba del dólar (en julio se acercó al techo de la banda de flotación, y luego retrocedió), el Gobierno parece haber cambiado de postura y resuelve no permitir “excesos de liquidez”.
“Hay un endurecimiento en la política monetaria. Suben los encajes, endurecen sus condiciones y suben la penalidad por incumplir tanto los encajes y la posición global en moneda extranjera”, analiza Gabriel Caamaño, economista de Outlier, quien advierte que esta decisión es “exactamente lo inverso al punto Anker”.
“Esto es un ‘crowding out’; a los bancos les sacas liquidez para prestar, porque esto es subir encajes, y parte de eso se lo mandás al Tesoro. El dólar devolvió parte de la suba que había hecho en julio, y claramente quieren que siga bajando. Evidentemente, algo de traslado a precios habían visto y no les habrá gustado. Es que, dado el escenario económico argentino actual, con todas las reformas que faltan, es más fácil hacer volver el dólar a que ajusten los precios no transables. Y por eso hicieron volver el dólar”, explica el analista.
Esa dinámica se plasma en los movimientos cambiarios de la jornada. Tras los anuncios del BCRA y la Secretaría de Finanzas, luego de la convalidación de mayores tasas de interés en la licitación de ayer, el dólar mayorista perforó los $1300 (cae $16 y opera en $1296 promediando la jornada), mientras que el tipo de cambio minorista se ubica en $1310 en las pantallas del Banco Nación.
El contexto, sin embargo, supone un impacto directo tanto sobre los números fiscales, por la mayor carga de intereses para el Tesoro, como para la economía real, con mayores tasas que inciden en mayores costos financieros para préstamos y para la financiación de compras en cuotas.
“Esto afecta al nivel de actividad y el consumo. En el último tiempo, algunos sectores dinamizaban sus ventas con las cuotas sin interés, pero es difícil ver cuánto tiempo más se pueden mantener, con los bancos enfrentando esta restricción monetaria y el mayor costo financiero”, ilustra Caamaño.





