San Rafael, Mendoza martes 01 de julio de 2025

Papamóvil Argentino – Por:. Beatriz Genchi

En homenaje al Papa Francisco y al histórico vínculo del Automóvil Club Argentino (ACA) con la Santa Sede, la institución decidió exponer frente a sus oficinas centrales de Avenida del Libertador en Buenos Aires el emblemático Papamóvil diseñado para la visita de Juan Pablo II.

“Lo seguíamos guardando en perfecto estado a la espera de la visita de Francisco”, expresó César Carman, presidente del ACA.

El vehículo es un Ford F-350 modelo 1981, originalmente destinado a ser una grúa de auxilio. Sin embargo, ante el pedido del Arzobispado de Buenos Aires y con motivo de la visita relámpago de Juan Pablo II, los empleados del ACA transformaron la camioneta en tiempo récord: trabajaron en turnos de 24 horas durante cuatro días.

Entre las modificaciones, retiraron la grúa y construyeron una cabina especial con piso reforzado de hierro y madera de quebracho, alfombra roja, un asiento giratorio blanco para el Pontífice y cuatro bancos para sus acompañantes. Aunque, se mantuvo la mayor parte del tiempo de pie para saludar a las personas que se acercaban a la vera de su ruta para darle la bienvenida al país.

Además, el habitáculo fue equipado con cristales antibala, tras el atentado que había sufrido el Papa poco tiempo antes. El vehículo, completamente blanco, lleva en sus puertas el escudo del Vaticano y en el paragolpes las banderas de Argentina y el Vaticano.

La visita del Papa se concretó en medio de la tensión por la guerra de Malvinas y el buscó transmitir un mensaje de paz. Apenas 48 horas después de su partida, el general Mario Benjamín Menéndez firmó la rendición argentina en las islas, aunque esto no tuvo que ver con el pedido papal.

La fugaz visita de Juan Pablo, que en ese entonces tenía 63 años, tuvo que ver con que el Pontífice había estado en Gran Bretaña a fines de mayo de ese año, en una visita programada con antelación. Pero por la guerra del Atlántico Sur, y para equilibrar la posición del Vaticano en el conflicto, el líder máximo de la grey católica decidió arribar también con su misión pacificadora a este país del sur, donde miles y miles de fieles lo recibieron con un entusiasmo desbordado.

En su breve pero trajinado paso por estas tierras, que incluyó una visita a la Catedral Metropolitana, a la Casa Rosada y dos misas, una en Luján y otra en el barrio de Palermo, el Santo Padre contó con este vehículo especialmente diseñado para sus recorridos por estas tierras.

Es cierto que el Papamóvil no puede ser añadido en el orgulloso listado de los inventos argentinos, ya que el titular de la Santa Sede tenía un vehículo similar en cada destino del mundo que visitase, como ocurre con todos los Papas, pero sí se pueden destacar las características con las que este vehículo contaba.

Esa misma tarde del 11 de junio, el Papa viajó a dar una misa a Luján. Pero esta vez, el Papamóvil descansó. Las crónicas de la época señalan que viajó a las tierras de la patrona de la Argentina en un tren especialmente adaptado para este viaje. Pero el dato curioso en el tema de los transportes papales se dio cuando el Santo Padre terminó de dar la misa en la Basílica de Luján ante miles de fieles.

Entonces, desde la Iglesia de la Virgen de Luján hasta la estación de trenes, el representante de Cristo en la tierra y un grupo de prelados argentinos, viajaron juntos en el interno 1 del colectivo 501, un coche Mercedes Benz 1114/48 que, desde ese día, y para siempre, pasaría a la historia como “el colectivo del Papa”.

Cinco años después, en abril de 1987, Juan Pablo II volvió a la Argentina en un extenso viaje pastoral que abarcó seis días, diez provincias y 26 discursos.

Durante esa segunda visita, utilizó varios Papamóviles en sus traslados, aunque el Ford F-350 original continuó siendo una referencia simbólica de su primer encuentro con el pueblo argentino.

El Papamóvil argentino no estaba exhibido en el Museo del Automóvil del ACA por sus dimensiones. Ahora, quienes se acerquen podrán verlo de cerca: es el mismo desde donde Juan Pablo II saludó a multitudes que se agolparon en la Ricchieri, la 25 de mayo y las calles porteñas en aquella histórica visita de 1982.

“Siempre soñamos con ponerlo a disposición de Francisco o construir uno nuevo para su seguridad”, recordó Carman. “Para nosotros fue un hito colaborar con aquella visita. Nos sentimos parte de la historia y de la fe del pueblo argentino”.

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Finalmente, Carman agregó: “En estos días de dolor y reflexión, queremos reafirmar que el ACA siempre estará a disposición para recibir al Santo Padre en nuestra tierra. Lamentablemente no pudo ser con Francisco, pero tal vez podamos hacerlo con su sucesor”.

Gentileza:

Beatriz Genchi

Museóloga – Gestora cultural.
bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

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