La firma anglo-holandesa reemplazaría en el proyecto a la malaya Petronas; la empresa aseguraría la compra de entre 20 y 30% del GNL que la petrolera argentina extraiga de Vaca Muerta en las próximas dos décadas
Según confiaron a LA NACION, el presidente de YPF, Horacio Marín, viajó esta semana a Amsterdam, Países Bajos, para terminar de sellar el acuerdo con la petrolera anglo-holandesa, que finalmente podría anunciarse en estas horas, apenas abran los mercados. Consultados al respecto, no obstante, en YPF no negaron ni confirmaron la información.
“No sólo Shell va a ser socia del proyecto de desarrollo de GNL -explican fuentes al tanto de las negociaciones-, sino que además garantiza una demanda para la producción. Eso le da mayor viabilidad al proyecto, ya que será más fácil después conseguir financiamiento”, agregaron.
Además de Shell, YPF viene llevando conversaciones con otras compañías. Sin embargo, el acuerdo con la petrolera anglo-holandesa ya sería un hecho. “Con este acuerdo con Shell, YPF estará en la misma instancia que estaba con Petronas, pero todavía mejor posicionada para seguir avanzando”, apuntaron las fuentes.
Petronas no comunicó nunca formalmente que abandonaba el proyecto de YPF de exportación de GNL. Sin embargo, tampoco avanzó aún con la inversión necesaria para financiar el 50% de los US$180 millones que estimaban para el diseño del proyecto. La empresa malaya había firmado un memorándum de entendimiento con YPF en 2022, para trabajar en la viabilidad del proyecto estimado al final del día en unos US$30.000 millones. Sin embargo, a mediados de este año dejó trascender que no acompañaría la propuesta. La empresa estatal con sede en Kuala Lumpur habría decidido concentrar sus inversiones en Malasia, donde están en juego gran parte de sus operaciones.
Además de atender la demanda doméstica de GNL, con el proyecto Argentina LNG, la petrolera de bandera espera finalmente desarrollar la infraestructura necesaria para que el país pueda exportar combustible a todo el mundo. Para poder trasladarlo en barco, el gas necesita pasar previamente por un proceso de licuefacción. La idea inicial es que ese proceso lo realicen barcos instalados en el puerto en Rio Negro.
En una primera etapa, YPF se asoció con la argentina PAE y con Golar para instalar una barcaza de licuefacción, el “Hilli Episeyo”, en el Golfo de San Matías, en Río Negro, que comenzará a funcionar en 2027. Se necesitarán para ello, unos US$1650 millones.
En una segunda, se sumarían los barcos de YPF y Shell (además de alguna otra compañía). Y, eventualmente, en una tercera etapa, la idea sería construir una planta de licuefacción de gas en el puerto de Punta Colorada, proyecto para el cual se requieren varios miles de millones de dólares. Según declaró en varias ocasiones Marín, YPF espera poder exportar con este proyecto Argentina LNG US$15.000 millones de gas licuado para 2030.
Polémicas
Para llevar adelante el proyecto, YPF creó en octubre pasado una sociedad subsidiaria, Argentina LNG, con la cual la empresa piensa participar del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). La acción de YPF que cotiza en Wall Street acumula en el año una ganancia de 142,8%.
La salida de Petronas no fue el único obstáculo que debió sortear el proyecto de GNL de YPF en estos meses. También hubo polémica luego de que la empresa estatal informara que finalmente la planta de licuefacción se ubicaría en Punta Colorada, en Río Negro, y no en el puerto de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires, tal cual se había previsto inicialmente. La oposición sostenida por el gobernador bonaerense Axel Kicillof a cualquier adhesión al RIGI terminó por inclinar la balanza hacia el distrito que comanda políticamente Alberto Weretilneck, quien aprobó el paraguas de beneficios impositivos no bien supo que YPF había puesto en suspenso el proyecto.
Desde YPF esgrimieron además que, a diferencia del Puerto de Bahía Blanca, el de Punta Colorada es de aguas profundas, con lo cual habilitaría el ingreso de barcos de mayor tamaño, lo que eficientizaría la operación. Kicillof, por su parte, responsabilizó al presidente, Javier Milei, por la decisión: “Priorizaron una cuestión política y tomaron una decisión improvisada por sobre las condiciones técnicas”, declaró.